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MARTA HORTELANO
Miércoles, 27 de mayo 2015, 00:11
Calma tensa para reconquistar el Palau de la Generalitat. Los movimientos para llegar a un acuerdo que permita investir al nuevo presidente de la Generalitat no terminan de coger velocidad, tras 48 horas con los resultados de las autonómicas sobre la mesa. Los protagonistas del entuerto numérico, los candidatos de PSPV y Compromís, Ximo Puig y Mónica Oltra, no han hablado. Tampoco se han reunido. Ni siquiera se han pasado sus respectivas listas de deseos sobre la que comenzar a tachar peticiones ni a través de intermediarios. Pero lo cierto es que ambos tienen marcado en el calendario el próximo 11 de junio, fecha en que se constituirán Les Corts y se elegirá a la Mesa y al nuevo presidente de la Cámara. Apenas dos semanas por delante para cerrar el primer fleco de un acuerdo en el que entrarán instituciones a todos los niveles: Corts, Generalitat, Diputación y Ayuntamientos.
Y en todo esta carrera por liderar el Consell, un tercer convidado que lejos de ser de piedra, puede acabar siendo decisivo en el veredicto final: Podemos. El partido de Antonio Montiel se ha puesto de perfil en la disputa que Oltra y Puig mantienen para dilucidar quién ha hecho más méritos para ser jefe del nuevo Consell.Hasta ayer. Anoche, en una entrevista en Telecinco, el líder nacional de Podemos, Pablo Iglesias, decantó la balanza. Su preferida para gobernar la Comunitat es la representante de Compromís, Mónica Oltra, y no el líder del PSPV, Ximo Puig. «Si no somos la fuerza mayoritaria no vamos a participar en los gobiernos con el PSOE, pero en la Comunitat Valenciana estaríamos dispuestos a hacerlo con Compromís», vino a decir anoche. «Ellos también son representantes del cambio político», por lo que consideró factible ponerse de acuerdo.
Iglesias se posiciona del lado de Oltra sólo dos días después de las autonómicas y tras la reunión de la ejecutiva de Compromís, el lunes, en la que se acordó que la coalición mantenga sus primeros contactos con Podemos e incluso se mancomunen los votos de ambas formaciones. Entre los dos partidos sumarían 32 escaños, uno más que el PPCV y nueve más que el PSPV, que obtuvo 23, lo que daría legitimidad a la entente cordiale para tomar la iniciativa y reclamar la Presidencia en un futuro tripartito. Pero Blanquerías no pasará por ese aro. Fuentes de la dirección del partido reconocieron ayer que esa situación no se producirá porque los socialistas no aceptarán esa condición, ya que ellos son los más votados en las urnas y, sin los votos del PSPV, no sería posible sacar adelante ni un Consell ni tan siquiera la investidura de un Gobierno a dos con Compromís y Podemos. «Nosotros con Ciudadanos sumamos uno más y estamos seguros de que si se diera el caso, estarían de acuerdo para no permitir un Consell con los nacionalistas y Podemos».
Pero, más allá de las preferencias de Iglesias, en la Comunitat se mantienen los contactos entre formaciones. Fuentes de Blanquerías aseguraron ayer a este diario que cargos del entorno de Puig ya habrían tanteado al líder de Podemos en la Comunitat, Antonio Montiel, ayer mismo para conocer qué postura adoptará Podemos, pero el dirigente prefirió la prudencia. Desde el PSPV aseguran que el líder del partido de Pablo Iglesias en Valencia les ha hecho una invitación a entenderse primero con Compromís. Pero lo cierto es que mientras con los socialistas prefieren guardar silencio, con el partido de Oltra, la música es bien distinta.Y no sólo por las palabras de Iglesias.
Fuentes de Compromís aseguraron ayer que la sintonía con Podemos es más que notable. Tanto es así que en la reunión de la ejecutiva de la coalición que se celebró el lunes por la tarde se habló de efectuar un acercamiento al partido de Montiel para tratar de «mancomunar los votos» que ambas formaciones consiguieron el pasado domingo. Fuentes de la dirección de la coalición así lo aseguraron ayer, y reconocieron que está prevista una primera cita con cargos de Podemos que podría celebrarse hoy mismo. Aunque el secretario general de Podemos no quiso confirmarlo. La suma entre ambas formaciones supondría más de un 30% de los votos y 32 escaños, frente a los 23 diputados y algo más del 20% que suma el PSPV por sí solo. Algo que desde la coalición quieren destacar como punto fundamental de cara a la inmediata negociación de la Presidencia.
