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El actor Joaquín Climent, en Valencia. :: jesús signes
Joaquín Climent, actor: «Hoy en día vivir de subirse a un escenario es de ser un superviviente»

Joaquín Climent, actor: «Hoy en día vivir de subirse a un escenario es de ser un superviviente»

El intérprete valenciano vuelve a la ciudad con una obra que hará terapia matrimonial en el Talía llena de un humor «adulto e inteligente»

MARTA BALLESTER

Lunes, 23 de enero 2017, 20:30

La experiencia es un grado y Joaquín Climent ya se ha graduado. 38 años dedicados a la interpretación, ya sea en teatro, cine o televisión, demuestra que la interpretación ha sido siempre su pasión. Nació en Requena pero quiso «volar y probar cosas nuevas» en Madrid. Allí triunfa y aquí descansa, pero esta vez ha venido a Valencia para subirse al escenario del teatro Talía desde el miércoles hasta el domingo con 'Ella en mi cabeza'. Una comedia de humor «adulto e inteligente» que someterá a terapia no sólo a su propio personaje sino a todos los matrimonios de la sala.

- Estrena 'Ella en mi cabeza' pero, ¿qué se le pasa a Joaquín Climent por la mente antes de estrenar la obra en una nueva ciudad y más cuando es en la suya propia?

- Nervios, incertidumbre, ganas de que guste. Estando en mi tierra, cuando pienso en todos los que me conocen y van a venir, siento más responsabilidad de lo normal. Es cierto que luego en el escenario no te acuerdas de todo eso pero, por ejemplo, un día vendrán 50 excompañeros de mi instituto de Requena y eso hará que suba mi mucho la adrenalina en el momento. Siempre es un poco más de presión aunque con mucho gusto.

En su larga trayectoria en el mundo de la interpretación se ha topado con muchos personajes. Esta vez, se pone en la piel a Adrián, un hombre que se enfrenta a la realidad de su relación amorosa. ¿Qué faceta nueva ha despertado en usted y a que complejidades le ha hecho enfrentarse?

Este es uno de los personajes que más tiene que ver conmigo y con mi edad. Es un enfrentamiento desde la edad ante la situación de pareja, la cotidianidad, las inseguridades... Además, la obra es tan rápida y los diálogos son tan picados que requiere de una concentración atroz. Hemos ensayado mucho para no fallar.

Se podría decir que la función refleja el «ni contigo, ni sin ti» de un matrimonio. ¿Despierta el teatro en usted ese sentimiento también?

Absoluta y totalmente. El teatro es lo más exigente, pero se le tiene pasión y ese sentimiento te despierta afección y desafección. Y aun así el actor siempre acepta los retos del teatro porque le nace la necesidad y el compromiso de hacerlo. Saber que te enfrentas a algo que te cuesta y que amas a la vez da como resultado ese ni contigo ni sin ti.

El actor Óscar Martínez se estrena como dramaturgo, ¿Se atrevería usted con un reto como ese después de tantos años conociendo la profesión?

Yo estoy cómodo en la interpretación, me gusta jugar con los papeles tanto en cine, teatro como televisión. No he sentido esa necesidad de escribir. Siempre he querido ser actor, a secas y en mayúsculas.

Comenzó su carrera en Valencia en 1979 pero pronto se fue a Madrid a desarrollarla. ¿La Comunitat no le ofrecía las oportunidades que buscaba?

Necesitaba crecer y probar cosas nuevas. A Valencia le faltan muchas cosas, entre ellas más atención y seguridad para este sector, pero no hay que olvidar la tradición teatral tan espectacular que tenía y que se puede recuperar. La ciudad era un plaza de contratación, donde los actores se contrataban y cuando se institucionalizó todo y dejó de depender de nosotros mismos, se fue apagando. Además hoy en día vivir del teatro, de subirse a un escenario, es de ser un superviviente.

Durante 38 años su carrera ha sido continua. Ha acompañado a varias generaciones con series como 'El Comisario', 'Física o Química' o 'Seis hermanas' y ha rodado con directores de la talla de Berlanga o Almodóvar. ¿Cuál ha sido su clave del éxito?

Me siento muy afortunado porque he trabajado bastante y eso no es la norma general de una profesión precarizada. Yo he conducido mucha furgoneta y he desmontado muchísimo. Pero me lo he trabajado y, sobre todo, lo he disfrutado. Mantenerme en un tipo de personajes me ha dado mucha suerte.

¿Qué cree que le ha aportado esta profesión que tanto engancha? ¿Y ella a usted?

Esto no es mi medio de vida sino mi modo de vivir. Es una profesión en la que arriesgas y aprendes continuamente. Y la huella no la dejo yo en ella, el público la deja en mí, sobre todo cuando me para por la calle y me llama por mi nombre. Eso significa que han valorado mi trabajo y a la vez se han fijado en mí como persona.

Ha cerrado un 2016 de cine con 'Cien años de perdón' con nominaciones a los Goya y 'El bar' dirigida por Álex de la Iglesia. ¿Ha sido un año de película?

Han sido un regalo que te da la vida y además de manera inesperada porque aunque siempre tenía un hueco en el cine desde hacía unos años que no me llamaban. Siempre se agradece volver a esa técnica tan minuciosa frente a la cámara que todo lo ve y no se le puede engañar.

- ¿Qué le espera en este 2017?

- De momento voy a compaginar esta función con otra que empiezo a ensayar en marzo y estará en el Teatro Español de Madrid en Mayo, 'La cantante calva'. Y luego ya no cuento más, pero hay sorpresas.

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