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Leopoldo López Gil, en la calle Navellos de Valencia. juanjo monzó
«Hay más venezolanos solicitando asilo en España que sirios»

«Hay más venezolanos solicitando asilo en España que sirios»

Leopoldo López Gil, europarlamentario y activista por los derechos humanos | Padre del conocido líder opositor, pide apoyo para sus compatriotas que emigran y confía en que su país «conquiste de nuevo la democracia»

J. BATISTA

VALENCIA.

Jueves, 7 de noviembre 2019, 01:17

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Leopoldo López Gil (Caracas, 1944), se exilió a España en 2014 hastiado de la persecución del régimen bolivariano después de que el diario El Nacional -pertenece a su consejo editorial- publicara que una investigación estadounidense vinculaba a Diosdado Cabello -«ahora número dos del usurpador Maduro»- con una red de tráfico de drogas y blanqueo. Su hijo, el líder opositor Leopoldo López, es huésped del embajador de España en Caracas, tras ser liberado de su confinamiento domiciliario por el presidente Guaidó. Leopoldo padre participó ayer en un encuentro con compatriotas de Valencia y aprovechó para dar apoyo a los candidatos del PP en las próximas elecciones. Desde este año es europarlamentario y da continuidad a su activismo en defensa de los derechos humanos -a través de una subcomisión del Parlamento Europeo- tanto en su país como en otros estados.

-¿Cómo es la comunidad venezolana en España?

-Hay muchos. En su momento surgió un canto de sirena llamado socialismo del siglo XXI que se transformó en la peor de las traiciones a la democracia y al bienestar. Casi el 20% de nuestra población ha salido de Venezuela, y España afortunadamente ha abierto los brazos. Hay casi 400.000 compatriotas en este país. Hay más venezolanos solicitando asilo en España que sirios, un país con tantos años de guerra.

-¿Se topan con dificultades para regularizar su situación?

-Hay que dar mucho apoyo porque tenemos ausencia total del Estado en Venezuela. Una tragedia es no tener documentos en regla, un trámite normal en cualquier país. Certificarlos es imposible. No tenemos servicios consulares funcionado y en Venezuela renovar un documento es algo tan difícil como enviar un hombre a la luna. También sucede con la homologación de títulos universitarios, por ejemplo, hay médicos que podrían ejercer y no lo hacen. Y nos pasa con las licencias de conducir. Es imposible conseguir un documento formal, otorgan unos papelitos y es difícil darles una condición de seriedad. La homologación, que antes era muy fácil, ahora es muy complicada en España.

-Tiene a parte de su familia en Venezuela. ¿Cómo es actualmente?

-Es un país maravilloso, muy rico, bendecido con recursos naturales impresionantes. Preparado para retomar lo que nunca debió perder, ser un país puntero en desarrollo y bienestar de su población. Teníamos un país que crecía, incorporaba más personas a la clase media, con buenos servicios, trabajo y con futuro, que es lo primero que se pierde si los gobernantes son personas incapaces o sin valores, cuyo objetivo es el aprovechamiento personal del poder. Es lo que trato de llamar la atención aquí: que no se pierda lo progresado por pensar que los cantos de sirena son factibles, por la 'populocracia'. Cuando se ofrece comida gratis y bienestar fácil y se dice que se será feliz sin un gramo de esfuerzo caemos en la tentación del llamado socialismo del siglo XXI.

-¿Y el día a día? ¿La escasez que padece la población es tan alarmante como trasciende en los medios?

-Puedo hablar de mi experiencia. Tengo familiares mayores que sufren afecciones que requieren fármacos que no pueden dejar de tomar. Cuando escasean tenemos que mandarlos desde aquí. Y cuando no, están a unos precios que sólo personas con recursos pueden comprarlos. Otro ejemplo próximo. El tratamiento de diálisis ha producido muertos por falta de los químicos necesarios. O los trasplantes. En España son una cuestión pública, el hecho de tener dinero no asegura ninguna preferencia.

-¿Cómo se encuentra su hijo?

-Afortunadamente es huésped del embajador español, aunque su situación implica ciertas limitaciones. Su esposa y mis tres nietos están en Madrid, disfrutando de ese bien que muchos españoles no se dan cuenta que tienen: la libertad.

-¿Qué futuro ve para Venezuela?

-A corto plazo veo más sufrimiento. Pero espero y confío en que ese sufrimiento culmine en la conquista de nuevo de la democracia.

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