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NURIA VEGA
Domingo, 16 de noviembre 2014, 03:02
Dicen de ellos que son perezosos, solitarios, que duermen 20 horas al día y que, si algo les caracteriza, es su ritmo lento y sus hábitos tranquilos. Los koalas son, junto al canguro, el símbolo de Australia y la evidencia más exótica del continente. Pero Jimbelung, natural de Queensland, ha roto todos los tópicos. Amarrado a su rama de eucalipto se ha dejado fotografiar con los asistentes a la cumbre del G-20 en Brisbane y ha repartido abrazos entre los líderes internacionales.
Los flashes han registrado el saludo del ejemplar a la canciller Angela Merkel, el achuchón al presidente de EEUU, Barack Obama, y los mimos recibidos de la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde. Toda tensión se disuelve en esta cumbre cuando aparece el koala Jimbelung. Hasta Vladimir Putin ha podido acariciarlo y sostenerlo en brazos entre amenaza y amenaza de abandonar el G-20.
¡Se ha hecho muy famoso!, exclama orgulloso ante la prensa su cuidador. En Moncloa descartan, sin embargo, que su siguiente invitado vaya a ser Mariano Rajoy. Hay imágenes que conviene no regalar en según qué momento
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