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Paz Olmos, José Luis Moreno, Inmaculada Gil, Mayrén Beneyto e Inmaculada Tomás: los rostros que cambian.

La cultura aguarda una gran renovación

Tras muchos años al frente de las instituciones, gestores como Inmaculada Gil o Inmaculada Tomás abandonarán sus cargos

Mikel Labastida

Miércoles, 3 de junio 2015, 20:59

El mundo de la cultura se prepara para un cambio de rumbo en las instituciones valencianas tras veinte años de gobierno del Partido Popular. A falta de conocer cómo se constituirá el nuevo Consell los partidos que presumiblemente lo formarán abogan por potenciar el valenciano y por apostar por contenidos más vanguardistas y transgresores. De los programas electorales se desprende que la intención es revisar todos los contenedores culturales para definir bien sus programaciones y objetivos. De momento son sólo ideas, bocetos, intenciones, porque luego, puestos en materia, el discurso hay que desarrollarlo mucho más. El sector cultural no es fácil de contentar, a pesar de ser más cercano a las ideologías de izquierdas.

Lo que sí está claro es que la renovación de rostros de los gestores que han estado moviendo los hilos del arte, el teatro, la danza, la música y los libros en la Comunitat será absoluta y saldrán de escena algunos responsables que llevan años dirigiendo instituciones.

Es el caso de Inmaculada Gil Lázaro, hermana del diputado Ignacio Gil Lázaro, quien desde 2005 está al frente de la política teatral y dancística valenciana, cuando fue nombrada directora general de Teatres de la Generalitat en sustitución de Vicente Martínez Luciano. Accedía al puesto tras haber ocupado, desde 1998, primero la dirección del Centre Coreogràfic y después la subdirección general de Teatres. Ha sobrevivido a todos los responsables de Teatres y a los distintos consellers, pese a que con algunos las relaciones no eran precisamente buenas. También salió indemne de escándalos como el del Mercedes que adquirió para sus desplazamientos o el protagonizado por el coreógrafo Ramón Oller, que le acusó de imponer a Chayo Mohedano en un ballet, lo que llevó a la gestora valenciana a aparecer en el mismísimo Sálvame. Pero, sobre todo, logró mantenerse pese a su enfrentamiento continuo con la mayoría de la profesión, que de cuando en cuando pedía en vano su dimisión.

Más discreto, aunque también largo, ha sido el paso de Inmaculada Tomás por las instituciones culturales. En 1999 fue designada directora del Instituto Valenciano de la Música, donde ha llevado a cabo una labor caracterizada por el apoyo de los profesionales y por permanecer en un segundo plano, lejos de polémicas y desencuentros. Antes de asumir la responsabilidad que ha desempeñado durante más de 15 años fue jefa de Producción del área de Música del Instituto de Valenciano de Artes Escénicas, Cinematografía y Música (IVAECM) y se ocupó en la Consejería de Cultura de la Joven Orquesta de la Comunidad Valenciana y de la dirección artística del Festival de Música Antigua y Barroca de Peñíscola.

José Luis Moreno fue el último en zarpar en el barco cultural de la Generalitat, al ser nombrado hace menos de un año director de Culturarts, asumiendo también la dirección del Instituto Valenciano del Audiovisual y de la Cinematografía, al que ha estado vinculado y en el que a lo largo de 14 años se ocupó de diferentes parcelas. También desempeñó funciones en Aisge, Radio Televisión Valenciana y en la Mostra. Ahora, como las dos anteriores, al disponer de plaza permanecerá a la espera de las decisiones del nuevo gobierno.

La salida de Paz Olmos del San Pío V no se había producido aún debido a las obras que se están acometiendo en la pinacoteca, pero la decisión ya estaba tomada. La conselleria de Cultura había determinado que la plaza del museo debía elegirse por concurso, al igual que se hizo con la del IVAM. Asumió en 2011 un cargo que había quedado vacante tras la muerte de Fernando Benito.

Precisamente el concurso celebrado en el IVAM es lo que asegura la plaza de José Miguel Cortés en el museo durante cinco años más, ya que se realizó con independencia política y era una medida que se había solicitado desde la oposición en reiteradas ocasiones. Cortés, desde su llegada al centro de Guillem de Castro, ha puesto distancia con su antecesora, Consuelo Císcar, e incluso con la consellera Català, con la que tuvo un desencuentro por retirar la muestra permanente de Miquel Navarro.

Otro que acaba de llegar al frente de un museo es Paco Molina, que sustituyó hace dos meses a Joan Gregori en el MuVIM. No es novato en esta lides, puesto que fue subdirector en la etapa de Román de la Calle. Su buena sintonía con las nuevas formaciones políticas hace prever que su puesto no peligrará y podrá emprender el programa que tiene ideado para el centro.

También David Livermore comenzó su faceta de intendente de Les Arts hace unas semanas, tras la abrupta salida de Helga Schmidt, pero la firma de su contrato se ha retrasado porque él quiere compaginar este trabajo con otros fuera de Valencia, algo que deberá aprobar el nuevo gobierno.

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