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Valencia
Miércoles, 17 de enero 2018
Unos minutos de respiración pausada pueden cambiar el día a día. Y es que, viviendo en un hoy que es mañana, pero también ayer, muchas veces no hay tiempo para pensar en el presente. Aquí es donde entra el mindfulness. "La capacidad de vivir en el presente. De desarrollar la presencia, de armonizar la mente, el cuerpo y las emociones con lo que realmente está ocurriendo en el presente", cuenta la psicóloga Amparo Pérez, directora de un centro en Valencia donde se practica como apoyo a la terapia psicológica.
Un concepto difícil de entender, pero que está de moda en el mundo de la salud. "En los últimos 20 años la presencia del mindfulness ha sido abrumadora", asegura Ausiàs Cebolla, profesor e investigador de la Facultad de Psicología de la Universitat de València. Para el experto -y también meditador- esta práctica, basada en la tradición budista, está totalmente bajo el paraguas de la revisión occidental. Y, como reafirma, "el hecho de su comercialización no la desprestigia". Pero, hay que ser cautos. No es apta para todos los públicos. "Es importante destacar que mindfulness no es para todo el mundo -a no ser que se adapte por profesionales-, y no vale en todos los momentos", reconoce Cebolla. "Es una práctica sanitaria y psicoeducativa, y en el contexto sanitario es fundamental saber de psicopatología y de tratamientos psicológicos para aplicarla correctamente", concluye.
Este hecho es importante. No hay mindfulness de andar por casa, (o no debería haber). Se trata de algo serio. Como explica Pérez, socia y directora del área de la infancia y educación de la Asociación Española de Mindfulness y Compasión (Aemind), esta técnica de regulación emocional, desde el punto de vista médico, puede ayudar a todas aquellas personas que tengan una dolencia crónica, porque "facilita a controlar el dolor, enseña a aceptar y estar lo mejor posible". Además, en el ámbito de la psicología o salud mental y emocional, "puede ayudar en trastornos como la ansiedad, regula el estrés, mejora el estado de ánimo cuando hay depresión, controlar la conducta alimentaria, o las adiciones...". Pero, -¿cómo se utiliza? "No sustituye a ninguna terapia", asegura la psicóloga. Y además, como reconoce ella misma, "si hay un paciente que tiene un problema psicológico, necesita un tratamiento y una terapia concreta, y el mindfulness es un buen complemento para ese tipo de tratamientos, pero nunca es sustitutivo".
En este sentido, Pérez añade que, "además de tratar trastornos específicos, el mindfulness sirve en general para todos aquellos que quieren hacer cambios en su vida". "Por eso, puede ser beneficioso para todo el mundo, entre comillas ", afirma. "Porque hay que tener en cuenta determinados perfiles de personalidad", matiza.
Uno de los principales problemas del mindfulness es la mala utilización de la práctica -o la meditación low cost-. "No se trata de psicología barata", recuerda el experto. No sirve cualquier cosa. Todo lo contrario. Los dos profesionales destacan que es muy importante que la práctica del mindfulness se desarrolle por profesionales. Por "psicólogos clínicos, que sepan tratar con poblaciones con problemas de estrés o depresiones", señala esta profesional. Expertos que traten a la persona y que aplique la técnica como apoyo a la terapia psicológica, atendiendo a los riesgos -como los efectos secundarios- y sabiendo acompañar a la persona en el proceso. Las terapias con meditación tienen un cierto peligro según en qué manos estén, "porque cuando practicas se movilizan muchas cuestiones internas, emociones, recuerdos, dificultades de la infancia...hay que estar preparado y tener experiencia", reconoce ella misma.
Pero, como pasa con todo lo que se pone de moda, cuando mucha gente se ha empezado a interesar por el mindfulness, aparecen las típicas personas que se aprovechan de este tirón, para venderlo de una manera que no es estrictamente profesional. "O que prometen cosas que no se van a conseguir", reconoce la profesional. Además, que no existan estudios reglados por el Ministerio de Educación sobre el mindfulness puede favorecer a la aparición de este tipo de intrusismo laboral. Por esta razón, es importante asegurarse y acudir a profesionales, centros con personal titulado -títulos propios de universidades como Master o títulos de expertos en mindfulness - o formación oficial en protocolos internacionales como el MSC (Mindful Self-Compassion) y el MBCT (Terapia Cognitiva basada en Mindfulness). En resumen, huir de la práctica de bajo coste y valorar la importancia de tratar con profesionales.
En este sentido, el profesor Cebolla explica que Valencia siempre ha sido un referente en el ámbito del mindfulness a nivel nacional. En la ciudad se fundó la primera asociación de mindfulness profesionales, y además, este experto destaca que existen "muy buenos centros de formación como por ejemplo el Centre Elephant Plena". Otro de los aspectos en los que el profesor hace hincapié es en el trabajo realizado desde la Universitat de València por diversos profesionales, compañeros suyos, dedicados a la investigación de calidad en mindfulness.
Es importante saber que "el mindfulness no es la panacea", asegura la psicóloga. Afirmación en la que coincide con Cebolla, que reconoce que "la gente se crea unas expectativas muy grandes, pero no se trata de una práctica que cambie la vida de nadie". "No lo podemos utilizar como la solución a los problemas, pero sí nos permite ver con más claridad los problemas y generar soluciones más sabias", continua Pérez. Porque, "en general sufrimos más de lo que es necesario en la vida", concluye.
"Como cualquier práctica, el mindfulness tiene efectos secundarios", reconoce el profesor Cebolla. En este sentido, el pasado mes de septiembre la revista científica 'Plos One' publicó la investigación codirigida por Cebolla sobre los efectos secundarios de la meditación. En ella se detallaba que "un 25,5% de las personas que practica esta técnica ha notado efectos no deseados". Esto no significa que la práctica del mindfulness sea negativa, como aclara el propio Cebolla. Sino que un pequeño porcentaje de gente que utiliza la meditación diariamente, tuvo, en algún momento de su vida, algún efecto adverso.
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