El vecino de Gandia fue troceado en la bañera de la casa donde lo asesinaron

Los tres presuntos asesinos de Javier Abil Orpegui han pasado su primera noche entre rejas en la cárcel de Picassent. Vaclovas Janavicios, Raimondas Masolas y Aivaras Franskiavicius, son los ciudadanos lituanos que lo mataron a cuchilladas y a sangre fría en un apartamento del Grau de Gandia tras una noche de fiesta y alcohol. Posteriormente, trocearon su cuerpo en la bañera y, tras depositar los restos en varias bolsas, se desplazaron al término municipal de Pego para arrojarlas entre los matorrales.

El juzgado de Instrucción número 3 de Gandia decretó ayer el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza para los tres detenidos, que no superan los treinta años, después de que las pruebas de ADN confirmaran que el cadáver es de Javier Abil. La causa sigue abierta por homicidio.

Los familiares del gandiense de 45 años no pudieron ocultar ayer su rabia a las puertas de las dependencias judiciales. A las 8.05 horas pasó a disposición de la jueza el primero; a las 8.10, el segundo; y a las 9.40, el tercero. Este último, de 24 años, es el más joven. Es el cabecilla del grupo, el más peligroso y el que mayor grado de implicación tiene en el crimen.

Los seres queridos de Javier les increparon con gritos de «¡asesinos!», «¡que os pudráis en la cárcel!» y otros insultos. Los delincuentes intentaban ocultar su rostro agachando la cabeza. La desaparición de Javier fue denunciada hace poco más de 50 días. La última vez que se le vio fue la madrugada del 5 de mayo en un pub de la playa de Gandia. Allí, según intuye la familia, fue donde pudo conocer a sus asesinos.

Después de una minuciosa investigación policial y varios rastreos por el marjal, el puerto y la playa de Gandia, los agentes de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia detuvieron a los tres sospechosos el lunes en sus domicilios. Ellos admitieron su culpabilidad. Un día después, tras la declaración de uno de ellos, descubrieron los restos de su cuerpo en un barranco de la localidad alicantina.

Investigación abierta

Los efectivos policiales están tratando de averiguar el móvil del crimen. En un primer momento, la familia se decantó por el robo, pero posteriormente opinan que Javier pudo decirles algo que no les sentó bien, lo que desató su ira.

El procedimiento de los tres delincuentes se ha desarrollado desde el primer momento por separado. Fueron interrogados uno por uno y está previsto que en los próximos días se les desplace a dependencias penitenciarias diferentes para que no estén en contacto.

El caso pasará ahora a manos del juzgado de Primera Instancia de Gandia y, posteriormente, a la Audiencia Provincial. La familia prevé personarse como acusación particular.