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Á. M.
Sábado, 8 de abril 2017, 01:49
Valencia. El nuevo secretario general de CC OO en la Comunitat Valenciana, Arturo León, consiguió hacerse el pasado miércoles con el cargo por un 55% de los votos en el congreso de la organización y tampoco será fácil la gestión que tiene por delante. Al margen de su papel ante la patronal y la administración, de puertas para dentro del edifico de la plaza Nápoles y Sicilia de Valencia le va a corresponder interpretar un papel incómodo.
Tras casi una década de ajustes y recortes de gastos, la organización sigue arrastrado pérdidas y va a requerir que se continúe con medidas laborales. Tras el actual expediente de regulación de empleo (ERE) en el que se encuentra hasta el 31 de diciembre tendrá que abrirse un nuevo proceso de diálogo. «Si no se produce un incremento de las afiliaciones hasta fin de año, será necesario volver a sentarse a negociar. Lo deseable sería no tener que hacer nada, pero, si no hay más remedio, tendremos que hacerlo», reconoce León a LAS PROVINCIAS.
Evitar despidos
En todo caso, destaca como en el actual expediente se contemplaban seis despidos que se han podido evitar por medio de ajustes salariales «especialmente en la dirección, que ha bajado sus sueldos un 13%», señala. Las características de ese nuevo plan de ajuste no están definidas y estarán condicionadas al escenario concreto al que se llegue en los últimos meses del año.
Al mismo tiempo, su objetivo es reducir la dependencia de los fondos públicos, que actualmente se sitúa en el 20% de su presupuesto frente al 80% que proviene de las cuotas de los afiliados, según León. Igualmente, quiere cambiar la forma de trabajar por una más sistematizada. «Si no fijas objetivos, el día a día te marca la agenda», reconoce León.
Sobre el encaje en la nueva ejecutiva del sector crítico (que contó con un respaldo del 43% en el congreso) León advierte que «al secretario general nadie puede hacerle su equipo». En todo caso, asegura que CC OO no puede tener un «pensamiento único» y en el sindicato pueden convivir distintas sensibilidades, «aunque en el congreso no se han planteado diferencias ideológicas». Aunque reconoce que es necesario negociar y dedicarle su tiempo, espera «lealtad» a la otra parte. «No se trata de ser leal a mí, sino a la organización», apunta.
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