Antonio López, pintor y escultor: «La vida, si entras en ella y la miras con un poco de atención, siempre te asusta»

Su presencia austera y su verbo humilde contrastan sobremanera con su lucidez y rapidez a la hora de responder al interlocutor. Superado el umbral de los 80 años, Antonio López visitó ayer Valencia para ser distinguido como Académico de Honor de una Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, que celebró la apertura de su curso.

-Siempre ha declarado su fervor por el autorretrato de Velázquez del Museo de Bellas Artes de Valencia. Ante una obra así, ¿a uno no le queda otra que deprimirse y pensar que no será capaz de crear nada parecido, o le sirve de chispa inspiradora?

-Para mí es un placer. Yo veo el arte como un espectador apasionado. Sobre este cuadro, hubo una exposición en el Museo del Prado en el que se establecía una comparación entre esta obra, y otros autorretratos de Rubens y Van Dyck. El de Velázquez, ¡les daba un baño! Esa mirada es como un testigo de la vida.

-¿Un artista admira una obra de una manera diferente que un espectador que no lo es?

-Todo lo que tú conoces, que los demás ignoran, te ayuda a descifrar muchas cosas. De la misma manera que yo puedo emocionarme con Bach, pero un músico llega más allá.

-Porque, ¿una obra tiene infinitos significados?

-Hay pintores que tienen muchos significados, como el propio Velázquez. Otros tienen una personalidad tan definida que es muy difícil no verlos como son: el Bosco.

-¿Le gusta que sus creaciones tengan una o varias lecturas?

-Esas cosas no se eligen. Trabajamos sobre el mundo real, que es muy complejo y muy cambiante, pero cada persona lo hace dentro de sus límites. Y otros son capaces de llegar a espacios con los que tú no eres capaz de relacionarte. Por eso el arte nace de la vida, y pasan los siglos y sigue vivo, y siguen diciéndose cosas sobre el mundo.

-¿Eso que se dice, va cambiando a medida que pasa el tiempo?

-Va cambiando. Hay épocas favorables para disfrutar de la obra de determinados creadores, y épocas que son sordas, planas, y hay que esperar. Ahora es una buena época para ver cierta cultura.

-¿Qué tipo de cultura?

-Hoy en día, el buen espectador tiene más datos que el buen espectador de cualquier otra época. Tenemos más llaves. La existencia del arte abstracto cambió la visión de la pintura, y una persona de ahora ve mejor cómo es una pintura del XVI.

-¿El arte se ha vuelto más fácil, o más difícil?

-Más difícil. El hombre lo ha hecho más complejo, que no más complicado. Antes era más simple. Ahora, todo es más laberíntico, pero es una buena época para admirarlo.

-Los tiempos frenéticos en los que vivimos, ¿perjudican al arte?

-No. Lo que perjudica al arte es que se caiga el Coloso de Rodas y que se lleven el bronce para hacer cacerolas. La ignorancia es lo que verdaderamente perjudica al arte.

-Vivimos una época de conflictos.

-Y el principal es que al hombre se le avecinan muchas amenazas, que no suceden en un pedacito pequeño de la Tierra como es Cataluña, sino que se ciernen sobre todo el planeta, y tienen que ver con el agua, el aire, la superpoblación, hacer grandes ciudades... Se avecinan muchas cosas, y eso crea un futuro muy incierto.

-Se muestra apocalíptico.

-Soy pesimista. Lo que pasa es que, por el otro lado, el hombre está muy unido a la vida, y hay gente muy inteligente, personas que quieren hacer bien las cosas. Pienso que habrá una lucha entre la luz y la sombra. El hombre coquetea con la posibilidad de vivir en otros planetas. Tonterías, no tenemos más que éste.

-¿Y no sabemos valorarlo?

-Depende. Hay hombres muy inteligentes que han puesto en las manos de gente muy torpe y muy poderosa armas letales. A lo largo de la historia, han pasado muchas catástrofes, pero nunca la humanidad estuvo tan amenazada como ahora.

-¿Estamos a tiempo de evitarlo?

-Mientras el dinero sea lo primordial, es complicado. Llegará un momento en que haya algo que sea más importante que el dinero, y será la Tierra, y se convertirá en la nueva religión.

-La España de hoy en día, ¿es mejor retratarla desde el realismo o desde el surrealismo?

-Un buen realista tiene una parte de surrealista. En la realidad está la parte mágica, la parte irracional, porque está en nosotros. En el arte siempre aparece lo mágico, y si no aparece es que le falta algo.

-En 2017, ¿el arte se puede inspirar en la alegría de vivir?

-Es muy difícil. No creo que un artista como Sorolla pudiera existir hoy en día, la verdad.

-Pero, ¿sigue siendo la cultura uno de los pocos bálsamos sanadores que nos quedan?

-Nos puede ayudar, pero la sociedad de consumo tiene mucha fuerza, y nos hace mucho daño. Y hay gente que nos alerta de que sólo pensamos en consumir, disfrutar y arrasar con todo. No vivimos una época alegre... bueno, tampoco lo fue la de Caravaggio, pero allí, Dios, la Virgen y los Santos ponían un poco de orden. Pero, ahora, aquí, ¿quién pone orden? ¿Los políticos?

-Nació en plena Guerra Civil, vivió una dictadura, una transición, una democracia, y ahora se encuentra con una de las crisis más profundas de la España de las últimas décadas. ¿Se siente preparado para ello?

-Bueno, tengo que descansar de vez en cuando. La vida, si entras en ella y la miras con un poco de atención, siempre te asusta. En cualquier época. Los grandes cerebros del planeta deberían unirse y pensar en cómo arreglaban todo esto. Y saltarse todos los controles. El primero, el de la economía. No deberíamos plantearnos cambiar el mundo, sino cambiar nuestras vidas.

-¿Las injusticias, le inspiran?

-No. Cuando trabajas sobre las formas reales, si éstas tienen una cierta hondura, todo eso va a influir. Yo, con mi arte, no pretendo hacer ningún tipo de juicio.