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I.O. DE OLANO
Domingo, 21 de mayo 2017, 16:44
Su equipo cava a cincuenta metros de una tienda de souvenirs de alabastro de Luxor «en donde hace unos años paraban decenas de autobuses con turistas al día». Allí, rodeados por una misión alemana, una italiana y otro australiana, buscan desde 2000 a Djehuty, un alto funcionario supervisor del tesoro de una de las pocas mujeres que gobernaron en el Antiguo Egipto, la reina Hatshepsut. Su momia sigue en paradero desconocido, pero, a cambio, han recuperado su magnífica capilla sepulcral, pintada con 'El libro de los muertos', o el ataúd intacto de un hombre llamado Neb, del año 1600 antes de Cristo, que ahora se exhibe en el Museo Egipcio, en El Cairo.
El gremio de egiptólogos ya conocía la existencia de la tumba del 'Montoro' de la gran faraona de la dinastía XVIII, pero presentaba dos agujeros por los cuales se colaba el escombro. Solo José Manuel Galán, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se atrevió con el desafío. Desde entonces, ha desenterrado docenas de momias -incluidas de niños y de animales, como ibis y halcones-, centenares de vasijas y «toneladas de lino en perfectas condiciones». «Las telas eran parte esencial del ajuar de un difunto. Se encuentran en pliegos y en túnicas y camisas. Cuando un faraón quería premiar a un oficial, además de oro le regalaba telas», explica Galán.
¿Qué hacen con todo ese material?
Limpiarlo, clasificarlo, envolverlo y entregarlo al Ministerio de Antigüedades. Para ello, ha construido en Luxor un almacén inmenso en el camino que lleva al Valle de lo Reyes, junto a la casa en la que se alojó Howard Carter. Allí tenemos un espacio adjudicado.
Su última campaña también tiene tela que cortar, aunque su naturaleza no es textil. Ha sacado a la superficie el primer jardín funerario egipcio, de unos 4.000 años de antigüedad, con cientos de semillas que abren una ventana de investigación inédita. «Hasta ahora sólo se sabía de ellos porque aparecen representados en las paredes de las tumbas. La arqueología ha demostrado lo que la iconografía decía», enfatiza Galán, que busca ya fondos privados para su siguiente campaña.
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