La clave para desbloquear la negociación, parada antes si quiera de iniciarse, parece pasar por los ayuntamientos. Fuentes del Bloc quisieron desvincular ayer el tema municipal del autonómico, pero lo cierto es que en Blanquerías ya trabajan en el listado que localidades que en las que podrían brindar su apoyo a Compromís para favorecer la alcaldía. El primero, el Ayuntamiento de Valencia, que se constituirá, junto al resto de corporaciones locales, el próximo 13 de junio.
El secretario general del PSPV de Valencia, Joan Calabuig, abrió ayer el melón y situó en una «visión» y un «marco global» de acuerdo local y autonómico el posible pacto de izquierdas que puede gestarse para gobernar el Ayuntamiento de la capital y la Generalitat tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo. Según Calabuig, Ximo Puig, debe ser el jefe del Consell y defendió de este modo, una «visión conjunta» y la «clara voluntad de contribuir al cambio» que se busca. Pero, el candidato de Compromís a la Alcaldía de Valencia, Joan Ribó, advirtió ayer de que la ciudad tiene «la entidad suficiente» para negociar sobre su gobierno «de forma independiente» al de la Generalitat y, aunque no descarta esa vinculación, ha precisado que no se puede hacer «un paquete único». «El trabajo en la Generalitat, el trabajo en la Diputación o el trabajo en los ayuntamientos es muy diferente al trabajo de la ciudad. Entonces creo que Valencia tiene una especificidad muy elevada y tenemos que trabajar en ella».
El Ayuntamiento de Valencia será la primera prueba de fuego del pacto, aunque dos días antes se habrá tenido que acordar el nombre del presidente de la Generalitat. El 11 de junio se habrá ejecutado la primera parte del pacto, por lo que fuentes socialistas descartaron ayer que la Alcaldía de Valencia pueda servir para forzar al PSPV primero a votar a Joan Ribó como alcalde antes de decidir a quién se investirá presidente. Días antes, para el día 6, Compromís ha fijado su Consell General. La ejecutiva del lunes ya había dado luz verde a que la coalición iniciara las negociaciones para llegar a pactos por separado para ayuntamientos y Generalitat. Y entre los municipios a los que ya han puesto la cruz están, además de Valencia, otros como el de Alzira, Sagunto o Burjassot, donde con el apoyo del PSPV podrían hacerse con la alcaldía a pesar de que en alguno de ellos como el de Burjassot, el PSOE sea la fuerza más votada. Desde el PSPV están dispuestos ceder todos los ayuntamientos donde Compromís sea la lista de la izquierda más votada como ya ha insistido su secretario general, Ximo Puig. También la presidencia de Les Corts se consensuaría con la coalición para que uno de sus cargos ocupara el puesto de segunda autoridad de la Comunitat. Incluso están dispuestos a ceder la Diputación de Valencia y la vicepresidencia del Consell, pero en ningún caso todo a la vez, puntualizaban ayer desde Blanquerías, desde donde reconocían que las negociaciones se prolongarán casi hasta el último día porque todas las partes quieren obtener del acuerdo lo máximo posible. Aunque lo ideal será que los flecos se cierren cuanto antes «para dar sensación de estabilidad», reconocían ayer las mismas fuentes, que reconocen contactos «informales» con la coalición, y aseguran que en los próximos días se deberán llevar a cabo las primeras reuniones.
¿Y qué pasa en caso de que Podemos y Compromís unan sus fuerzas? En el PSPV consideran que la posibilidad planteada por algunos miembros de la coalición de hacer valer los 32 escaños que sumarían con el partido de Iglesias. «De ser así, tendrán que explicar a los votantes por qué no concurrrieron juntos a las elecciones, porque supondría un fraude para quienes optaron por uno u otro partido», reconocieron. Pero, los socialistas consideran que esa situación no se producirá. Desde la coalición valenciana incidieron en que ahora hay que «iniciar una etapa de cooperación» y dejar fuera del debate la estrategia partidista». «Debemos pasar de la competitividad a la cooperación y cambiar la manera de hacer política», mantuvieron fuentes de la dirección.
Este mensaje también se maneja en las filas socialistas, que ven a Puig y al partido «preparado mentalmente» para llevar a cabo un cambio en la manera de hacer política. No en vano, recuerdan que han presentado unas listas por primarias y han abierto sus listas a independientes. En la formación socialista también son conscientes de que llevan 20 años «en el desierto» y que ahora toca sentarse a una mesa con otros comensales. Desde el PSPV también exponen que, aunque Puig sea presidente, no se patrimonializarán cuestiones que están pactadas de antes de las elecciones, como la cuestión de acabar con el Plan del Cabanyal en Valencia, el recibimiento a los familiares de las víctimas del accidente de metro, o la apertura de RTVV.
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