M. RODRÍGUEZ/T. CALERO
VALENCIA.
Martes, 5 de diciembre 2017, 00:16
Cuando Real Madrid o Barcelona enfocan el tiro en un futbolista, suelen temblar los cimientos de la Liga. No sólo del club en cuestión, sino que pueden verse afectados otros. El último caso ha sido el de Kepa Arrizabalaga, el prometedor guardameta del Athletic que parece tener ya facturadas sus maletas rumbo al Bernabéu. El futbolista no renueva con el conjunto rojiblanco y en San Mamés ya se trabaja en un futuro sin él. Ante la idiosincrasia de la entidad presidida por Josu Urrutia, su mercado para hallar un recambio de garantías está más que limitado. Por ese motivo, una de las opciones que se contemplan es la del granota Raúl Fernández.
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El epicentro del terremoto Kepa ha coincidido con la pérdida de la titularidad del guardameta bilbaíno en el Levante. Raúl Fernández fue el portero fetiche de Juan Ramón López Muñiz en la pasada temporada, la del ascenso. El entrenador asturiano lo mantuvo bajo palos en el retorno a Primera y el vasco respondió a la confianza con buenas actuaciones. En los iniciales días de vino y rosas pareció afianzarse con paradas de mérito, especialmente en el Bernabéu y en el derbi en casa contra el Valencia.
Pero llegó la mala racha a partir de la goleada ante el Betis. Cuando Muñiz tuvo que buscar revulsivos, uno de los damnificados fue Raúl Fernández. El entrenador dio la portería a Oier a partir de la duodécima jornada, a pesar de que el bilbaíno había sido uno de los mejores en la marejada de los malos resultados. Para ser justos, el exguardameta de Granada y Real Sociedad tampoco ha estado mal en los tres encuentros que ha disputado. La decisión táctica coincidió en el tiempo con el momento en que cobró fuerza la operación de Kepa.
Si pierde al portero internacional, el Athletic tiene a Herrerín, cedido el pasado curso en el Leganés y que no ha hecho fuerza por salir al prometerle Ziganda cierto protagonismo. Además, Remiro -que estuvo el año pasado en el Levante- se halla cedido en el Huesca. El meta, también internacional en las categorías inferiores, tuvo en su día algún desencuentro con el cuerpo técnico de Ziganda. El entrenador, no obstante, se tambalea y, de caer en Europa League y el domingo en Orriols podría cesar como inquilino del banquillo de San Mamés. En el club, sin embargo, han empezado a contemplar otras opciones, entre ellas Raúl Fernández, para no quedar limitados a Herrerín y Remiro. El meta del Levante tiene contrato hasta 2019 ampliable un año más.
En el aspecto institucional, el presidente del Levante, Quico Catalán, acudirá a la asamblea del FROG, que tendrá lugar el lunes en el Ateneo Marítimo y a la que fue invitado. La asociación que nació con la vocación de fiscalizar al consejo también instalará el domingo mesas en Orriols para recibir la delegación de acciones de cara a la junta general.
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