Borrar
Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia
Valencia enamora
Atletismo

Valencia enamora

Ana Martín finaliza la carrera después de quedarse a 695 metros en 2014; Jaime corre por su hija y Leslie viene desde Dubái

M. R./T. C./L. M.

Lunes, 16 de noviembre 2015, 00:37

El Maratón de Valencia se corre por delante. A un ritmo vertiginoso. A menos de tres minutos por kilómetro. «Una barbaridad», se limitan a decir decenas de atletas cuando comprueban el tiempo del vencedor cuando llegan a meta. Son la mayoría: los que sobrepasan las tres horas, quizás cuatro, para completar los 42.195 metros. Cada uno de ellos lleva semanas o meses preparándose. Viajan expresamente desde Dubái, corren en Valencia por comprobar el influjo de la alfombra azul, lo afrontan como un reto después de haber superado difíciles situaciones personales. Muchos rompen a llorar cuando atraviesan la línea de meta. Son 'finishers', atletas de todos los niveles con grandes historias detrás. Y éstas son algunas de las miles que poblaron ayer el Maratón de Valencia.

Javier López. Atleta

«Va dedicado a mi madre, es una luchadora»

Javier López exhibía al final de la carrera una sonrisa de oreja a oreja y una camiseta representativa. Su elástica de color negro no podía pasar desapercibida: portaba un lazo rosa, símbolo de la lucha contra el cáncer de mama. Debajo, un mensaje con una destinataria clara: 'Ánimo mamá. Nunca dejes de sonreír'.

Pilar Sánchez, según relataba su hijo, no ha dejado de hacerlo, a pesar de que el tan temido cáncer no ha dejado de plantearle batalla. «Va dedicado a ella, es una luchadora», señaló Javier antes de detallar brevemente una historia de obligada superación: «Hace 12 años tuvo un cáncer de colon y lo superó. El pasado se curó de un tumor en el pecho y ahora le han detectado otro en el útero. Quiero enviarle ánimos».

Fracisco Javier. Dorsal 529

«Quería bajar de tres horas por Pablo»

'#VamosPablo. Estamos contigo'. Este era el mensaje que lucía la camiseta de Francisco Javier, que con el dorsal 529 llegó a la meta de la Ciudad de las Artes en un nada despreciable tiempo de 3.02 horas. «Quería bajar de la tres por él. No he podido visitarle desde que sufrió un grave accidente y mi intención era dedicarle esta carrera».

Según relató Francisco Javier, Pablo es un compañero en el equipo de triatlón BricoFermín. «Salió a entrenar con la bicicleta y un coche le arrolló. La chica se portó, llamó ella misma a la ambulancia. Sufrió 22 fracturas en el cráneo. Estuvo en coma inducido, mejoró y luego recayó. La verdad es que lo está pasando mal y creo que cualquier gesto con el que le demostremos que estamos con él, le ayudará».

Jaime. Dorsal 13038

«Es por mi hija, nació con una dolencia congénita»

Jaime acaba de completar el maratón. Mira hacia la zona donde reparten el agua y se sorprende cuando se le pregunta el porqué del nombre en su dorsal. 'Fuerza Clari', refleja después del 13028. «¿Por quién es? Alguien enfermo?», se le pregunta. «No, que va. Es por mi hija, que ha nacido con citomegalovirus, una enfermedad congénita», comenta sin ofrecer muchos más detalles. Se para sólo unos segundos más para tomarse una fotografía. Luego se marcha. Clari le necesita.

Biel Pérez. 16652

«No pararé hasta que baje de 3.30»

Lo de Biel Pérez es una muestra de valentía. Nada de escribir su objetivo en un sobre lacrado, que luego abre sólo si lo consigue. Él tomó la salida con una camiseta en la que ya proclamaba a los cuatro vientos su reto: 'Voy a acabar en menos de 3.30'. Después del Maratón, lo señalaba orgulloso. «Soy canario, pero resido en Madrid. Es el segundo año que vengo a Valencia y no voy a parar hasta que lo consiga».

