'Barbie', a punto de devorar a Valeria

Está a punto de conseguirlo. Si no lo ha logrado ya. Valeria Lukyanova lleva años soñando con diluirse y convertirse en 'Barbie humana'. Esta joven ucraniana de 23 años viene asombrando al mundo con su obsesiva (y muy cara) reconversión en la imagen de carne y hueso de la famosa muñeca de Mattel, la 'novia de América' que también acabó siendo la novia de medio mundo y el juguete más deseado por varias generaciones de niñas. Saltó a la fama en 2011 y ha ofrecido desde sus perfiles en las redes sociales todos los pasos que ha dado para transmutarse en un ser casi artificial.

Todo su físico ha sido 'tuneado' en los talleres de los cirujanos plásticos. Se quitó varias costillas para que su cintura no superara los 50 centímetros. Pecho, nariz, labios, extremidades. Todo nuevo. Ahora, Valeria ha incluido en su Facebook y su Twitter unas fotos reales suyas para que se pueda apreciar el grado de transformación que ha adquirido a lo largo de estos años. En sus 'selfies' aparece cuando era un poco más jovencita y también sin maquillaje, que es la actividad que más tiempo le roba de su jornada diaria. Solo conserva su pelo natural. Pero esa cabellera rubia eslava no necesitó retoques ya que era igual que el modelo original.

Cuando Ruth Handler lanzó sus primeros modelos de la muñeca en la primavera de 1959 ya hubo quien advirtió contra el peligro de que muchas niñas trataran de imitarla. Pero nunca que algunas llegarían tan lejos. Lukyanova es ya la 'Barbie humana' más famosa del mundo y ha dejado en segundo plano a su predecesora Dakota Rose o a su competidora local, la también ucraniana Anastasiya Shpagina, aunque ésta ha derivado más hacia la clonación de personajes de los dibujos animados japoneses. Pero la reina de las 'Barbies' no parece lo bastante 'plástica' como para enamorar al 'Ken humano', ya que al novio que también inventaron en Mattel tampoco le han faltado versiones de carne y hueso. La más aproximada es la del neoyorquino Justin Jedlica, que se ha gastado 100.000 euros en las 140 operaciones que han recauchutado su físico aniñado. «Es una chica linda pero me recuerda a un travesti. Es una ilusionista», se mofó Justin cuando la conoció hace unos días. Además de piel y huesos, los cirujanos han debido retirar a ambos algo de cerebro, ya que suelen rivalizar en decir necedades. «Preferiría morir torturada a tener hijos», aseguró Valeria, que sigue tratando de convencer al mundo de que puede vivir sin comer, solo gracias al aire y la luz.