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JUAN CARLOS FERRIOL
Martes, 22 de diciembre 2015, 01:36
La resaca electoral del 20-D para el PP valenciano ha sido agradable. El resultado cosechado por los populares en la Comunitat -837.000 votos y 11 escaños- permite a la formación que lidera Isabel Bonig mirar con confianza el horizonte a corto y medio plazo (que es de carácter orgánico), y también a largo plazo (ya de marcado carácter electoral). La recuperación respecto a las autonómicas de hace apenas seis meses es significativa y permite alejar urgencias. Y al mismo tiempo, dibuja un horizonte en el que, a juicio del PP valenciano, los protagonistas parecen perfectamente definidos.
El PP de la Comunitat llegaba a esta cita inquieto por el resultado cosechado hace seis meses en las autonómicas -658.000 votos-. Con un congreso regional, y otros tantos provinciales, a la vuelta de la esquina, un mal resultado el 20-D habría generado dudas respecto a la solvencia de esa alianza que mantiene Isabel Bonig con los tres presidentes provinciales, Vicente Betoret, José Císcar y Javier Moliner. Para todos ellos era necesario sortear lo mejor posible una cita que llegaba demasiado pronto tras las autonómicas de mayo. La apuesta por Bonig como presidenta regional pretendía como primer objetivo reanimar a una organización que había caído en el desánimo tras la legislatura dirigida por Alberto Fabra. «Lo primero es recuperar a nuestra gente», se decía en la calle Quart. Algunas estimaciones, conservadoras, apuntaban al objetivo de lograr al menos una mejora en el número de votos de al menos los 20.000 sufragios. Mínima, pero al menos suficiente para invertir la dinámica.
Lo logrado por el PP valenciano es bastante más que eso. La mejora de 180.000 votos respecto a las autonómicas de mayo permitió ayer al PPCV despejar muchas de las dudas que el partido sabía que sólo podría resolver en función del resultado del pasado domingo.
La primera tenía que ver con el liderazgo de Bonig y las posibilidades de afrontar o no un congreso regional plácido o de confrontación. Apoyada por Génova, consolidada por los barones provinciales, sólo un mal resultado en las generales podía generar dudas respecto a la apuesta por la exalcaldesa de Vall d'Uixó.
Los resultados hacen desvanecerse esas dudas. Así lo reconocen las fuentes del PP valenciano consultadas por este diario, que ayer mismo consideraron más que improbable la posibilidad de que Bonig vaya a tener que enfrentarse a una candidatura alternativa en el próximo congreso regional. «Quienes podrían encarnar esa otra opción andan desaparecidos», señaló un cargo del PP.
Sin adversarios en el ámbito orgánico, la presidenta regional puede afrontar el medio plazo con ciertas garantías. Entre los primeros objetivos, superar también unos congresos provinciales que, a la vista de los resultados del domingo, también se perfilan plácidos. Alicante -296.700 votos y un 32,8% de apoyos- mejora sus posiciones de forma significativa, gracias entre otras razones al cartel electoral del titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo. La posición de José Císcar, el baron del PP valenciano más consolidado en la actualidad, sale reforzado. Otro tanto ocurre en Castellón -98.300 sufragios y un 31,8%-, donde Javier Moliner también mejora los resultados de hace seis meses.
La duda afectaba a la provincia de Valencia. El liderazgo casi recién estrenado de Vicente Betoret tenía que superar una prueba complicada. Y lo hizo con solvencia, con una mejora de 95.000 votos respecto a las pasadas autonómicas. El acuerdo de apoyo mutuo entre Bonig y sus presidentes provinciales podía haberse tambaleado por la provincia de Valencia. Pero la realidad es que con el dato alcanzado el domingo parece poco probable que el congreso de Valencia vaya a ser de confrontación.
Despejado el horizonte orgánico, lo que tiene por delante el PP valenciano es una legislatura de oposición en la que las fuentes populares consultadas por este diario vislumbran un permanente desgaste del PSPV y una consolidación, hasta terminar eclipsando a Ximo Puig, de la vicepresidenta del Consell y líder de Compromís, Mónica Oltra. Los populares atisban ya que el gran duelo en las elecciones autonómicas de 2019 -si se cumple el calendario- será el que disputarán la propia Bonig y Oltra. La primera, consolidada como referencia del PP valenciano. La segunda, como pusieron de manifiesto los resultados del domingo, convertida en líder de la izquierda valenciana.
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