Biel admite que la de ayer no fue su mejor carrera. «La verdad, es que ha ido peor de lo que pensaba». Mejoró su marca de 2014, cuando paró el crono en 3.42, pero lejos de esa marca que tanto persigue: «Aquí las condiciones son buenas, la carrera es perfecta. En 2016 volveré, a ver si entonces lo consigo».

Chema Martínez. Atleta profesional

«Sólo por los últimos 200 metros merece la pena»

Chema Martínez también se enamoró de Valencia. El atleta profesional se deshizo en elogios hacia la carrera que acabó en la Ciudad de las Artes: «Merece la pena venir sólo por estos 200 últimos metros. Es emocionante cuando pasas el kilómetro 42, das ese giro y ves al fondo la meta. Es lo que realmente se disfruta. Puedo asegurar que ha sido un momento muy emocionante».

Además del ambiente, el atleta destacó la calidad de la prueba: «Las marcas que se han conseguido son una muestra de que esta es una carrera grande y que cuenta con un futuro muy brillante. Me consta que están poniendo muchas ganas para aupar este maratón».

Diego, Miguel y Juan. Atletas

«Somos del Cabanyal, entrenamos juntos»

«Somos del Cabanyal, salimos a entrenar juntos». Hasta ahí, una declaración típica de tres amigos que han alcanzado la meta juntos. Estos son aficionados al fútbol. Lo delata sus camisetas, que proclama también que es lícito ser de equipos diferentes y disfrutar de la rivalidad con buen rollo. Juan y Miguel completaron el Maratón de ayer con sus camisetas del Levante: el primero con una elástica del año pasado, el segundo con una del centenario. Pero Diego corrió ataviado con una del Valencia.

En cuanto se les pidió que parasen un momento, sabían de sobra por qué era. «Tenemos un choto entre nosotros, pero no es mal tipo después de todo», bromea Juan.

Lesley Jones. Dorsal 12672

«Vengo desde Dubái, Valencia es maravillosa»

Lesley estaba encantada al final del Maratón de ayer. Venía desde lejos, desde muy lejos, para participar en la carrera. «Esta carrera es maravillosa. Estoy encantada por haber participado y espero repetir en las próximas ediciones», comentó en inglés eufórica. Llegó a la meta cansada pero había disfrutado corriendo por las calles de la capital del Turia: «Aquí la meteorología es muy buena, la verdad es que me encanta todo de esta ciudad».

Desde luego, Lesley Jones es una buena embajadora de Valencia, donde ya había estado de visita. «Vengo desde Dubái, donde estoy trabajando, para correr. La ciudad es maravillosa. Ya la conocía porque he estado de visita, pero todavía no había participado en el Maratón. Creo que no va a ser la última vez».

Miguel Ángel. Atleta de Jaén

«Quiero completar todos los maratones de España»

Miguel Ángel alcanzó la meta de la Ciudad de las Artes envuelto en una bandera de Andalucía. La franja blanca del centro llevaba impresa el nombre de su pueblo natal, Torreperojil. «Soy de Jaén, pero resido desde hace 13 años en Valencia», explica el atleta, que llevaba una camiseta negra con las banderas de las dos autonomías, la andaluza y la Comunitat, en el pecho: «Mi suegro vivía aquí. Conocí a mi mujer en unas vacaciones y aquí estoy». Mantiene negocios en su tierra y aquí trabaja en una empresa de reformas.

Hace tres años decidió calzarse las zapatillas y lanzarse a la carretera. Tras iniciarse, se marcó un objetivo ambicioso que le permite seguir levantándose cada mañana a entrenar: «Quiero completar todos los maratones de España». Desde ayer, tiene la tercera muesca, la correspondiente a Valencia después de haber corrido durante 2015 otras dos carreras de los 42 kilómetros: la de Madrid y la de Zaragoza. «En febrero tengo la intención de ir a la de Sevilla, pero antes haré la media de Córdoba. Poco a poco, pero mi intención ya digo que es correr todos al menso una vez».

