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Leonardo Padura.
«Un escritor cubano tiene que pensar dos veces cada palabra que usa»

«Un escritor cubano tiene que pensar dos veces cada palabra que usa»

Entrevista con Leonardo Padura tras la publicación en marzo de su obra 'Aquello estaba deseando ocurrir', una colección de relatos

césar coca

Miércoles, 10 de junio 2015, 12:43

Desde los años noventa, los escritores cubanos han ido ganando espacio para la crítica. La situación económica fue tan calamitosa tras el final de la URSS, que emergió una nueva realidad en la que la libertad, pequeña al principio, mayor más tarde, avanzó por la isla. Pero con todo y eso, todavía hoy "un escritor cubano tiene que pensar dos veces cada palabra que usa". Lo dice Leonardo Padura (La Habana, 1955), cansado de estar siempre sometido al juicio político, como todos sus colegas. Por eso reivindica que los prejuicios no se conviertan en una forma de expresión, que los matices no se pierdan ocultos por una realidad política siempre controvertida. Acaba de publicar "Aquello estaba deseando ocurrir" (Ed. Tusquets), una recopilación de relatos escritos a lo largo de 25 años.

Padura ha ido tejiendo los argumentos y el estilo de su literatura a partir de su trabajo periodístico. "Escribí en los ochenta en el periódico "Juventud Rebelde"", recuerda. Allí evolucionó desde el carácter "naïf de los primeros relatos hasta una escritura con más conciencia". Luego, la propia marcha del país desde la penuria de los noventa hasta el actual momento de notables expectativas fue dejando poso en su obra.

Sin embargo, hay en sus textos una densa melancolía que no ha cambiado en este tiempo porque "es una manera de ver la vida, una mirada peculiar, con aire de derrota, sobre los personajes y la realidad". Esa mirada incluye a Angola, una referencia para una generación de cubanos, incluido el propio Padura, que pasó allí un año trabajando como periodista. "Fue una experiencia muy dura: estaba lejos de la familia, en un ambiente hostil y viviendo en la promiscuidad. En un apartamento de dos habitaciones residíamos cuatro hombres. Era imposible la menor intimidad". Varios cuentos de "Aquello estaba deseando ocurrir" recogen esa experiencia africana.

Pero es La Habana el escenario principal de sus cuentos: la Rampa, la heladería Coppelia, El Vedado. De fondo, sol, boleros, sexo, ron y tabaco. Es la suya una escritura llena de aromas y sabores fuertes. "El contexto cultural, climático, étnico, incluso sonoro, forma parte de la literatura. Trato de transmitir la sensualidad en la que vive la gente, sea o no erótica". Un ambiente que para muchos ha sido opresor. Por eso, han buscado una salida de la isla. También varios de sus personajes lo hacen.

Emigración y futuro

"Muchos cubanos han emigrado y por la mente de muchísimos ha pasado la posibilidad. Es mi caso", reconoce. "Lo pensé en los noventa, pero decidí quedarme por varias razones: una es que quería escribir sobre Cuba, pero la más importante es mi sentido de pertenencia. No me veo viviendo en otro sitio. Soy un escritor cubano y allí encuentro la sustancia para mi literatura". Es el momento de los recuerdos: Padura rememora su primer viaje a Miami, en 1992. Allí se encontró con un compañero de Universidad que había dejado el país tres años antes. Él fue quien le mostró la otra cara del exilio: "Cuando llegas, me dijo, tienes que aprenderlo todo: que las puertas no se abren hacia dentro, a pagar con tarjetas de crédito y hasta la manera de repostar en las gasolineras".

Se quedó en Cuba y por eso ha visto cómo la publicación de sus libros se ha ido normalizando en la isla. "Salen todos, a veces se retrasan, pero salen. Tusquets, mi editorial, me da licencia para que mis libros se publiquen allí sin pagarle derechos. Eso permite lanzarlos a un precio muy inferior, porque los 20 euros que cuestan aquí equivalen al salario de un mes de un cubano". En los últimos años ha ganado varios premios de la Crítica ?"creo que soy el autor que lo ha conseguido más veces"? y ha establecido "una relación de gran empatía con los lectores".

Padura confía en que en el futuro, con la nueva relación que parece abrirse con EE UU, mejore la difusión de su literatura. Ahora, la publicación de sus libros en aquel país debe hacerse mediante una negociación triangular con su agente en España. Si eso cambia, "EE UU puede convertirse en un mercado muy importante para la cultura cubana en general y la literatura en particular".

Mientras eso llega, el creador del personaje del detective Mario Conde continúa sus rituales. "Escribir siempre tiene para mí una carga de sufrimiento porque soy un autor muy inseguro. Pienso que todo lo que hago es malo y releo y reescribo mil veces los textos". Es en las novelas del detective donde menos se da esa inseguridad. "Su mirada es muy afín a la mía. Piensa igual que yo en muchos asuntos y en sus novelas suceden cosas que me emocionan. Tanto ?asegura? que al escribir algunos pasajes he empezado a llorar porque es como si fueran de mi propia vida. No, no es como si fuera mi propia vida: es mi vida".

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