La Lliga de raspall corona a Marrahí y Josep

valencia. La Llosa de Ranes vibró con la final de la Lliga de raspall - Trofeu Diputació de València-, que se llevaron Marrahí y Josep al imponerse 25-10 frente a Moncho, Sanchis y Miravalles. La pareja rompió los pronósticos, que daban al trío como claro favorito. El saque de Marrahí y el juego cerebral de Josep tumbaron a un equipo atenazado por los nervios.

Tanto Marrahí como Josep suman su primer gran título profesional, aunque el entorchado tiene un tercer dueño, Alberto, compañero original de Marrahí en esta Lliga que tuvo que abandonar la competición en la penúltima partida de la fase regular por un accidente laboral. El viernes por la noche en La Llosa, el punter estuvo dando apoyo moral a la pareja.

El choque empezó con Marrahí al dau. El de Villanueva de Castellón hizo valer su poderoso saque para anotar el primer juego, no sin mucho esfuerzo, ya que Moncho, Sanchis y Miravalles plantaron cara. Pero cada quince del trío era contestado con un saque directo de este resto, un portento físico. Después de un largo intercambio de golpes, el 5-0 subió al marcador.

Entonces le tocaba el turno a Moncho, que debía marcar terreno también con su saque. Pero el trío anduvo lejos de su mejor nivel en esos compases iniciales, y Marrahí y Josep pusieron el 10-0 con un juego de val net. Esos dos primeros golpes acabaron de descentrar a Sanchis y Miravalles y desesperaron a Moncho, que a pesar de ello mantuvo a los suyos en la partida.

En el tercer juego volvía a sacar Marrahí, y la tónica se mantuvo. Tanto él como Josep aplicaron la estrategia de cerrar los quinces rápidos. No les interesaba el peloteo porque, al ser dos, podían acabar fundidos, más aún teniendo en cuenta el intenso calor de la noche de La Llosa. La suerte también le dio la espalda a Sanchis, al que le cayeron varias pelotas de la galería, y el choque se puso 15-0, es decir, casi imposible de remontar.

Fruto del desgaste de la pareja y de la mejora del trío, Moncho fue capaz de sumar el siguiente parcial (5-15). Con un saque menos potente pero mejor dirigido, el de Manuel hizo daño a la pareja que, sin embargo, en el siguiente parcial puso el casi definitivo 20-5. Moncho anotó un juego más antes del 25-10, pero el trío no logró en ningún momento inquietar la tranquilidad de los campeones.

Marrahí y Josep tuvieron un bonito gesto con Alberto, a quien no quisieron dejar a un lado en la entrega de trofeos. El de Aielo de Rugat recogió el trofeo de campeón, vestido de calle y con un dedo vendado. Fue el broche de oro a una noche mágica del raspall.