Cena en la Patacona con la bodega más antigua de Italia
Una singular propuesta maridó vinos italianos de gran prestigio con la cocina típica del país
Entrar en Tintorera es como colarse en la casa de una elegante familia italiana que siempre tiene la mesa puesta, el vino listo para servir ... y tiempo para una buena conversación. Tiene ese carácter mediterráneo que no responde al diseño estudiado, sino al buen gusto y el amor por los detalles: vitrinas llenas de botellas de vino, cuadros en cada rincón, copas de cristal con personalidad y una luz perfectamente tenue. Su dueño, Crisitiano Bartolini, italiano amante del buen vino, fue el anfitrión de una reciente velada en la que se reunieron distintas voces de la gastronomía valenciana, para conocer un nuevo menú toscano que se acompaña por los vinos de la bodega más antigua de Italia, la bodega Marchesi Antinori, que data del año 1385.
En la mesa, dirigiendo la experiencia, estaba Nicoletta Borrelli, gerente de la bodega en España y otros países, y conocedora al detalle de cada uno de los vinos de la casa. Una cena cálida y divertida, en la que el vino fue el protagonista, como sucede siempre en Tintorera Wine Restaurant: se come al ritmo del vino, y todo invita a pedir una copa más. En cuanto al menú, una serie de propuestas pensadas para congeniar con los vinos: surtido de fiambre italianos, procedentes de la Toscana, junto con una tosta de paté de hígado, todo ello acompañado por un vino primer vino rosé, una variedad que en otros países se celebra con entusiasmo, y aquí estamos empezando a saber disfrutar. En concreto, una elaboración nacida en la Toscana, principalmente a partir de uvas syrah y merlot. Fresco, afrutado y vibrante, ideal para abrir el apetito.
Para continuar un pescado, bacalao con salsa de tomates de Livorno y espuma de patatas, maridado con el que es considerado como el mejor vino blanco de Italia por el crítico vinícola estadounidense James Suckling, un vino famoso por su elegancia y su naturalidad. Y de tercer plato del menú, una pasta fresca y casera, servida al dente, tal y como la comen en Italia, acompañada por una salsa de ragú al vino Chianti y acompañado todo ello por un tinto estructurado, con aromas frutos negros y toques especiados. Como última entrada antes del postre, un asado de ternera a baja temperatura, de esos que se desahacen solo con poner el cubierto en el plato. Aquí el protagonista fue sin duda el vino, elBadia a Passignano Chianti Classico Gran Selezione, un tinto elegante y con cuerpo, elaborado con uvas de la variedad sangiovese de suavidad aterciopelada gracias a su crianza en roble.
Para terminar, el postre; un helado acompañado por una versión del panettone milanés y avellanas. Un final dulce y refrescante maridado con un «vino santo», de los que se usaban antiguamente durante las misas, dulce y tradicional, envejecido durante al menos dos años. Una de las comensales mencionó: «¡terminas lleno con este menú!», a lo que Cristiano contestó: «¡para poder probar muchos vinos hay que comer bien!». Un menú ideado para dar un paseo por las viñas italianas, acompañado de deliciosos platos sin pretensiones que resume el alma de Tintorera: puro espíritu de la Patacona.
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