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La plaga del mejillón cebra sigue extendiéndose por la provincia de Valencia y los primeros ejemplares han empezado ya a tocar las puertas de la capital. En concreto, expertos de la Fundación Limne han detectado ya la presencia de estos bivalvos en el río Turia, en concreto a su paso por la localidad de Paterna y en una zona muy próxima a la planta potabilizadora de Manises, con la amenaza que, para esta infraestructura que abastece a la ciudad de Valencia y su área metropolitana, supone la existencia de esta especie invasora que, al multiplicarse, tapona las canalizaciones y provoca graves problemas en los sistemas hídricos.
En concreto, en una de las inspecciones periódicas que realizan los especialistas de esta fundación para comprobar la calidad del agua, el equipo dirigido por David Campos halló ejemplares adultos de mejillón cebra en esta zona en la que, hasta ahora, no se tenía constancia de la presencia de esta especie invasora. Así, según explicaron ayer, «se confirma su presencia en una nueva cuenca fluvial, la del río Turia».
Hasta ahora, el último mapa de masas de agua afectadas por esta especie invasora elaborado por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), del pasado mes de diciembre, pone de manifiesto que las zonas más afectadas por esta plaga son el río Júcar, entre los embalses de la Muela y su desembocadura (por lo que alcanza hasta la Albufera), el Magro, a partir del pantano de Forata, el canal Júcar-Turia, entre el embalse de Tous y el propio río, el río Mijares, desde el pantano de Sichar hasta su desembocadura, así como el canal Júcar-Vinalopó. En todas estas zonas ya se han detectado ejemplares adultos. Además, también se han encontrado larvas de mejillón cebra en los embalses de Alarcón, Tibi y Amadorio, según el informe de la CHJ.
Sin embargo, el hallazgo de los investigadores en el Turia, que tuvo lugar en un primer momento el pasado mes de mayo, extiende la problemática a zonas en las que, hasta ahora, no se había detectado, ni siquiera, la presencia de larvas.
Campos, como recoge un informe publicado el pasado mes de agosto, sospecha que el mejillón cebra podría haber llegado al río Turia por el canal que lo une con el Júcar, aunque la pesca recreativa de especies exóticas, como el siluro o la perca americana, también podría estar detrás de la expansión de la plaga, puesto que se especula con la posibilidad de que se transporten larvas dentro de las cestas de repoblación y, de esta forma, llegan a espacios que todavía no han sido colonizados.
Por otra parte, matizan que el hallazgo apunta que se trata de una primera fase de colonización, por lo que «una alerta temprana puede ser clave para evitar su expansión por el parque natural». Por ello, los técnicos de la Fundación Limne pusieron en conocimiento de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural el descubrimiento. También trasladaron la noticia a los gestores de la planta potabilizadora de Manises. Al respecto, valoran la importancia de esta pronta detección y de que la conselleria haya incluido este espacio como una de las zonas en las que realizar inspecciones.
Asimismo, destacan que, mientras se esclarezca si se trata de un individuo aislado o de una población asentada, «el control del material que llega al río, ya sea de ocio, de investigación o de gestión, tendrá que ser desinfectado y tratarse con cuidado para evitar contaminar nuevos tramos del río u otras cuencas» cercanas.
Además de los daños que, por su cercanía, pudiera provocar a la potabilizadora de Manises un aumento de la presencia de estos bivalvos (especialmente en la saturación de las conducciones y los filtros, entre otras cuestiones), los investigadores ponen también el acento en el descenso en la cantidad de fitoplancton y zooplancton que se registra cuando se incrementa la presencia de ejemplares de mejillón cebra, lo que perjudica a otras especies.
El embalse de Sichar, en 2005, fue el primer lugar en el que se detectó la presencia de mejillón cebra en la Comunitat. Después, el goteo de nuevas zonas afectadas ha sido constante a medida que avanzaba hasta la desembocadura del río Mijares. Un año después, se hallaron densidades muy elevadas de este bivalvo en el pantano de Forata (río Magro). Sin embargo, no es hasta 2014 cuando se empiezan a encontrar ejemplares en los embalses de Cortes y Naranjero, así como en los azudes del tramo bajo del río Júcar, desde donde empezó a colonizar las acequias de riego de la Albufera. Dos años después, en 2016, se constata la presencia en el pantano de Tous y su expansión por las citadas acequias del parque natural. Tras ello, y a lo largo del pasado año, la presencia de esta especie invasora se hizo patente también en el canal Júcar-Vinalopó, en los pantanos de Tibi, Amadorio y en el de Alarcón que, aunque físicamente se encuentra fuera de la provincia de Valencia, es el principal embalse de la cuenca del Júcar que gestiona la confederación hidrográfica.
Esta expansión, además de diversos daños a las infraestructuras de riego, obligó a la CHJ a activar una serie de protocolos para tratar de evitar que siga expandiéndose por las cuencas.
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