Enje, Endrik y Kairi. Atletas estonios

«Es una carrera excelente en todos los sentidos»

Enje, Endrik y Kairi forman parte de un grupo de cinco amigos que se han marcado un reto todavía más ambicioso que el de Miguel Ángel. Aunque no precisan que quieran hacerlos todos, su intención es recorrer Europa haciendo maratones. «Los otros dos todavía no han llegado a la meta, vienen un poco atrás», comentan con algo de sorna en el momento de completar la prueba.

Cuando se les pregunta por la carrera de Valencia, no escatiman en elogios. «Este es un maratón excelente en todos los sentidos, de verdad. Hemos disfrutado muchísimo corriendo aquí», comenta uno de ellos. Se miran entre ellos y se dan la vuelta, señalándose a la espalda. Ahí figuran las carreras que ya han podido completar. La primera, como podía esperarse, en una ciudad de su Estonia natal: Tallín. Las otras dos, en ciudades de tronío del Viejo Continente: Cannes y Lisboa. Y la cuarta, Valencia. «No tenemos ninguna duda, esta ha sido la mejor», asegura uno de ellos. Sobre el próximo reto, tienen claro el país, pero no la ciudad: «Iremos a Italia, eso seguro. Pero dónde no lo sabemos. Tenemos que mirar las fechas y cuadrar una que nos venga bien a todo el grupo.

Nicolás. Atleta

«Mi cuarto maratón va por mi nieta Lucía»

Nicolás es un veterano corredor que disfruta cuando se calza las zapatillas. Ayer, cuando alcanzó la línea de meta, no podía borrar su sonrisa. No era su primer maratón, pero sí probablemente el más especial. Hace pocos días ha sido abuelo, y quería que el de ayer no fuese un domingo más: «Este es mi cuarto maratón y quiero dedicárselo a Lucía, mi nieta». Hasta había preparado una pancarta, para no pasar desapercibido.

José Luis. 3560

«Lo menos, imprimir una bandera francesa»

José Luis es miembro de la peña de atletismo El Coyote, presente en la mayoría de las carreras populares de Valencia y Alrededores. No conoce a nadie afectado por los atentados de París pero está, como casi todo el mundo, horrorizado por lo que ocurrió en la capital gala. «Quedé conmocionado ante una noticia tan agresiva. No daba crédito a lo que estaba sucediendo».

Como casi cualquiera, le vino a la cabeza que nadie está a salvo de un ataque como el del viernes por la noche. «Estoy muy apenado por las familias que han perdido a un ser querido. Me podía haber pillado a mí, o a alguien a quien quiera. Es terrible», comenta José Luis: «Antes de irme a dormir imprimí una bandera francesa para llevarla junto al dorsal. Es un pequeño homenaje, nada más. Creo que es lo mínimo que podía hacer».

Berna. Atleta

«Sin las liebres todo sería mucho más difícil»

'Tio, esta va per tú. Ànim!'. Berna mostró una cartulina con este mensaje en la línea de meta. Inmediatamente, a la instantánea se unieron dos amigos suyos, con los que acababa de completar el maratón. «Por favor, esto tiene que salir. Es muy importante para él. Se llama Francisco Boluda, fue presidente del club Canguros durante 12 años. Está malito en el hospital y seguro que le hará mucha ilusión», comenta. Luego posa con la mejor de sus sonrisas junto a sus colegas, que repiten el mensaje: «De verdad, por favor, que va por él. Es un hombre genial y se lo merece».

Luego los tres se deshacen en elogios hacia el Maratón de Valencia y la organización, parándose un instante en las liebres. «Están ahí para ayudarnos y la verdad, todo sería mucho más difícil sin contar con su apoyo. Luego la organización es fantástica. La verdad es que da gusto participar en una prueba como esta. Nos vamos encantados», asegura Berna. «Llevaba cuatro meses preparando esta carrera. Es mi quinto maratón. La sensación cuando estás llegando a la meta es maravillosa. Todo el que sale a correr debería probarlo alguna vez en su vida», comenta este atleta, antes de marcharse en busca de un trago de agua junto a sus dos amigos, que todavía en la lejanía vuelven a pedir su hueco en el periódico de hoy en honor a Francisco Boluda. Deseo cumplido.

