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CARMEN VELASCO
Domingo, 19 de junio 2016, 21:51
Hace años que el cómic dejó de ser material exclusivo del público infantil. Hace años que la ilustración se impuso como disciplina artística más allá de tendencias temporales. Hace años que los dibujantes se despidieron de la etiqueta de bohemios para mostrarse como profesionales de una industria. Hace años que los sellos especializados en novela gráfica se aventuraron a apoderarse de una parte del pastel editorial. Hace años que las tiendas de cómics y las galerías descubrieron el arte de las viñetas y así se lo ofrecen a sus clientes, como también lo hacen los museos a través de exposiciones.
Ha sido cuestión de tiempo y de perseverancia, pero la Comunitat paulatinamente se ha dejado conquistar. No presenta resistencia a la invasión ilustrada que encabezan los dibujantes, las galerías especializadas, las editoriales de cómic y los lectores de tebeos. Los autores ganan terreno, son más visibles y están mejor armados, algo que beneficia al público.
¿Valencia se reivindica como capital del cómic? «Podría parecer que sí, todo parece indicarlo. Valencia fue, es y puede ser referente de las viñetas», sentencia Álvaro Pons, experto en tebeos y comisario de las dos exposiciones vinculadas con el llamado noveno arte que están actualmente en cartel: 'VLC. Línea clara' en el IVAM y 'Prehistoria y cómic' en el Museo de Prehistoria de Valencia. «El momento que actualmente vive la ciudad respecto al cómic es muy interesante. No debería convertirse en una oportunidad perdida, otra más. No ha de ser una moda pasajera, sino que de alguna forma se ha de intentar trazar acciones y actividades para reivindicar el cómic», explica Pons.
Situar el tebeo en el punto de vista de las políticas culturales pasa por defender, en el buen sentido de la expresión, la herencia recibida. Se trata de poner en valor el legado de dibujantes de la Comunitat que trabajaron para Editorial Valenciana y Maga, sellos que convirtieron la ciudad en referente de los tebeos de aventuras ('Roberto Alcázar y Pedrín', 'El guerrero del antifaz', 'Pantera negra' y 'El capitán Trueno', entre otros), y, al mismo tiempo, recuperar el legado cultural de los autores que despuntaron en la década de los 80 innovando el lenguaje de la viñeta. El IVAM rinde tributo a estos últimos con la muestra 'VLC. Valencia Línea Clara.
Además de mirar al pasado, el futuro del cómic pasa por reivindicar el presente: «La Comunitat tiene no sólo al mejor autor de cómic del país, Paco Roca, sino a una generación de dibujantes interesantes, dispone una pequeña red editorial y posee público interesado en la ilustración». Hay caldo de cultivo, según Pons, para potenciar el tebeo como «herramienta para proyectar la imagen de Valencia», respaldar el trabajo creativo de los autores y potenciar comercialmente el sector editorial.
¿Es necesario ahora un salón de cómic? «Depende de cómo se mire. Es un evento comercial, que daría visibilidad a los dibujantes, que atraería público y que sería interesante para Valencia. No hay que desdeñarlo porque un buen salón del cómic, vinculado a la televisión, el cine, los videojuegos y el entretenimiento, supondría un impulso editorial», argumenta Pons, quien recuerda cómo a principios de los 90 las instituciones públicas «trataron de lanzar a Valencia como la ciudad de las artes gráficas y el cómic pero finalmente ese dinero se destinó a acoger la gala del Festival OTI de la Canción, que ganó Francisco, en el teatro Principal en 1993».
Pons reivindica la importancia de las Jornadas de Cómic de Valencia, cuya quinta edición se celebrará el próximo fin de semana en el Mercado de Tapinería. Su responsable, Gonzalo Torres, se siente cómodo con la fórmula de su certamen: «Es una cita consolidada donde prima la cercanía de los autores con el público». Torres tiene dudas sobre un futuro salón del cómic: «Se necesita mucho presupuesto y, sobre todo, un retorno de la inversión. No es imprescindible».
Hasta la fecha todas las iniciativas para sacar adelante un gran certamen se han quedado en proyecto. El último impulso fue Tebeo Valencia, que iba a celebrarse del 4 al 6 de diciembre de 2015 en Feria Valencia. La intención de lanzar un certamen de ilustración no está muerta, pero no es cuestión exclusivamente de voluntad.
Las instituciones públicas se muestran ahora más receptivas que antes por el mundo del tebeo. Las jornadas, organizadas por la Asociación Valenciana de Cómic (Asovalcom), cuentan por primera vez con una ayuda económica de la Conselleria de Cultura que asciende a 2.000 euros. Con el Ayuntamiento de Valencia han mantenido dos reuniones y han presentado el proyecto a la convocatoria abierta a las asociaciones.
Pese al límite económico, el equipo de las jornadas está satisfecho del resultado: «En la anterior edición vino público de Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca». Torres no oculta, sin embargo, que la cita comiquera es posible gracias al entusiasmo y a la voluntad de los organizadores.
En la próxima edición más de 50 dibujantes de toda España se darán cita el Mercado de Tapinería. En el cartel, realizado por Pepe Moreno, vuelve a aparecer Pumby. «Desde Asovalcom reivindicamos al personaje de José Sanchis Grau», apunta Gonzalo. El gato feliz figura en todos los afiches de las jornadas y en el próximo ejercicio se celebrará un pasacalle en el que la figura de Pumby realizada por el artista fallero Manolo Martín saldrá en procesión.
En las Jornadas de Cómic de Valencia se disputará una batalla de dibujantes profesionales entre Miguel Ángel Martín, Carlos Azagra, Kim y Ana Oncina, entre otros. Además, tendrá lugar un encuentro entre editoriales (Grafito, La Cúpula, GP ediciones y Diminuta Editorial) con dibujantes 'amateurs', relata Torres.
Las jornadas, las exposiciones en el IVAM y en el Museo de Prehistoria, el apoyo de las editoriales, el empuje de los dibujantes y la respuesta del público perfilan un buen momento del cómic en Valencia. «Hay que pedir a las instituciones públicas planificación a largo plazo. No se trata de esperar a tener dos millones para sacar adelante acciones que beneficien al sector», sostiene Pons, quien considera que «ahora es el momento en que todos han de arrimar el hombro, por encima de los beneficios particulares».
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