Meg Ryan, en su papel de mujer operada

Poco queda de aquella cara angelical con la que Meg Ryan conquistó Hollywood. La actriz protagonista de películas románticas como 'Cuando Harry encontró a Sally' ha vuelto a interpretar otro filme, pero esta vez, de terror. Llevaba más de un año sin aparecer en la palestra y, aprovechando la semana de alta costura de París, ha querido sorprender con su presencia. Y vaya si lo ha conseguido. Pocos dirían que es ella. Aficionada a los retoques y al bisturí desde 2003, esta vez se le ha ido de las manos. Los expertos aseguran que se ha pasado con el bótox, pero no hay que serlo para ver que sus ojos, convertidos ahora en pequeños botoncitos, frente, nariz y boca lucen totalmente distintos. A pesar de que con tanto cambio su carrera ha resultado gravemente afectada, parece que no aprende. La meca del cine le ha castigado sin rodar ningún largometraje como protagonista durante los últimos 6 años. No es la única que ha caído en los encantos o las garras, según como se mire, de la cirugía estética: la prensa internacional habla desde hace tiempo del «efecto Zellweger», en referencia a la aparición de la actriz con una transformación similar a la de Ryan. Aunque Renée negaba haberse sometido a ninguna cirugía, sino que se trataba de lo «feliz y sana» que estaba. Dicen que el peor enemigo de Hollywood es el paso del tiempo y así lo debió pensar también Uma Thurman cuando este año sorprendió a todos con una cara tan estirada que no podía ni sonreír. Por no hablar de Melanie Griffith, Nicole Kidman, lo que queda de Mickey Rourke, Cher...