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GUILLEM SANCHIS
Domingo, 26 de octubre 2014, 00:24
Cuando el arquitecto Víctor Iñurria acabó de pilotar el proceso de creación de la Federació de Pilota Valenciana, a mediados de los 80, recordaba de sus años de estudiante que existía una escultura de la Antigua Grecia en el que se representaba a seis figuras que parecían jugar a pelota a mano. La modalidad que practicaban era la Feninde, uno de los orígenes de este deporte. Hay discusión sobre si la pieza era parte del pedestal de una estatua o se encontraba insertada en la muralla de Atenas. Tanto daba.
En su cabeza rondaba que aquella pieza existía. Lo que no sabía es dónde localizarla. Entonces Iñurria pensó que, tratándose de arte de la Antigua Grecia, debía estar en el Museo del Vaticano. «Me puse en contacto entonces con Paloma Gómez Borrero, corresponsal en Roma, que fue muy atenta, y empezó a buscarla", recuerda el arquitecto. Al poco tiempo recibió una llamada de la periodista: «No está aquí». Sin embargo, se ofreció a echarle una mano para encontrarla.
Después de consultar con varias fuentes, localizaron la pieza en el Museo de Ática de Atenas. «Cogí a mi mujer y nos fuimos a Grecia. Y la encontramos», rememora el ex presidente, que pasó algunos apuros para poder hacerle una foto al gravado. La osadía casi le cuesta la expulsión del museo.
Con la imagen revelada, Iñurria se fue a hablar con el entonces presidente de la Generalitat, Joan Lerma, para proponerle que hiciera las gestiones oportunas para obtener un vaciado de la pieza y traerlo a Valencia. Sería el premio que se otorgaría a los campeones del Individual, que había empezado unos pocos años antes. El torneo, a partir de entonces, llevaría el apéndice de 'Trofeu President de la Generalitat', y se entregaría a cada campeón una reproducción a escala. Sólo el que ganase tres títulos seguidos o cinco de forma alterna se llevaría el trofeo a tamaño natural. Quico puede hoy llevarse la mole de 20 kilos a su casa de Massamagrell si gana a Fageca en la final que les enfrenta a partir de las 11.30 horas en la Ciutat de la Pilota.
Empezaron las gestiones de la Generalitat y, a los pocos meses, Víctor Iñurria recibió una llamada del aeropuerto de Manises. Había una valija para él. Era el vaciado de la Feninde, que un escultor valenciano se encargó de hacer a escala y trasladar a bronce. Empezaba entonces la leyenda del Individual.
Un olimpo de cinco pilotaris
A lo largo de los 28 años de historia de los campeonatos individuales de escala i corda y raspall, sólo cinco pilotaris han conseguido alzarse con la reproducción a tamaño natural de esta escultura llegada a tierras valencianas través de la noche de los tiempos. El primero en lograrlo fue Paco Cabanes 'Genovés', en el año 1991. En 1992 lo consiguió Pasqual II, el irrepetible resto de Genovés, en la modalidad de raspall.
También se hizo merecedor del trofeo en propiedad Enric Sarasol, en 1994, tras ganar tres ediciones consecutivas. Más adelante llegaron los dominios absolutos en el mano a mano de Álvaro y Waldo, en escala i corda y raspall respectivamente. Estos dos pilotaris son los únicos que poseen dos títulos en propiedad, gracias a sus prolongados reinados a partir del año 2000. Quico puede ser el sexto de una lista en la que aparecen los dioses del Olimpo de la pilota.
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