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BURGUERA
Lunes, 9 de noviembre 2015, 23:51
La gota china es un retorcido método de tortura consistente en poner a la víctima boca arriba y dejar que le caiga cada cinco segundos una gota de agua fría. Pasadas las horas (o los días), la piel se arruga, pero el mayor daño es psicológico: no hay descanso posible, la sed se incrementa y la ansiedad causa la muerte por infarto. Pues ese goteo está cayendo sobre la dirección de Compromís desde hace días, concretamente desde que el pasado viernes se rubricase el acuerdo con Podemos para ir de la mano a las elecciones generales del próximo 20 de diciembre. Las críticas llueven de todos los lados, principalmente por parte de los nacionalistas del Bloc, críticos especialmente con su secretario general, Enric Morera, pero también con el resto de la coalición, donde las voces disconformes también se multiplican, tanto en el seno del partido de Mónica Oltra, Iniciativa, como en la corriente de independientes de Gent de Compromís. Ayer se conoció que el diputado autonómico y alcalde de Tavernes de la Valldigna, Jordi Juan, dimite de la Ejecutiva de Compromís, lo que supone que uno de los alcaldes con más apoyo popular se desmarca de la cúpula de la coalición.
Juan, que desde hace meses se ha mostrado reacio a acudir de la mano de Podemos a las elecciones generales, es el principal alcalde del Bloc, por gobernar una localidad de considerables dimensiones (casi 20.000 habitantes están censados en Tavernes) y por hacerlo sin necesitar pactar con nadie. Mientras que Joan Ribó, como ejemplo más destacado, sólo alcanzó la alcaldía de Valencia por los votos de otros partidos, Juan repitió al frente del consistorio vallero tras obtener una holgada mayoría absoluta, y precisamente ese respaldo es el que le aupó a las listas autonómicas, tras las cuales se ha convertido en uno de los diputados de Compromís en Les Corts.
El adiós del alcalde de Tavernes a la cúpula de la directiva de la coalición supone un importante desmarque de las políticas seguidas por la dirección de Compromís. No ha sido el primero ni el único. El goteo de descontentos es constante desde el pasado viernes. La que rompió el fuego de las dimisiones fue la concejal por Valencia Consol Castillo, una histórica, que dijo adiós a la Ejecutiva de su partido después de que el Consell Nacional del Bloc registrase una reñida votación (52% a favor y 45% en contra) por la cual se avaló el pacto con Podemos. Durante el sábado y el domingo se hicieron públicas cartas personales y manifiestos contrarios al proceso de negociación y exigiendo unas primarias para elegir a los candidatos a la lista electoral de Compromís (como el encabezado por el eurodiputado Jordi Sebastiá y en el que se incluyen las firmas tanto del propio Jordi Juan como de otros diputados autonómicos, provinciales, alcaldes y concejales), una propuesta contraria a las tesis encabezadas por Mónica y la dirección de Iniciativa. En ese conjunto de gestos públicos de disconformidad se incluye una carta firmada por tres diputados de Gent de Compromís (Nadal, Ferrer y Campello), así como el portavoz de la coalición en Les Corts, Fran Ferri, y la diputada de Iniciativa Isaura Navarro, durante años muy próxima a Mónica Oltra y ahora notablemente distanciada.
Juan es licenciado en Matemáticas por la Universitat de Valencia, y doctor por la Politécnica, amplió estudios en el CSIC y en la universidad alemana de Trier. Alcanzó la alcaldía vallera antes de ser treintañero, en 2011 (actualmente tiene 32 años), y es uno de los valores más pujantes en el Bloc. No es un cualquiera. Fuentes vinculadas a los nacionalistas auguran que «el goteo continuará».
«Está muy bien evitar la tiranía de la mayoría, pero para evitarla hemos tenido la tiranía de la minoría», explica Juan en una red social, parafraseando a Oltra y criticando el caudillaje de la vicepresidenta en la negociación con Podemos. «Hemos tirado por tierra a Gent de Compromís, a las normas y bases y al Consell General. Lo más natural era presentarse a las generales en solitario y dejar los experimentos, que no han hecho más que dividirnos y alejarnos de las bases», reprocha el alcalde de Tavernes en su carta de dimisión de la Ejecutiva de Compromís, donde cada día cae una nueva gota que amenaza con rebosar el vaso.
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