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BURGUERA
Miércoles, 10 de junio 2015, 00:09
El PSPV dio ayer un puñetazo sobre la mesa virtual de las negociaciones para conformar un futuro Consell junto a Compromís y Podemos. Y tras el puñetazo, se levantó de la mesa y dijó adiós. O hasta luego. O no, hasta nunca. Se puede entender el anuncio de la interrupción de las conversaciones como un órdago o como una quiebra total, pero la ruptura existe y la desconfianza inicial se ha incrementado, si es que eso era posible. Ximo Puig envía de esta manera un mensaje a Mónica Oltra de hastío, y junto a su partido escenifica un enfado respecto al tono de Compromís. Los socialistas reprochan a la coalición que intente dominar una partida en la que el PSPV se siente con mejores cartas, máxime tras el acuerdo alcanzado en Andalucía entre Susana Díaz y Ciudadanos, que podría clonarse en la Comunitat después de la suspensión de las conversaciones a nivel autonómico.
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La formación con sede en Blanquerías justifica la ruptura en que el PSPV exige reuniones bilaterales con Compromís, al margen de Podemos (considera que la formación de los círculos condiciona participar en el Consell a que lo presida Oltra). Los nacionalistas evitan ese encuentro a dos bandas igual que hasta el lunes eludieron que los dos candidatos a presidir Les Corts se viesen cara a cara, algo que hicieron en dependencias de la Cámara de manera casual y por espacio de media hora. Además, los socialistas dicen sentirse ofendidos e insultados por el modo en que Compromís cargó contra la legitimidad de la presidencia de Ximo Puig una vez finalizó la reunión del pasado lunes para consensuar a tres bandas las líneas programáticas del futuro Gobierno de la Generalitat. El portavoz de la Compromís fue Pasqual Mollà, un referente de la izquierda nacionalista, militante de Iniciativa del Poble Valencià, el partido de Oltra. Mollà tomó la palabra tras esta segunda reunión, mientras que en la primera lo hizo la nacionalista (del Bloc) Águeda Micó, y el resultado fue notablemente distinto. El veterano político dudó de Puig como referente del próximo Consell y lo hizo restándole legitimidad frente a Oltra. Eso provocó que dos horas después la dirección socialista mostrase su malestar y asegurase que la negociación corría «serio riesgo de romperse».
Desde el PSPV dicen estar cansados porque Oltra no renuncia a presidir el futuro Consell, no entienden los problemas que surgen en las conversaciones para pactar las alcaldías de los grandes municipios donde los socialistas son la fuerza más votada (una actitud que contrasta, según ellos, con la que Blanquerías ha mostrado para que Ribó sea alcalde de Valencia), se sienten molestos porque Compromís intenta dominar las negociaciones en virtud de considerarse una fuerza ascendente, y verdaderamente representativa de la izquierda, mientras que al PSPV le reprochan haber perdido votos.
La indignación de los socialistas no se rebajó con el paso de las horas. A mediodía ya se filtró que el diálogo se había roto, algo que pilló al socialista José Manuel Orengo en la sede de Compromís negociando a nivel municipal. A las 13.45 horas, el secretario de Organización del PSPV, Alfred Boix, lo confirmó.
«Ha sido infinita la paciencia que hemos tenido, pero todo tiene un límite. Mientras negociábamos aquí el qué se hablaba del quién en otros espacios», señaló Boix en referencia a la comida entre Pablo Iglesias y Mónica Oltra celebrada en Madrid y desvelada una semana después.
«Se descalifica a los socialistas continuamente, se nos niega legitimidad y celebrar reuniones bilaterales, y al final no vamos a jugar a alargar esto. Puig dijo que había una fecha límite y suspendemos negociaciones. Ahora vamos a trabajar el modo en que podemos confluir con Ciudadanos. Necesitamos un gobierno lo antes posible. Tras las elecciones todos estábamos muy contentos, pero los ciudadanos nesesitan hechos y no podemos dilatar esos cambios. Eso pasa por un gobierno lo antes posible», indicó el dirigente socialista, que ni descartó ni rechazó un posible apoyo, o la abstención del PP, frente a ese acuerdo con Ciudadanos. Sin embargo, posteriormente, la coordinadora general de los populares en la Comunitat, Isabel Bonig, recordó que «la realidad es que la lista más votada en el conjunto de la Comunitat y en la mayoría de los ayuntamientos es el PP». Así que, de abstenerse a favor de Puig, nada.
Compromís, por su parte, atribuye el anuncio de ruptura a un acuerdo a nivel nacional entre Ciudadanos y los socialistas. Los nacionalistas mantienen ahora una actitud pasiva y de cierto escepticismo frente al enfado socialista, ya que durante la tarde de ayer, una hora después de la intervención de Boix, un documento con correcciones enviado por el socialista Miguel Soler se incluyó en el texto final del consenso sobre las líneas programáticas para ese supuesto Consell.
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