Félix, Álvaro y José Manuel. Atletas

«Queremos dar a conocer una enfermedad rara»

Beatriz no es la hija de Félix, Álvaro ni José Manuel. Los padres de la pequeña no son atletas populares. Sin embargo, confiaron ayer a su pequeña a estos amigos, que les auparon a difundir la Fundación Phelan McDermid. Esta asociación está recabando fondos para lograr los 70.000 euros necesarios para establecer el equipo de investigación sobre la enfermedad rara que padece la niña. Según la página web de esta agrupación, Beatriz es uno de los 54 casos diagnosticados en España, aunque podría haber alrededor de 2.500. Estos amigos participaron en el Maratón de ayer con la niña, que iba en un carro donde estaba rotulado el mensaje: 'Soy un héroe'. «La verdad es que se ha portado muy bien. Ella lo ha pasado genial. Se ha dormido a mitad de la carrera. Los que hemos sufrido somos nosotros».

Maite Riquero. Dorsal 9798

«En 2014 me quedé en el 39, el reto era terminar»

Maite rompió a llorar cuando entró en la meta. No había ganado el maratón, ni siquiera había mejorado marca. Era la primera vez que alcanzaba la meta en la Ciudad de las Artes, a pesar de que ya participó en 2014: «El año pasado me quedé más allá del 39. Hubo un momento en que paré y ya no me pude levantar. Quería seguir, pedí a la asistencia que me dejasen recuperarme, pero ya no me lo permitieron. Desde entonces, dije que en 2015 tenía que terminar sí o sí. Ese era el reto».

Lleva preparándose a conciencia desde antes del verano y ha petrificado también en el Medio Maratón. «Mi muro ha estado en el kilómetro 37. En ese momento creía que no podía, pero un amigo ha hecho conmigo los últimos 12 kilómetros. Gracias a él he podido completar mi objetivo. Bueno, gracias a él y a este señor», dice la joven mientras señala a otro veterano atleta. «Ahora quiero recoger mi medalla. Me hace una ilusión tremenda».

Esther. Atleta

«Salimos a entrenar después del trabajo»

Esther forma parte de un peculiar club de L'Hospitalet, el de las 8.30. «Tiene alrededor de cuatro años. El nombre se debe a la hora a la que salimos a entrenar, siempre después del trabajo». La mayoría mujeres, destilaban buen honor cuando alcanzaron la meta. Algunas incluso portaban una falda de bailarina. Unas participaron en el 10K, mientras Esther y otras se atrevieron con el Maratón.

Ana Martín. Dorsal 15285

La guerrera que volvió para acabar la carrera

A Ana le falta el aire. Está feliz. O mucho más que eso. Le felicita todo el mundo en la línea de meta: organización, corredores... Su historia es la de una guerrera que no se rindió. El año pasado se quedó a 695 metros de acabar el Maratón de Valencia. Sintió calambres, escuchó el silencio, abrió los ojos y se vio en el hospital. La deshidratación le había impedido ponerle el broche de oro al reto. LAS PROVINCIAS habló con ella pocos días antes de que afrontara su segundo intento en Valencia. «Siento miedo y respeto», admitía, pero también «ganas».

Ayer, entre sollozos y lágrimas de alegría, Ana Martín (Pilar de la Horadada) pisó la alfombra azul de la Ciudad de las Artes y las Ciencias apoyada por el público y jaleada por el 'speaker' de la prueba. «Cuando crees que ya no puedes más te vienes arriba, la gente te ayuda», reconocía tras la carrera. Al segundo intentó, culminó su sueño. Ana, del club 'Guerreras running', corrió a un ritmo de menos de seis minutos el kilómetro (5:57). En total, 4 horas, nueve minutos y 18 segundos en recorrer los 42.195 metros que se le resistieron en 2014.

