Moixent celebra su entrada más espectacular

Este pueblo de la comarca de La Costera, conocido por su Guerrero de la época ibérica, acaba de celebrar sus fiestas de Moros y Cristianos con gran esplendor y también con mucho frío. Son las últimas del calendario festero y que cerrarán, a primeros de diciembre, las localidades de Font la Figuera y Monforte del Cid.

Las fiestas de Moros y Cristianos de Moixent son relativamente recientes. Tienen seis años de existencia pero en este periodo no sólo se han consolidado sino que han alcanzado una gran vistosidad gracias al esfuerzo de los propios festeros, gente, en su mayoría, muy joven. La idea nació de un grupo de ellos , habituales espectadores de los Moros y Cristianos de muchas poblaciones los que tomaron la difícil y valiente decisión de implantar la fiesta en el municipio. Empezaron de cero, luchando contra viento y marea, en plena crisis económica.

La dotaron de los mínimos órganos representativos, instituyeron como máximos cargos festeros al embajador moro y al embajador cristiano, libres de la cargas ostentosas, para que cualquiera pudiera serlo.

La fórmula cuajó y en estos momentos son más de veinte 'filaes', aunque con muy pocos festeros, las encargadas de los actos. Los organizadores han conseguido que esta responda al esquema de la trilogía festera y tenga una advocación religiosa como patrón.

De inmediato, consensuaron que estas fiestas de Moros y Cristianos de Moixent se realizaran en honor de la Milagrosa. En la población existe un colegio de monjas por cuyas aulas han pasado casi todos los niños del municipio. El centro está regido por las Hermanas de San Vicente de Paul. La congregación tiene cómo referente de su orden a la Virgen de la Medalla Milagrosa, una imagen muy querida y que aglutina numerosos recuerdos de la infancia.

Dificultades

Consolidar la fiesta no ha sido tarea sencilla. Muchos de los jóvenes que la iniciaron se encuentran en situación de desempleo y hacer frente a las cuotas es todo un sacrificio. Pese a todo, los Moros y Cristianos se mantienen. En su día, el primer presidente y fundador de la misma, Vicente Saus, escribió las embajadas que se representan en la plaza, delante del Ayuntamiento.

La entrada, el acto más espectacular de cualquier fiesta de Moros y Cristianos ha ido mejorando considerablemente con la incorporación de carrozas y desfiles con buenas bandas de música. Se trata de un elemento muy importante, pues la música resulta fundamental en este tipo de fiestas.

Pese al intenso frío del pasado sábado, el largo recorrido estaba lleno de espectadores, vecinos de Moixent y visitantes de muchos pueblos de la comarca. Las tropas cristianas las cerraba su embajador, mientras las moras las comandaba un joven del municipio, recién llegado de su viaje de luna de miel. Un colofón a unos días felices.

La ilusión de todos los festeros y festeras, unida al esfuerzo y trabajo, permitirán mantener la celebración con la dignidad que se merece. Algún día tenían que empezar. Arrancaron hace seis años, sin antecedentes históricos, pero ahí están, ya integradas en el calendario festivo y social de Moixent.