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EP / A. RALLO
Lunes, 3 de noviembre 2014, 00:02
Blanca Gieure es la joven conductora que causó la muerte de dos personas al circular al doble de la velocidad permitida y colisionar con su vehículo contra otro automóvil en Blasco Ibáñez. El accidente ocurrió en noviembre de 2010. Se cumplen ahora cuatro años del fatídico siniestro. Esperanza Montero y David Gaspar fallecieron en el brutal impacto. El conductor del automóvil, novio de la fallecida, resultó herido.
La mujer fue juzgada y condenada a tres años de prisión. Recurrió a la Audiencia. El tribunal mantuvo el castigo. Ahora, el asunto se encuentra en un juzgado de ejecutorias de Valencia. Pero la joven, a través de su abogado, ha comunicado al juzgado que ha pedido el indulto y solicita que se suspenda su ingreso en prisión a la espera de que el Consejo de Ministros resuelva a su solicitud, según informó Europa Press.
Una maniobra para tratar de retrasar lo máximo posible su entrada en la cárcel. Ahora el juez, tras el informe del fiscal, decidirá si acepta la solicitud. La condenada alega que es madre soltera y que desde su maternidad ve la vida de otra manera. Explica el trastorno que supondría dejar a su hija sola o que esta tuviera que entrar en prisión con ella. Añade que no tiene trabajo y depende económicamente de sus padres. Adjunta a su solicitud unas 380 firmas de apoyo, según explicaron desde las familias de las víctimas mortales.
Gieure, según consta en la sentencia, no respetó los semáforos en rojo y circuló a una velocidad, en ningún caso, inferior a los 94 km/h, casi el doble del máximo permitido para una vía interurbana. Tenía 22 años en el momento de los hechos. Pese a la gravedad de las consecuencias de su actuación nunca pidió perdón a las familias de las víctimas, tal y como se le reprocha tanto en el fallo de Penal 7 como en la respuesta de la Audiencia a su recurso. De hecho, la juzgadora de primera instancia destacó su «absoluta falta de empatía».
Durante el juicio, aparte de alegar que no recordaba mucho de lo sucedido; que sufría amnesia tras el accidente, se excusó en que su padre había hablado con la familia para transmitir su pésame. No supo concretar ni con quién ni qué les dijo. «Y sólo esto no supone una manifestación personal de pesar por lo ocurrido», recoge la sentencia.
El relato de hechos probados de la Audiencia y de Penal 7 sostiene que había bebido al menos dos cervezas, aunque no quedó acreditado que sus capacidades estuvieran alteradas ya que los análisis de sangre se anularon al no quedar acreditado que ella diera su consentimiento. El análisis se realizó a partir de una muestra de sangre con fines terapéuticos. La Sala también coincide en la falta de empatía.
La fiscalía buscaba una pena ejemplar para la joven. Por eso también recurrió el fallo, y solicitó que se le impusiera lo que inicialmente solicitaba: cuatro años de cárcel. La Sala consideró, en cambio, que la pena era la adecuada. El abogado de la joven conductora, por su parte, trató de que la Audiencia le aplicara la atenuante por reparación del daño, circunstancia que rechazó ya que fue la aseguradora la que cubrió con la indemnización de más de 100.000 euros a las víctimas.
El cruce de Blasco Ibáñez con Gómez Ferrer es uno de los puntos negros en Valencia. A las dos semanas de este accidente, la ocupante de un taxi murió tras ser embestida por otro vehículo.
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