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El colectivo coordinará con el Juzgado Privativo una solución

Pretenden recuperar el soto para que sirva de paraje visitable y se arregle como el del Molino de la Ciudad

F. A.

Domingo, 31 de enero 2016, 00:36

El ánimo que impulsa a la Asociación de Vecinos de las Norias Gemelas se fundamenta en que las cenias todavía pueden funcionar como antaño sin mucha inversión. Las ruedas del siglo XIX se dejaron de usar en los años setenta, pero como afirman desde La Parroquia, se pararon hace bien poco por cuestiones económicas. El bombeo de agua a motor eléctrico interfería el flujo de las norias que no tienen la misma capacidad que las actuales bombas para sacar agua.

En cualquier caso buscan de manera coordinada con el Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela una solución para poner en funcionamiento estos instrumentos circulares. En la actualidad la agrupación considera que los mecanismos pierden valor al no utilizarse, «la madera se resquebraja al estar en contacto con el sol, asimismo la estructura de metal presenta varios agujeros y está oxidada».

El colectivo vecinal pretende constituir un soto con todos los servicios en la entrada del Segura a la Vega Baja. Para ello, quieren potenciar las norias con visitas culturales e incluso acondicionar un espacio verde como el que se encuentra cerca de la ciudad, a escasos metros del centro comercial Ociopía. En definitiva creen que podría ser un paraje natural, puesto que conserva todos los atractivos con fauna y flora autóctona. Hace cinco años se planteó invertir en este espacio por parte del equipo del PP que dirigía Mónica Lorente, pero no se realizó ninguna actuación en este entorno.

La puesta en marcha del proyecto de recuperación de las Gemelas ha servido de excusa para crear un espacio propio en las redes sociales. Con el nombre 'Las norias: Su pueblo y el mío', en homenaje a Miguel Hernández, se ha creado un grupo en 'Facebook' para compartir escenas familiares de baños en este paraje. Las jóvenes de hace cincuenta años se bañaban junto a los cangilones con el agua procedente del río, era otra época donde en cualquier acequia se podía ver a los niños disfrutar como si fueran piscinas de agua, pero sin cloro.

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