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ISABEL DOMINGO
Domingo, 3 de mayo 2015, 00:59
«Lo único que puedo decir una vez que hemos empezado a leer la transcripción de las conversaciones es que produce bochorno, no puedo comentar otra cosa. Esas conversaciones aborchonan a todo el mundo y no puedo añadir nada más, es que es así de rotundo», explicó ayer Rita Barberá, alcaldesa de Valencia y durante muchos años afín a las opiniones críticas de Alfonso Rus respecto a la gestión del PP por parte de Alberto Fabra.
Barberá admitió su estupor ante las grabaciones emitidas el viernes por la Cadena Ser. La alcaldesa realizó ayer unas declaraciones sobre el caso Imelsa en el Paseo Marítimo de Valencia, donde se encontraba de campaña electoral. «He hablado con él, pero ni ayer ni hoy, sino antes... Él ha me ha dicho que todo lo que se ha dicho ahí no es verdad, ni mucho menos, que es una manipulación... Pero yo creo y confío en que Alfonso es muy listo y sabrá tomar las decisiones que tiene que tomar tanto por él como por las personas que aparecen involucradas. Personalmente esas presiones no son fáciles de soportar, por él, por su familia y por todo el partido. Eso es así. Las instituciones funcionarán con normalidad», señaló Barberá horas antes de que se produjese la suspensión de militancia de Rus.
Por su parte, el eurodiputado Esteban González Pons, en un acto electoral en Elche, subrayó el talante de Alberto Fabra. «Ha marcado una línea roja, ha sido inflexible y ha demostrado que es el presidente que más ha hecho por limpiar el partido de corrupción, que debe ser perseguida e investigada por ser el mayor mal para la democracia»; señaló González Pons, también con antelación a que se anunciase la medida contra Rus.
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