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Fachada del primer monasterio carmelita de mujeres que se erigió en Valencia. :: M.Molines
La impronta de Santa Teresa en tierras valencianas

La impronta de Santa Teresa en tierras valencianas

La primera comunidad carmelita masculina llegó en 1588 y la de religiosas se erigió un año más tarde

LAURA GARCÉS

Lunes, 20 de octubre 2014, 00:15

Las celebraciones del Quinto Centenario de Santa Teresa de Jesús han empezado. El pasado miércoles, festividad de la santa de Ávila, arrancó la completa programación que a lo largo de un año se desarrollará en los más variados destinos. Exposiciones, actos religiosos, obras de teatro, congresos, publicaciones... Todo para recordar y dar a conocer la vida de una mujer del siglo XVI que dejó profunda huella allá por donde pasó. Incluso por los lugares cuyos pasos no alcanzaron, pero sí los de quienes la siguieron.

Santa Teresa no fundó personalmente en Valencia. Pero hoy comunidades de frailes y de monjas, así como obras de arte y algún topónimo, dan fe de que el mensaje carmelita llegó a la diócesis. No faltaron quienes se encargaron de trasladar a territorio valenciano el carisma de la abulense. En la ciudad y en varios pueblos siguen habitados conventos, unos por religiosos y otros por religiosas Carmelitas Descalzas, congregación que inició su vinculación con Valencia a finales del siglo XVI.

El carmelita Sebastián García, superior de la comunidad de Nuestra Señora del Carmen, relata que el camino en la ciudad lo iniciaron los frailes. En 1588 se erigió «muy cerca de las torres de Quart el primer convento de Carmelitas Descalzos. Las mujeres llegaron un año después». En 1589 vio la luz el Convento de San José de la plaza Portal Nou, monasterio que hasta hace unos años estuvo habitado por religiosas.

Con el tiempo, las comunidades se extendieron y hoy -tras superar cambios, restauraciones o exclaustraciones que sobre ellas ha impreso el tiempo- perviven dos comunidades de frailes en la ciudad y cuatro clausuras femeninas en sendas localidades de la diócesis. Más allá de este mapa eclesiástico, también en las provincias de Castellón y Alicante se encuentra la impronta de la santa: Benicàssim, Burriana, Altea...

De la primera casa masculina que refiere Sebastián García nada queda. Los frailes que siguieron la estela de Santa Teresa y San Juan de la Cruz en Valencia haciendo suyas las enseñanzas de «cuidar vida interior y cultivar el espíritu» habitan ahora el convento de San Juan de la Cruz, en la calle Poeta Querol. Allí, la que en otro tiempo fue parroquia de San Andrés, acoge la sede provincial de la orden.

La iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en la calle Alboraya, es la otra obra que mantienen viva los padres carmelitas. Dan vida a estas dos comunidades «ocho frailes» que además de a la oración y el silencio que describe su carisma, también se dedican «a la pastoral parroquial».

¿Y qué fue de aquel primer monasterio de mujeres? En la plaza Portal Nou sigue en pie el convento de San José. Pero no está habitado. Hace unos años cambió de titular, lo adquirió una empresa y las religiosas se integraron en otras comunidades. Se fusionaron dos monasterios, como ocurrió también con el del Corpus Christi de la calle Guillem de Castro. Las monjas dejaron las casas donde habían vivido años y años, pero no abandonaron la diócesis. Su presencia se mantuvo. Los monasterios de Serra y Godelleta las acogieron. Villar del Arzobispo y Puçol completan el recorrido por pueblos valencianos donde los vestigios de Teresa de Jesús son visibles.

De la rueca a la pluma

Y desde uno de esos conventos valencianos, Sagrada Familia de Puçol, la huella teresiana se ha extendido por todo el orbe. La comunidad de vida contemplativa que lo habita, 13 religiosas, se empeñó en que las celebraciones del V Centenario de Santa Teresa de Jesús recorrieran el mundo. Para esta aventura apostaron por los medios que ofrece el siglo XXI. Internet se convirtió en su aliado de la mano del blog oficial del quinto centenario: delaruecaalapluma.wordpress.com.

Ya han registrado 500.000 visitas a ese espacio virtual. Ofrecen interesantes artículos sobre la vida y obra de la santa y de las celebraciones del quinto centenario. El interés por expandir el mensaje teresiano llevó también a las monjas de este convento valenciano a publicar varios libros sobre los trabajos literarios de su fundadora. Las publicaciones, como en su momento declararon las religiosas a LAS PROVINCIAS, «se dirigen a todos los públicos, no sólo a los creyentes, también a personas que se pueden acercar a Teresa de Jesús sin tratarla como santa».

Los conventos son las señales más elocuentes de la presencia teresiana en la diócesis. Pero no las únicas muestras del interés que en tierras valencianas se ha manifestado por la santa. Buen ejemplo de ello lo ofrece una pintura de la fundadora de los carmelitas, obra del universal valenciano José de Ribera, que se conserva en el Museo de Bellas Artes de la ciudad.

Algunas iglesias, como la de San Juan de la Cruz y la del Carmen, cuentan con imágenes que a juicio del canónigo Jaime Sancho, experto en liturgia y patrimonio, no encierran gran riqueza artística. El canónigo destaca sobre todas la de José de Ribera y habla de otra imagen: «Una pequeñita que se encuentra en el museo de la catedral».

El topónimo

El relato de Sancho a la hora de fijar muestras y manifestaciones de la influencia carmelita en la historia valenciana se detiene en una curiosa circunstancia: el topónimo de l'Eliana. Explica que en tiempos en los que este municipio de l'Horta Nord todavía no existía como lo conocemos, los religiosos buscaban parajes apartados para el retiro y la vida contemplativa.

«A estos lugares los llamaban 'elianas' porque ellos tenían como referente al profeta Elías», aclara el canónigo. Avanzaron los años y la sociedad se transformó, hasta que aquel lugar al que se retiraban los frailes se convirtió en un municipio cuyo topónimo traslada hoy a los espacios contemplativos que recuerdan a Santa Teresa de Jesús y a San Juan de la Cruz.

Han pasado siglos desde que todo comenzó y se ha empezado a celebrar. Una misa en la iglesia del Carmen abrió los actos que seguirán en los próximos meses. Además, la catedral, dos parroquias y cinco monasterios de la diócesis son templos jubilares con motivo del Año Santo Teresiano. Se trata de las parroquias Santa Teresa de Jesús y Nuestra Señora del Carmen de Valencia y los monasterios de Serra, Puçol, Godelleta, Villar del Arzobispo y Santo Sepulcro, de Alcoy, habitado por otra orden religiosa.

Está todo en marcha. La figura de la impulsora de la congregación carmelita cobra actualidad. Tanto es así que la primera carta como arzobispo de Valencia que el cardenal Antonio Cañizares dirigió ayer a los fieles lleva por título «Quinto Centenario de Santa Teresa de Jesús».

El prelado, nacido el día de la festividad de la santa y reconocido teresiano, invita a los fieles a aprovechar el Año Jubilar para «volver a Santa Teresa de Jesús, a su espiritualidad y a sus escritos».

A través de su misiva, el prelado le encomienda la diócesis de Valencia: «Teresa de Jesús, Teresa de Ávila, Teresa de España, fiel hija de la Iglesia, que amaste y amas con verdadera pasión de hija a la santa Madre Iglesia, ayúdanos a amar como tú a la Iglesia, a sentir con la Iglesia, a vivir el gozo de ser Iglesia, a fortalecer nuestra comunión y nuestra unidad».

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