![Los secuestradores iban a cortar dos dedos y una oreja a Vicente Soriano](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/pre2017/multimedia/noticias/201407/11/media/70549850.jpg)
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A. RALLO
Viernes, 11 de julio 2014, 00:02
Vicente Soriano acudió ayer al juzgado a explicar los detalles que el confidente policial le reveló acerca del secuestro que preparaba Juan Soler. La principal novedad, respecto a su comparecencia ante la Policía, reside en el daño que los secuestradores iban a causarle. «Es posible que una semana manden a tu familia un dedo, a la siguiente otro dedo y luego una oreja». Los ejecutores del plan eran un grupo de sicarios colombianos, acostumbrados a semejantes acciones. «¿Y esto por qué?», preguntó Soriano. «Para que saques el dinero de donde sea. Tú o tu familia», le respondió su interlocutor.
Toda esta información la facilitó el colaborador policial en una reunión que mantuvo con Soriano en el despacho profesional del empresario. Fue unos días más tarde de que la Policía le aconsejara que modificara sus rutinas y que si podía se marchara un mes de vacaciones. Evidentemente debía ocultar el destino a personas ajenas a la familia.
El confidente es un delincuente habitual que se enfrenta a 16 años de prisión, tal y como adelantó LAS PROVINCIAS. El colaborador se presentó en el despacho de Soriano haciéndose pasar por detective privado y dando un nombre falso. Quería esconder su nacionalidad y ser recibido por el empresario.
Tras ser atendido en el despacho, comenzó el relato de lo que él y «su grupo de gente» preparaban. El propio confidente confiesa a Soriano que le ha estado siguiendo durante cinco meses. Dispone incluso de fotos en actividades cotidianas. También le revela que acumula información de la familia.
Soriano desconoce las razones del delincuente para traicionar a Soler y contarle los planes a quien iba a ser su víctima. «Hizo referencia a lo mal que le había dejado (Soler) en referencia a su grupo». El colaborador policial no escatima improperios contra el que, en teoría, era su compinche, según reveló ayer Soriano a la juez de Instrucción 12. «Dijo que era una mala persona, un embustero y un sinvergüenza». Al parecer, también manifestó que debería estar en la cárcel. Similares expresiones dirigió hacia el hijo del expresidente del Valencia CF porque se encontraba al corriente de todo, siempre según el relato del confidente a Soriano.
La víctima del secuestro niega que este integrante de la banda le pidiera dinero. No obstante, sí le solicitó un favor, en deferencia por su confesión, que cuidara de su familia. Sin embargo, no aportó dato alguno de los allegados. Le explicó que durante los seguimientos que había efectuado descubrió que era «una persona normal» y no entendía por qué Soler quería hacerle eso.
El expresidente del Valencia, que fue detenido por estos hechos, no llegó a pagar ningún anticipo al grupo de ejecutores del plan, según fuentes cercanas a la investigación.
En líneas generales, Soriano se ratificó en la declaración policial salvo algunos detalles menores. El confidente policial desgranó el plan de secuestro. El colaborador, en una primera visita a la Policía, aseguró que lo iban a llevar a Panamá. Más adelante ya omite ese país. A Soriano le cuenta el segundo de los proyectos. El rapto se iba a realizar a la salida de la cafetería Vela, en la calle Isabel la Católica, un local frecuentado por Soriano en sus almuerzos. De ahí sería trasladado a un bajo en Alfafar y terminaría en un piso franco en Francia. Desde el país galo trasvasarían los fondos de la víctima a otras cuentas, supuestamente en Ucrania.
La banda tenía claro el inicio, pero también el final del secuestro una vez obtenido el dinero. Lo iban a abandonar en la primera gasolinera que encontraran en el regreso a España. Junto a él dejarían «cocaína y dinero en efectivo», tal y como adelantó LAS PROVINCIAS. La liberación estaba acompañada de esta particular puesta en escena. La banda pretendía dificultar las investigaciones al tratar de desacreditar a la víctima.
La declaración de Soriano benefició a Juan Carlos Navarro, el conocido abogado que se ha visto implicado en este asunto. El empresario aclaró que el confidente no fue contratado por el letrado sino por Juan Soler y que era este quien «daba las órdenes». Soriano desconocía el grado de implicación de otro imputado, el italiano Ciro d'Anna, propietario de un local de hostelería. Tampoco mencionó en su declaración de ayer a otro sospechoso, conocido como Tati en el mundo de la noche.
Tras terminar su comparecencia, Soriano atendió a los medios, y anunció que ha perdonado a Soler. «Rezo cada día para que Dios lo haga», manifestó. No obstante, se mantiene como acusación particular en la causa judicial.
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