«Desde el año pasado estoy pensando en la carrera. Sé que no me va a tocar la lotería porque me ha tocado esto. Correr en Valencia es una experiencia inolvidable, aconsejable para todo el mundo», acierta a decir mientras recibe un abrazo tras otro e intenta contener las lágrimas. «El circuito es maravilloso, la organización, estupenda. Todo. Son 42 kilómetros inolvidables», explica antes de desvelar lo que pensó cuando se acercó al punto fatídico. Su punto fatídico. «Poco antes de llegar al kilómetro 41 frené un poco para saborearlo, frené un poco y dije: 'jódete que ya lo tengo'».

Javier Soliz. Dorsal 312

Boliviano y fundador de 'Pioneros de Sudamérica'

Va solo. Como muchos otros, hace un esfuerzo extra y se detiene un instante para captar la atención de los fotógrafos. Envuelto en una bandera de Bolivia, consigue su objetivo y acto seguido pone una rodilla en el suelo. Está deshecho pero inmensamente feliz. Javier Soliz, el dorsal número 312, completa la maratón en menos de tres horas (2:52:25), el 35º de su categoría, la de los veteranos. «Vivo acá, en Valencia. Fundé el club 'Pioneros de Sudamérica'», explica.

Su grupo de 'running' es también su orgullo, porque alrededor del atletismo creó un grupo de amigos, de compañeros. Otros que como él cruzaron el charco para instalarse en Valencia. «En total, hemos corrido 20 el maratón y 20 la 10K», resume Javier. La emoción de la carrera, la satisfacción de haber completado el recorrido en un buen tiempo y el recuerdo de sus familiares le pone al borde del llanto: «Se lo dedico a mi madre, que ha fallecido, a mi querida esposa, a mis nietos y a mis compañeros». Javier repite continuamente «gracias, gracias» mientras se aparta definitivamente escuchando «enhorabuena». Toca hidratarse y celebrar la carrera.

Flavio Augusto. Dorsal 4423

Valencia como previa a los ultramaratones

Al igual que Javier Soliz, Flavio muestra con orgullo la bandera brasileña. Un corredor de San Paulo al que el paso del tiempo ha borrado prácticamente el acento portugués. Lleva diez años viviendo en Barcelona y dos 'bajando' a Valencia para correr el maratón. Lo hace como parte de su entrenamiento, porque al dorsal número 4.423 de la prueba valenciana le van los ultramaratones. «Esta carrera es otro mundo. Es la segunda vez que vengo y pienso repetir. Y eso que la hago para entrenar, pero no me importa el esfuerzo de desplazarme desde Barcelona», asegura Flavio.

No le importa la marca (3 horas, 38 minutos y 20 segundos) y sí las «buenas» sensaciones que ha tenido durante todo el maratón de cara a programar sus siguientes objetivos. «Ha ido bien, muy bien. Al final hacía bastante calor, pero no venía preocupado por la marca. De verdad, es un diez. Un pedazo de maratón», destaca. Y cierra la breve conversación recordando lo «emotivo» de una prueba marcada por el homenaje al pueblo parisino: «Es algo muy emotivo, entiendo a la gente. Fue algo muy duro y hoy se ha respirado un ambiente de paz».

Ángel Serrano. Dorsal 1280

Entre Madrid, Valencia y el Medio de Piélagos

Un cántabro que luce con orgullo una camiseta de Santander, vive en Madrid y ha corrido el Maratón de Valencia en más de una ocasión. Ángel Serrano se desplazó de la capital para completar el recorrido en 3 horas. El 25º entre los veteranos. Ángel está como nuevo y parece que no haya corrido los 42.195 metros. Elogia a Valencia, ensalza las virtudes del recorrido y acaba: «Es la mejor de España junto al Medio Maratón de Piélagos, aunque ahí sí hay alguna cuesta de más».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Valencia enamora