Iker y Sara se dan el 'Sí, quiero'

Iker Casillas con poco hace mucho. Con unos simples huevos fritos con patatas él solito fue capaz de merendarse a la audiencia de Bertín Osborne, quedando muy cerquita de Mariano Rajoy -y eso que el presidente llevó una botella de Alvariño-. Y ahora lo ha vuelto a hacer. El guardameta más famoso de España, actualmente en el Oporto, se ha casado en secreto, en una ceremonia íntima y discreta, sin traje de pingüino y con una novia que lucía un traje premamá en lugar del típico vestidazo. Aún así lo ha convertido en el casamiento del año.

A diferencia de sus compañeros, en su enlace no hubo ni cientos de invitados, ni una manada de gente esperando a la salida de la iglesia para tirar pétalos de rosa ni paparazzis. Iker Casillas y Sara Carbonero se dieron el 'sí, quiero' en la más estricta intimidad en el juzgado de Boadilla del Monte en Madrid con la única compañía del pequeño Martín, de dos años. Además del notario, que también era de su absoluta confianza y los dos testigos que son necesarios, uno de ellos fue Irene Carbonero, hermana de la periodista. Ni siquiera sus padres estuvieron presentes en su unión civil, que se celebró el pasado 20 de marzo. «La única manera de poder casarse sin que aquello se convirtiera en un espectáculo era hacerlo así», ha comentado un íntimo de la pareja.

Para ellos su boda se ha tratado de un simple trámite, ya que como han manifestado en varias ocasiones no necesitan papeles para sentirse comprometidos. La pareja se conoció en la Copa Confederaciones de 2009, pero no fue hasta 2010 cuando iniciaron su relación. Y aunque ahora son poco dados a las grandes exhibiciones, lo suyo comenzó por todo lo alto: se plantaron un beso en el Mundial de Sudáfrica que dio la vuelta al planeta. Posteriormente, otros -como Dani Rovira y Clara Lago en Los Goya- han repetido la escena, pero sin tanto éxito. «Ha sido espontaneidad, somos gente normal», declaraba por aquel entonces Iker. Hace dos años el portero actualizó su perfil de Instagram y puso: «Afortunado, privilegiado y padre de Martín». Tal vez a partir de ahora diga también: «Padre de Martín y cía (el niño que esperan) y marido de Sara Carbonero».