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ARANTZA FURUNDARENA
Domingo, 10 de abril 2016, 00:27
En sus 'Antimemorias de un comunista incómodo', Andrés Sorel (Segovia, 1937) se trata de tú y se cuenta su vida a sí mismo. El hombre que conoció al Che, se codeó con La Pasionaria y vivió un mes en Corea del Norte lamenta estos tiempos «virtuales donde falta pensamiento y sobra mercancía».
La Primavera de Praga, el Mayo Francés, la Revolución de los Claveles... Ha estado usted en todo.
Así he podido vivir muchas derrotas. Porque mire en qué acabó aquello.
¿Será que la utopía es irrealizable?
Eso parece. Yo en Praga llegué a pensar que era posible. Fueron momentos muy hermosos. Pero no pudo ser. Y en Cuba, tampoco.
Ahora la cara del Che decora El Baile de la Rosa monegasco.
Se ha convertido como casi todo en icono, en mercancía. Por desgracia estas grandes figuras han sido a menudo malinterpretadas. Y eran muy humanos. Yo siempre he buscado el lado humano en las revoluciones políticas.
¿Por qué?
Porque es al ser humano a quien deberían dedicar sus esfuerzos las organizaciones que quieren transformar el mundo y no a la toma del poder. Pero vivimos en una sociedad que se encamina hacia lo virtual más que a lo humano. Y eso es terrible porque en un mundo virtual el pensamiento no existe. Y sin pensamiento, ¿qué nos queda?
Me da que es usted más incómodo que comunista.
Las dos cosas. Creo que deben ir unidas. Yo no concibo al comunista de catecismo.
¿Los políticos actuales lo son?
Me da igual que sea Cospedal que Sánchez que Pablo Iglesias... Hablan del pueblo como si fuera una masa encefálica sin pensamientos propios. Y en esto los nacionalismos también son perniciosos.
Pues usted presentó a Sortu en Madrid.
Yo no soy nacionalista, pero en aquel momento estaba apostando por la paz. ETA se había convertido en algo siniestro y yo estoy contra todas las violencias. Un mundo en el que el 5% de la población posee más dinero que el 95% restante es violento e insostenible. Que Dios salve al comunismo para que al menos impida al capitalismo ser más poderoso. Aunque el comunismo no se puede criticar porque realmente nunca ha existido. China tiene de comunista lo que yo de obispo. Y no digamos Corea del Norte.
¿Algún partido actual le representa?
No militaría en ninguno. Saludé el 15-M, pero luego cuando te conviertes en una organización empiezas a desarrollar todos los gérmenes nocivos que llevan al autoritarismo.
¿Se refiere a Podemos?
Ahí se empieza a notar algo que yo no aceptaría. Esos escenarios casi teatrales, televisivos, donde aparecen en hilera como si fueran los siete magníficos para que miles de personas los aclamen como a dioses... Eso a mí no me dice nada.
Usted que vivió la posguerra, ¿ve algún paralelismo?
No. Entonces todo era oscuro, feo, brutal. No estábamos solamente ante un partido autoritario, sino ante una sociedad miserable. La Guerra Civil hoy día se hace a través de los bancos, del dinero, de la Bolsa; desde esa prima de riesgo que obliga a bajar los salarios.
¿Le han sorprendido los papeles de Panamá?
Nada, porque he viajado muchas veces a Suiza y sé que es el país más limpio del mundo y a la vez el más corrupto porque vive de todos los tiranos y sinvergüenzas que depositan allí su dinero.
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