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PPLL
Lunes, 6 de febrero 2017, 00:00
Muchos citricultores que no pudieron vender a tiempo sus cosechas de clementinas, y se han estropeado en el campo por culpa de las lluvias torrenciales, si las tenían aseguradas para este riesgo pueden verse favorecidos por la suerte, cobrando más que los productores que alcanzaron a venderlas con normalidad y las recolectaron para el mercado. Esta es la tremenda contradicción que se está dando, según comprueban los citricultores al comparar los importes de sus ventas o liquidaciones de SATs, cooperativas y ventas 'a resultas' con las indemnizaciones del seguro. Se dan casos en los que, coexistiendo ambas situaciones en un mismo agricultor, al ver lo obtenido por la parte que vendió y lo ingresado -o pendiente de ingresar, pero ya peritado- por el seguro en aquella porción que se deterioró tras llover, descubre con sorpresa que ésta última es superior. Un sinsentido que lleva a una anómala conclusión: mejor cobrar las clementinas del seguro que venderlas a precios tirados. Alguien debe poner remedio, y no reduciendo el seguro, sino mejorando lo de los precios.
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