Puig quiere tranquilizar a la UE sobre el déficit y la corrupción en la Comunitat

El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, ha conversado hoy con representantes de la UE para tranquilizarles sobre el déficit y los casos de corrupción descubiertos en su territorio.

Puig se ha reunido con la directora de la representación de la Comisión Europea, Aránzazu Beristain, para informarle de que esos casos de corrupción son de una época anterior y ha reivindicado las posibilidades de inversión del territorio.

En rueda de prensa posterior, ha reconocido que en los últimos tiempos han tenido una relación de "cierto conflicto" con la Comisión, derivado de actuaciones del "Gobierno anterior, que nos han situado, prácticamente, al margen de lo que es una relación institucional racional normalizada con la UE".

Incluso han recibido "alguna inspección preventiva", por lo que quieren normalizar la relación con la Comisión e informarles de que el Gobierno valenciano "no tiene nada que ver con la corrupción masiva", y que la comunidad tiene "un enorme potencial, con una gran cantidad de personas creativas, capaces, con empresas punteras y una posibilidad enorme de crecimiento".

Se ha referido al déficit de la autonomía, que ha originado una multa de 18,93 millones de euros de la UE a España por la manipulación de esos datos y que ahora el Consejo de Ministros quiere repercutir en la Generalitat.

Puig ha indicado a los representantes europeos que el desvío del déficit no está fundamentado en el gasto de las comunidades autónomas, ya que, en el caso valenciano se gasta por debajo de la media nacional en los servicios públicos básicos.

"Es evidente que hay un problema de incumplimiento por parte de España -ha añadido-, que se tiene que referir a otras instituciones, y no se puede hacer ni un recorte más porque hemos llegado a una situación raquítica del Estado del bienestar".

También les ha informado sobre el nuevo modelo de financiación autonómico que necesitan, "para que se visualice que el problema no son las comunidades, sino la gestión conjunta de las políticas públicas y la igualdad entre los españoles que, en estos momentos, está en cuestión".

Preguntado por si se puede paralizar el envío de fondos europeos a su región, su presidente ha recordado que 80 millones que estaban paralizados por la Comisión hace unos meses, "por la mala gestión del Gobierno anterior", se han puestos a disposición de la Generalitat.

"Es evidente -ha continuado- que se nos está mirando con lupa porque ha habido una falsificación de las estadísticas, en la que ha habido una connivencia del Gobierno de España" y de la anterior Generalitat, y que ahora el Ejecutivo central "quiere que lo paguen los valencianos".

Respecto a la situación del país, ha pedido responsabilidad a los políticos, ya que los ciudadanos han decido no dar la mayoría a ningún partido, por lo que "nadie puede imponer su programa de gobierno" y lo que sí debe haber es diálogo "franco y abierto y corresponsabilidad en la toma de decisiones" para llegar a una solución de gobernabilidad.

Sobre si siente orgulloso cuando parte del Hemiciclo reclama un "gobierno a la valenciana", Puig ha dicho que está satisfecho porque, "por primera vez en mucho tiempo, se hable de su comunidad en positivo", y se ha mostrado muy satisfecho con la forma de gobernar allí, a pesar de las dificultades.

Tras insistir en que el propósito es mejorar la vida de los valencianos, ha alertado sobre que "no se da la misma aritmética" en el Congreso y en la Generalitat, por lo que un gobierno central de izquierdas no es posible.

Sobre las declaraciones del alcalde de Valencia, Joan Ribó, de que dimitirá si un juez le imputa por el viaje a A Coruña del pasado noviembre de diez personas que costó más de 7.000 euros al Ayuntamiento, Puig ha considerado que no tiene sentido plantear la dimisión y ha negado que haya habido malversación o corrupción.

Ha precisado que "tiene que haber mucha transparencia y muchísima honradez, pero no una caza de brujas absurda", de la que ha acusado al PP, quien para "reaccionar a su estado de shock permanente" por la corrupción no puede ser que su salida sea "manchar a todo el mundo porque eso es indecente".