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El propietario de Avialsa, Vicente Huerta, el pasado viernes. :: EFE
Avialsa compró el rifle de Serafín Castellano con una factura amañada

Avialsa compró el rifle de Serafín Castellano con una factura amañada

El dueño de la armería declara ante el juez que modificó los documentos de pago y que el exgerente de la empresa recogió la escopeta

S. P.

Lunes, 1 de junio 2015, 23:18

El dueño de una armería de la localidad valenciana de Sagunto declaró ayer ante el juez que fue el exgerente de Avialsa, Francisco Alandí, quien le encargó un rifle para el exdelegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana y exconseller de Gobernación y Justicia, Serafín Castellano, con una factura modificada a petición de la empresa.

Así consta en la declaración que prestó en calidad de testigo el propietario de la armería. La testifical tuvo lugar en el Juzgado de Instrucción número 2 de Sagunto, que instruye la querella interpuesta por Avialsa, cuyo presidente es Vicente Huerta, contra el exgerente de la entidad por presunta estafa continuada. Paralelamente a este procedimiento, existe otra causa abierta por presuntos delitos de malversación y prevaricación, entre otros, en la que hay diez imputados, entre ellos, el propio Serafín Castellano y Vicente Huerta, motivo por el cual fue detenido el mandatario del PP y destituido fulminantemente de su cargo público el pasado viernes.

Al dueño de la armería se le mostraron diferentes documentos y facturas con conceptos distintos, entre ellos, escopetas. El testigo indicó que tanto Alandí como Huerta son clientes «habituales», se llevaban el material, y luego desde la oficina le decían los conceptos por los que tenía que facturar.

Castellano y otras nueve personas están procesadas por haber formado parte supuestamente de una trama de adjudicación irregular de contratos. Sobre ellos pesan acusaciones de malversación de caudales públicos, cohecho, delito contra la hacienda pública, falsedad documental, prevaricación y blanqueo de capitales, aunque no se han detallado de forma concreta los delitos que se atribuyen a cada uno.

La Fiscalía Anticorrupción investiga posibles irregularidades en contrataciones realizadas por Castellano, durante su etapa como conseller de Gobernación, de las que fue beneficiaria Avialsa, la empresa que, a su vez, organizaba cacerías en las que participaba el exdelegado, quien presuntamente recibió también un rifle en calidad de regalo por parte de la firma adjudicataria.

El propietario del establecimiento de venta de armas explicó que la compra de escopetas, así como munición, eran encargos habitualmente realizados por Alandí, y que luego éste, en calidad de gerente de Avialsa, le indicaba que 'Pili' le diría por qué conceptos y a qué empresa se tenía que facturar. En el caso del rifle de Castellano, inicialmente declaró que fue Alandí quien encargó y retiró el arma, a pesar de que la recogida de este tipo de material, según consta en las diligencias, «la tiene que realizar el titular del arma». En este sentido, casi al final de su declaración ante el juez, el propietario de la armería añadió de manera espontánea que recuerda que fueron Alandí y el exconcejal de Quartell, Emilo Máñez (del Partido Popular), a elegir el rifle («en particular querían uno mejor que un rifle estándar», señala el testigo en su declaración), y que el político y el exgerente le dieron la documentación de Serafín Castellano para su registro como titular.

«Juraría que quien retiró el arma es Alandí», afirmó el propietario del establecimiento, si bien agregó posteriormente que no puede determinar con total exactitud que fuera Alandí o Máñez. En otro momento de la testifical indicó que Alandí y Máñez le pidieron la marca y el modelo del arma.

El testigo afirmó que la munición también se la encargaba habitualmente Alandí, y añadió que Huerta «iba muy poco a la armería». «Desde hace seis, siete u ocho años iba muy poco, puede que en tres o cuatro ocasiones durante ese periodo de tiempo y siempre a por material deportivo de uso propio como zapatillas, chandal, etc, pero nunca a por material relacionado con la caza», manifestó en su declaración.

En esta línea, a preguntas de los abogados defensores, se reafirmó en que la munición la recogía habitualmente Alandí y, en ocasiones, Máñez, pero que Huerta «nunca la encargó». Sobre este concepto afirmó que la munición que encargaba Alandí no era para el uso de una sola persona, sino para varias.

Cacerías y cartuchos

El testigo señaló que el exgerente de Avialsa y, en ocasiones, Máñez le comentaban que iban a realizar una cacería y necesitaban cartuchos, y según el tipo de caza se le preparaban un tipo de cartuchos u otros, los cuales «se agrupaban en una factura». Con las balas de caza mayor, indicó, «pasaba lo mismo».

La entrega de esta munición se hacía en la armería, aunque en una ocasión se mandó directamente a Máñez porque dijo que le iba mal y se la enviaron directamente de fábrica a la nave que tiene en el polígono de Quartell. En resumen, el testigo insistió en que Huerta no intervenía en los encargos relativos a las cacerías ni a las facturas, y que era Alandí quien le manifestaba que le llamarían y le dirían a qué empresa, qué concepto y en una o varias facturas. Además, el testigo explicó que a Francisco Alandí lo conoce desde que era un bebé, y que es aficionado a la caza desde hace quince ó veinte años. También señaló que Huerta, el presidente de Avialsa, de cazador «tenía bien poco», aunque «sí le gustaba el tiro de precisión, por eso tenía el rifle de perdigones».

El empresario Vicente Huerta atribuye el caso a una venganza del exgerente de su empresa, Alandí, al que denunció en 2013 por estafa y apropiación indebida. «Es una venganza, sin duda, lo explicaremos debidamente, como toca», señaló el propietario de Avialsa, que según el dueño de la armería, apenas acudía a su establecimiento para comprar material.

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