Virtual empate entre PP y PSOE para las elecciones generales

PP y PSOE estarían igualados si se celebraran elecciones generales ahora. Los populares, según el barómetro del CIS, tienen el 25,6% de la intención de votos y los socialistas, el 24,3, una diferencia de 1,3 puntos. El estudio tiene un margen de error de dos puntos, y en demoscopia eso es un empate. El partido gubernamental confirma su tendencia descendente, pierde casi dos puntos respecto al anterior sondeo, mientras que el primer partido de la oposición se recupera y gana dos puntos. Podemos entra en un profundo bache y pierde más de siete puntos; todo lo contrario que Ciudadanos, que aumenta ocho puntos y medio su intención de voto.

El cuádruple empate del que hablan algunas encuestas no existe en el amplio estudio del CIS. PP y PSOE mantienen una notable ventaja sobre los dos partidos emergentes, y aunque no llega a las cotas de antaño, el bipartidismo se mantiene con casi el 50% de la intención de voto. Entre Podemos y Ciudadanos suman el 30% y no dinamitan el esquema de la transición de dos fuerzas mayoritarias, aunque propinan un buen mordisco.

El PP reconoció su retroceso y mostró su preocupación por una tendencia descendente que parece imparable. En el último año y medio la caída ha sido de casi nueve puntos. Y eso que este estudio del CIS no recoge, porque se hizo antes, el impacto entre los votantes populares de la detención de Rodrigo Rato, un referente histórico del partido. Hay además otro detalle inquietante para los populares, el CIS recoge la intención directa de voto, sin 'cocina' correctora, y ahí el PP es la tercera fuerza con el 13,5%, por detrás de Podemos, 13,6%, y PSOE, 15,4.

El electorado del PP está en plena desbandada. Ni la mitad, el 48,8%, de sus votantes de hace cuatro años se mantiene fiel; casi el 18% se ha ido con Ciudadanos y pequeños porcentajes al PSOE y Podemos. Cierto es que casi el 17% aún no sabe a qué partido votará.

Rajoy, encima, obtiene una de las peores valoraciones de un presidente del Gobierno en democracia, con un 2,4, seis de cada diez ciudadanos consideran que su gestión es mala; y el 85% desconfía de él.

El PSOE, por el contrario, muestra síntomas de recuperación y recoge el 24,3% de las intenciones de voto, 2,2 puntos más que en enero, y es el primero en intención de voto directa. Unos números que son engañosos porque su electorado también es volátil. Solo la mitad, el 52%, de los que votaron socialista en 2011 lo volvería a hacer. También sufre fugas hacia los partidos emergentes, sobre todo a Podemos, al que votaría el 15,5% de su electorado, y a Ciudadanos, que recoge el 4,5%. Con todo, su nicho más nutrido de fugados es el de los que no saben qué van a hacer. Casi uno de cada cinco votantes socialistas está sumido en la duda.

Pedro Sánchez está mejor valorado que Rajoy, de hecho es el que recibe mejores notas de los líderes de formaciones nacionales con un 3,5, pero tampoco despierta grandes pasiones. Casi ocho de cada diez ciudadanos tiene poca o ninguna confianza en él y el 55% de los ciudadanos tacha de mala o muy mala su tarea de oposición.

Vasos comunicantes

Podemos ha comprobado que en política hay más penas que alegrías. Tras su exitoso 23,9% en intención de voto en enero, punto y medio por encima del PSOE y segunda fuerza tras el PP lo que llevó a Pablo Iglesias a reclamar un cara a cara con Rajoy porque su partido era la alternativa, ha retrocedido hasta el 16,5%.

Podemos, al igual que Ciudadanos, son partidos sobre todo urbanos. Son la opción con mejores perspectivas electorales en las ciudades de más de un millón de habitantes; por el contrario, su implantación rural es débil. También comparten voto joven, el de Pablo Iglesias es el preferido entre los de 18 a 24 años; el partido de Albert Rivera tiene mejores expectativas entre los que tienen entre 35 y 44 años.

Ambos además comparten vasos comunicantes. Si Podemos cayó siete puntos largos, Ciudadanos subió ocho al pasar del 5,2% al 13,8%. Este comportamiento parece dar la razón a quienes sostienen que Ciudadanos crece a costa del votante moderado de Podemos.

Pero los resultados malos de verdad son para IU y UPyD. La coalición de Cayo Lara obtiene un 4,8% en intención de voto, casi la mitad del apoyo que hace cuatro años, y el partido que lidera Rosa Díez, el 1,9%, un apoyo con el que es probable que se convierta en extraparlamentario.