Fabra insta a Rus a que deje paso «a quien no genere vergüenza»

El presidente de la Generalitat y del PPCV, Alberto Fabra, desplegó ayer su verbo más contundente para hablar sobre un tema que le atormenta desde hace semanas. Los populares saben que las consecuencias de la investigación de la trama de comisiones desarrolladas en el entorno de la empresa Imelsa, dependiente de la Diputación, amenaza ya no con condicionar la campaña electoral sino con, prácticamente, dinamitarla. Fabra, tras suspender a Alfonso Rus de militancia y de sus cargos como presidente del PP en la provincia, sabe que el asunto no está resuelto. El aún presidente de la Diputación no tiene la más mínima intención de abandonar la institución provincial, de modo que no queda más solución que marcar distancias con él, aislarlo, con la esperanza de que se vaya. Fabra explicó ayer la decisión de suspender cautelarmente de militancia a Rus, porque «ha habido unas evidencias que no estaban en otros casos» y las grabaciones «fueron bochornosas y no caben en el actual PP».

El presidente del PPCV da por buenas las grabaciones y elude el argumento del ya expresidente provincial de que se trata de «manipulaciones». Fabra intentó ser muy categórico con el fin de evitarse tener que continuar pronunciándose durante los próximos días, ya en plena campaña electoral. El jefe del Consell asistió en Castellón a la misa pontifical en honor a la Mare de Deu del Lledó, donde insistió en que esas conversaciones en las que se oye a Rus contando dinero y que han sido entregadas a fiscalía en el marco del caso Imelsa, «fueron vergonzosas para todos los que creemos en la política, en los cargos públicos con vocación de servicio y para poder ayudar a los demás».

Fabra, muy molesto con las declaraciones tanto de Rus como de su gente de confianza en las que se asegura que existe un complot, así como «fuego amigo», señaló que habló con Rus «cuando debía hablar», que fue el sábado 25 de abril, coincidiendo con una visita del presidente de la Generalitat a Xàtiva, y que ahora ha tomado la decisión de su suspensión conforme a su criterio «de honestidad, honradez y de no avergonzar a ningún afiliado, a ningún votante ni a ningún ciudadano de la Comunitat Valenciana».

«Ese es el nuevo PP y eso es lo que se va a seguir haciendo para demostrar nuestra capacidad no solo de gestión, sino también de honorabilidad y honestidad», agregó el presidente de los populares en la Comunitat, que tras la salida de Rus tiene un panorama más sencillo a la hora de controlar el partido a nivel provincial una vez se celebren las elecciones autonómicas y locales.

Preguntado por la candidatura de Rus al Ayuntamiento de Xàtiva, un asunto aún complicado porque se trata del espacio donde Rus tiene más influencia en los militantes del PP y podría atrincherarse como ha hecho Milagrosa Martínez en Novelda, Fabra incidió en que desde el partido se ha hecho lo que se tenía que hacer y ahora, con las candidaturas ya proclamadas, el expresidente provincial debe «ser responsable» con el compromiso que adquirió con el PP, un proyecto del que ha formado parte «durante tanto tiempo» y «actuar en consecuencia».

«Tiene que dar él el paso»

«Está fuera del PP, debería dejar paso a otras personas para que siguieran con ese trabajo y ese esfuerzo compartido, gente que quiere seguir trabajando con una idea de Comunitat distinta y que no se genere ninguna vergüenza», subrayó. Ante la posibilidad de que no renuncie, insistió en que el acta en la Diputación y el Ayuntamiento es personal y «tiene que dar él el paso».

Preguntado sobre el presunto «complot» Fabra sentenció: «no lo sé, eso lo tendrá que decir él, estaremos todos muy atentos, pero antes tendrá que explicar por qué estaba en un coche contando dinero».

La coordinadora general del PPCV, Isabel Bonig, consideró que Rus «ya sabe cuál es perfectamente la postura del PP» y ahora depende de él la renuncia a la presidencia de la Diputación y a la alcaldía de Xàtiva, al tratarse de actas personales.

Bonig, también en la misa en honor de la Mare de Déu del Lledó, defendió que el PP «siempre» ha tomado medidas en el caso de imputados.

Los altos cargos del PP y de la Diputación de Valencia más cercanos a Rus admiten que «no podemos hacer nada». En nada ha quedado aquel 'Anem a la guerra' con el que algunos de ellos se animaban en un grupo de WhatsApp cuando hace un par de semanas el presidente de la Diputación reaccionó con un comunicado oficial que negaba cualquier implicación en Imelsa.

«Por encima de las personas está el partido», recordó una persona de la máxima confianza de Rus, quien recordó que el PP en la provincia tiene 266 candidatos a alcaldías con 55.000 militantes «detrás, y debemos luchar por ellos y sacar esto adelante apoyando a Rita Barberá, que es quien nos merece la confianza, es la más de fiar de todos los que quedan». La alcaldesa de Valencia se ha convertido en el último bastión de aquellos que han mantenido una posición crítica respecto al modo en que Fabra ha gestionado el partido y los casos de corrupción que han surgido.

En el entorno político de Rus no se resignan a rebajar el tono crítico respecto a al dirección del PP en la Comunitat, «que esperamos que no nos pongan en el aprieto personal de tener que votar contra alguien que confió en nosotros». Varios miembros de su actual equipo de gobierno en la Diputación confirman que la actividad en la institución provincial «va a continuar como si no hubiese pasado nada, porque los ciudadanos no tienen la culpa de lo que está pasando». En este mismo entorno señalan que en las grabaciones hay cintas «donde se demuestra que Benavent se reunió con mucha gente, no sólo con Rus, también con aquellos que lo quieren matar ahora».