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VICTORIO CALERO
Jueves, 30 de septiembre 2010, 01:05
Cuando dos equipos de los grandes de Europa tardan 56 minutos en disparar a puerta es que el espectáculo que pudieron ver los que no secundaron la huelga no fue precisamente para rememorar durante años. Y es que pocas veces se puede hacer menos y obtener un resultado tan positivo como el conseguido este miércoles por el Manchester United. El aburrido partido que ofrecieron dos de los aspirantes a levantar la Champions estuvo marcado por el pobre y lento juego que ofrecieron ambos conjuntos. Los valencianistas, que dispararon por primera vez a puerta en el minuto 76, se adaptaron a la perfección al ritmo cansino y a la falta de profundidad que plasmaron en el terreno de juego los diablos rojos. Y acabaron pagándolo gracias a su falta de pegada. La pírrica victoria que cosechó el equipo británico les permite adelantar al equipo 'che' en la pugna por encabezar el Grupo C.
Desde el primer minuto, tanto el Valencia como el Manchester mostraron un enorme respeto hacia su rival. El partido, lento, tosco y poco apetecible para los aficionados valencianistas que acudieron fielmente a ver a su equipo, pudo cambiar du rumbo si Soldado hubiese acertado con un cabezazo. Pero el balón se fue alto y la primera mitad siguió sin apenas sobresaltos y sin un dominador claro. Es más, durante los primeros 45 minutos, la falta de hambre de gol fue tal que ninguno de los dos equipos disparó a puerta. Si a ese apunte le sumamos que entre el Valencia y el Manchester apenas sumaron siete llegadas al área, el resultado es obvio: bostezos en Mestalla. Eso sí, afortunadamente para los que llegaron tarde al campo por la huelga en los medios de transporte, no se perdieron absolutamente nada.
Tras la reanudación, el partido apenas cambió. El ritmo de pretemporada y la falta de ambición de ambos equipos siguieron aburriendo a los aficionados En estas que entró Chicharito Hernández. Y declinó la balanza. El ariete mexicano cazó un pase de Macheda dentro del área y fulminó a César con un tiro cruzado. Mucho premio para tampoco juego. El Valencia, sin poder de reacción, no pudo ni realizar un último arreón para inquietar la meta defendida por Van der Sar, que se fue de Mestalla tras pasar una de las noches más placidas de su carrera. Y con tres puntos que no hicieron justicia a lo que se vio en el terreno de juego.
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