«Si no salváis a mi hijo la lío»

Un hombre provisto de una navaja desató la alarma en el Hospital Doctor Peset en Valencia tras proferir una frase amenazante dirigida a los sanitarios que atendían a su bebé. "Si no salváis a mi hijo la lío", dijo presuntamente el padre, según varios testigos, poco después de que el pequeño ingresara en el servicio de urgencias.

Las palabras del hombre, que estaba muy angustiado por el grave estado del menor, causaron preocupación entre las personas que se encontraban cerca de la sala de espera. De la intranquilidad se pasó en pocos segundos al miedo cuando el padre hizo ademán de sacar una navaja, que una mujer confundió con una pistola. Esta persona llamó entonces al 091 para alertar de la situación de peligro. Eran las once y media de la noche. El temor se apoderó de algunos familiares de niños hospitalizados.

Sin embargo, los sanitarios actuaron con calma y esmero al mismo tiempo. Mientras el niño de etnia gitana era asistido por un médico, un grupo de policías nacionales acudía con urgencia al Hospital Doctor Peset para entrevistarse con la mujer que presuntamente había visto la pistola. Tras hablar con esta persona y también con el vigilante del centro hospitalario, los agentes identificaron al padre, que ya estaba más tranquilo en compañía de otros familiares, y le preguntaron por el arma de fuego.

El hombre negó haber mostrado o sacado una pistola durante los momentos de tensión que protagonizó en el servicio de urgencias, pero reconoció que portaba una navaja. Por ello, la Policía Nacional intervino el arma blanca y denunció a esta persona por tenencia de un arma prohibida. Los ánimos se apaciguaron tras la rápida actuación policial. Antes de abandonar el hospital, los agentes se cercioraron de que ningún sanitario quería denunciar al individuo. Fuentes del Hospital Doctor Peset confirmaron que el padre de un niño ingresado protagonizó momentos de tensión, aunque afirmaron que ningún trabajador del hospital fue amenazado.

La Ley de Salud de la Comunitat Valenciana reconoce la condición de autoridad pública a todos los profesionales sanitarios tanto médicos, enfermeros como celadores en el ejercicio de las funciones. Este reconocimiento supone más protección legal para los sanitarios ante una posible agresión, ya que se califica como delito de atentado y no como agresión, y por lo tanto, conlleva una pena superior.