El PSOE solo vencería en Extremadura y Asturias y necesitaría a Podemos

Se acabaron los gobiernos de mayorías absolutas. Es probable que el mapa autonómico que se configure tras las elecciones del 24 de mayo, cuya campaña empieza hoy, siga siendo predominantemente azul pero, según el barómetro del CIS , el PP tendrá que emplearse a fondo en negociar, fundamentalmente con Ciudadanos, si quiere mantenerse en el poder. De cumplirse sus pronósticos, sólo conservará una hegemonía clara en Castilla y León, además de en Ceuta. El desgaste de las fuerzas mayoritarias es evidente. La disputa política ha dejado de ser cosa de los mismos dos, o a lo sumo tres, partidos en la mayoría de las comunidades. Habrá pues parlamentos atomizados. Sin embargo, sigue sin haber, por el momento, 'sorpasso' de las fuerzas emergentes.

El PSOE, por ejemplo, sobrevive mejor de lo que parecía hace tan sólo unos meses a la irrupción de Podemos, lo que no quita para que apenas logre reponerse del golpe asestado en mayo 2011, cuando perdió todos los ejecutivos autonómicos que estaban en liza.

El primer partido de la oposición solo puede aspirar a recuperar Extremadura, donde según el CIS superaría al PP como primera fuerza, pero Guillermo Fernández Vara necesitaría de Podemos para gobernar. Es probable que mantenga además Asturias, aunque también Javier Fernández tendría que entenderse con el partido de Pablo Iglesias, que obtendría en el Principado uno de sus mejores resultados. Quizá pueda mantener la alianza con Coalición Canaria, que aun erosionada mantiene la primera posición, en el gobierno de las islas. Y en Baleares, donde es segunda fuerza, tendría opciones aunque le exigiría formar un complejo tetrapartito.

En un pañuelo está una plaza cargada de simbolismo, Castilla La Mancha. Pocas cosas les gustaría más a los socialistas que cobrarse la cabeza política de María Dolores de Cospedal, que además de presidenta autonómica es la número dos del PP nacional. El CIS la sitúa como ganadora en número de escaños, pero con una ventaja mínima. Y en porcentaje de votos, Emiliano García Page está por delante. Ciudadanos, que está en tendencia alcista, tendrá aquí por sí solo, como en otras cinco comunidades la llave del gobierno. Ahí parecen acabarse, hoy por hoy, las posibilidades de la formación que dirige desde hace diez meses Pedro Sánchez.

Con estos vaticinios en la mano, cabría decir que la formación de Mariano Rajoy será la ganadora de las elecciones en el cómputo global. Eso sí, quedará muy debilitada. Gracias al enorme colchón con el que contaba, todavía puede aspirar a gobernar en feudos históricos como la Comunidad de Madrid, donde a pesar de la 'operación Gabilondo' en la que Sánchez puso tanto empeño, el PSOE no consigue superar al PP; también en Murcia, en La Rioja y según sople el viento en Castilla-La Mancha, pero dependería en todas ellas de lo que decida Albert Rivera. Lo mismo le ocurre a Luisa Fernanda Rudi en Aragón, aunque ella además tendría que seguir contando con el PAR, con el que ya gobierna ahora.

El escenario es, en todo caso, enormemente volátil. En la mayoría de las comunidades el porcentaje de indecisos supera el 30% y eso es mucho decir si se tiene en cuenta que en no pocas regiones las cosas están muy ajustadas. En Navarra es donde el escenario parece más peliagudo. El Parlamento foral tendrá ocho partidos y formar gobierno requerirá de complicadísimos equilibrios.

La fuerza que lidera Pablo Iglesias, por lo demás, quedaría lejos de sus objetivos en la Comunidad de Madrid, en la valenciana y en Aragón, donde más fuerte se le suponía.

Ciudadanos estaría aún por detrás, «aún» porque los sondeos indican que todavía tiene margen para crecer, pero, sin embargo, la formación que comenzó su andadura en Cataluña será más determinante a la hora de facilitar investiduras.