«Los números del Palacio de Congresos no justifican una ampliación del edificio»

-¿Cuánto tendría que crecer el Palacio de Congresos para necesitar la ampliación?

-La ampliación no es un tema que esté sobre la mesa, no se prevé. El Palacio, fruto de la coyuntura económica, ha vivido años complicados y ha bajado la facturación, no tanto como la actividad que sube desde 2014, pero los números no justifican la ampliación.

-¿Ni en todo el mandato?

-Seguro que no. La industria sanitaria está detrás del 80% de los congresos y la crisis ha reducido el presupuesto de las empresas del sector.

-Parece que su capacidad no depende tanto de la actividad comercial como de temas contextuales.

-No es así. Cuando empezamos llegaba todo por teléfono, pero en 2003 empezamos a ver que no sonaba tanto y que la actividad comercial era imprescindible. Lo que nos diferencia de la competencia es que el Palacio tiene embajadores, personas que promocionan de forma altruista porque son conscientes de la importancia que tiene traer gente.

-¿Se cede mucho en el precio?

-La facturación de un congreso es un tercio de lo que fue en 2006, pero el impacto en la ciudad es el mismo. El pasado año cerramos con 110.000 pernoctaciones y 67 millones para Valencia, pero hemos tenido que hacer descuentos de un 12%. Además, desde 2006 damos comisiones a intermediarios. De todas maneras, el precio no repercute en las cancelaciones. Desde 2008, se mantienen en el 18%. El valor lo dan los servicios complementarios como proyectores, rotulación... que antes traían los organizadores y no funcionaban bien, dañando la imagen del recinto.

-¿Cómo volver a crecer?

-Con la promoción internacional. En la candidatura para organizar un congreso, el 10% corresponde al Palacio, que es el motivo de la decisión, pero se mira que sean competitivos los hoteles, el catering... Si se junta todo eso, ganamos. No es lo mismo comer aquí que en Finlandia, por ejemplo.

-¿Les ha perjudicado la mala imagen de España por la corrupción?

-Han sido unos años complicados porque la imagen de España estaba deteriorada. Se ha retirado el apoyo a candidaturas por la mala imagen. En el Congreso Mundial del Sueño que hicimos en 2013, llamaban con frecuencia desde Estados Unidos diciendo que veían imágenes de gente cogiendo comida de los contenedores. Respondíamos que sufríamos la crisis pero como en todas partes.

-¿Qué otras cosas se miran cuándo se decide el lugar de un congreso qué cosas se miran de la ciudad?

-Las conexiones internacionales. Valencia no las tiene como tal y por eso son tan importantes los 'hub'. El AVE nos ayuda mucho aunque falta la guinda: que salga desde Barajas. Ayuda mucho que, cuando uno viene de Asia, digas que de Madrid a Valencia sólo hay 90 minutos.

-¿Qué otros factores?

-Tener mil habitaciones a una distancia a pie es indispensable. Hasta que no tuvimos los hoteles alrededor la actividad internacional era ridícula. Además del clima. Estos días ha empezado el frío, pero tenemos sol. La ciudad es atractiva y una desconocida en muchos países, pero Valencia siempre triunfa.

-¿Tanto influyen esas cosas?

-Sí, de un congreso se recuerda casi más las cenas, las visitas y si el zumo de naranja es natural. Lo de menos son los ponentes.

-Se les acusa de aprovechar su condición de edificio público para quitar mercado a los hoteles, ¿Cómo ve esa convivencia?

-Lo más fácil es quejarte en todas partes. No partimos con ventaja porque pagamos las inversiones. No como otros centros de otras ciudades. Además, estamos en un edificio pensado para congresos y un hotel no tiene estas instalaciones. Cuando el Palacio va bien, los hoteles también.

-¿Cómo es la relación con Feria Valencia?

-Comienza una nueva etapa en España y todos la cogemos con muchas ganas y ánimo. Espero que dentro de unos años sigamos así. El primer fallo que ha habido es no hablar, todos hemos hecho cosas mal pero si ahora nos quejamos no avanzaremos.

-¿Han acostumbrado mal al Ayuntamiento al cubrir inversiones?

-La responsabilidad de todo recinto público es autofinanciarse, generar riqueza para la ciudad. En la primera reunión (con el nuevo gobierno municipal) dije que, si sólo buscaban resultados económicos, se podía hacer con la mitad de plantilla y empezando a organizar bodas y cotillones. Los números saldrían pero no generaría nada la ciudad.

-¿Cómo ha ido 2015?

-Ha sido espectacular, no en facturación pero sí en actividad. En la venta de servicios crecemos un 40%. Las previsiones de este año es complicado darlas porque ahora el cierre se hace a última hora.

-¿Por qué no se hace con la anticipación de antes?

-Hay cambios en los apoyos de la industria y se esperan a última hora para los descuentos, hasta un 30% se puede dar. En 2016 tenemos la previsión de diez congresos grandes, que son los que te diferencian.

-¿Cuáles son las principales ciudades competidoras?

-Valencia es muy importante a nivel nacional muy importante. En Madrid y Barcelona resultan más caros los hoteles. Después está Bilbao, Sevilla, Málaga y Zaragoza. A nivel internacional estamos los terceros.

-¿Un congreso de que tenga ganas?

-El nacional de Radiología, que empezamos a trabajar en 2000. Este año se hará en Zaragoza, en la Feria. Con las carpas y los hoteles somos una alternativa.

-¿El congreso más difícil?

-Con el de médicos de familia de octubre tuvimos que poner cuatro carpas. Es el que más miedo me ha dado porque hubo 4.000 inscritos pero fue un éxito.

-¿El más rentable?

-El que coge todo el edificio, es nuestro producto estrella y no hay tanta competencia a nivel local.

-¿Les perjudicará que no se apueste ahora por los grandes eventos?

-Los grandes eventos sirvieron para dar a conocer la ciudad. Lo importante ahora es dar imagen de seriedad y profesionalidad. Además, no creo que no se apueste por un gran evento si es algo rentable para la ciudad.