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El cocinero Quique Dacosta.
Quique Dacosta: «El Maratón de Nueva York sabe a manzana verde»

Quique Dacosta: «El Maratón de Nueva York sabe a manzana verde»

El cocinero afirma que 42 kilómetros dan hasta para la creatividad: «En la prueba abrí dos restaurantes y pensé en nuevos conceptos»

Héctor Esteban

Lunes, 2 de noviembre 2015, 23:38

"Durante el maratón me dio tiempo a abrir dos restaurantes, desarrollé nuevos conceptos, una carta nueva, un especie de Como agua para chocolate", relata Quique Dacosta, cuatro estrellas Michelin -tres en Dénia y una en Valencia- y una medalla al cuello que le certifica como 'finisher' del Maratón de Nueva York. Un reto a dúo, ya que lo completó junto a su pareja, Andrea Arias.

Dacosta cumplió un reto. Un desafío que sabe que le hará mucho más fuerte en todos los aspectos de su vida. En la cocina y en el papel de padre, por ejemplo. Sobre todo cuando llegas tocado. Hacía semanas que el objetivo dejó de ser una marca. La meta era acabar. La culpa, dos tendones rotulianos tocados y un ligamento. "Mi reto era la gestión del dolor", afirma el cocinero, que reconoce que no tiene la sensación física de haber terminado un maratón. "Mi esfuerzo era sobre todo mental. Machacado por el dolor. Por la duda de cuándo llegaría este sufrimiento, que apareció en el kilómetro 5, antes de lo esperado".

Nueva York no es sólo la carrera. Dacosta hizo los 42 kilómetros en 5:13:45 -datos no oficiales de la web del Maratón-. Es la previa y el después de la prueba. "Estás a las cinco de la mañana en el sitio de salida y luego tardas tres horas en llegar al hotel. Es pura resistencia", afirma. Su objetivo era terminar en tres horas y media pero la lesión modificó el guión. "Llevaba casi nueve semanas sin poder correr como exige la prueba. Probé alternativas. Corrí en Menorca y me di cuenta de que sufriría. En la Media de Valencia intenté cambiar la pisada para corregir el problema de los rotulianos", apunta Dacosta. A pesar del dolor, asegura que no pensó en ningún momento en retirarse de la prueba de Nueva York. Andrea Arias, su pareja, fue su gran apoyo: "Hicimos la prueba juntos".

La preparación ha sido intensa. "Hacíamos ocho comidas diarias. Muchas veces, menos cantidad. Mucha verdura, fruta, cereales, pescado, carne... lo que hay que evitar es la grasa animal y los azúcares", apunta el cocinero. En esa carta del corredor, especialmente en carrera, también entran los geles. "Al final es glucosa". Fue el primer maratón para Dacosta, que participó dentro del equipo Running to the Maratón. Y la idea era que fuera el último. Pero a pesar de terminar feliz por haber completado el reto, las satisfacciones no fueron completas.

"He estado muchos meses preparándome. Especialmente en verano. Trabajaba todos los días y luego tenía que salir a correr a la una o a la dos de la mañana. Primero porque el trabajo así me obliga, y después porque era el mejor momento para evitar el calor en Denia", afirma. Un tiempo que le ha quitado a la familia, a su pareja, y al sueño. "Me preparé muy bien. En todos los sentidos. Alimentación, físico. Un estado perfecto para lograr una buena marca. Soy muy exigente en todas las parcelas de mi vida. Mi idea no es dejar de correr pero sí que era un solo maratón porque no tengo tiempo para prepararlo. Ahora mi idea ha cambiado por la lesión. Quiero hacer otro antes de que acabe el año. No quiero prolongarlo para no depender de ello", apuntó.

Dacosta vuelve de Nueva York más fuerte. Con mil sabores y texturas asumidos en algo más de cinco horas. "¿A qué sabe el Maratón de Nueva York? A manzana verde. Ácida, frutal, fresca. Ha sido doloroso pero con buen sabor".

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