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a.g.r.
Lunes, 7 de septiembre 2015, 01:17
Medio centenar de internos del Centro de Internamiento de Extranjeros de Zapadores se amotinó sobre la medianoche de ayer en el interior de la instalación tras ver frustrado su intento de fuga. Una decena de ellos se subieron al tejado, aunque algunos testigos presenciales elevan la cifra a una veintena. Allí se hicieron fuertes, por lo que la policía tuvo que utilizar materiales antidisturbios para obligar a los inmigrantes a que depusieran su actitud.
Aunque inicialmente se dio la cifra de dos agentes heridos, han sido cinco los que sufrieron algún tipo de lesión. Además de los agentes, una mujer, que figuraba entre los internos del centro pero que no participó en la protesta, tuvo que ser atendida al sufrir una crisis de ansiedad, han comentado las mismas fuentes.
El motín se inició cuando el clan de los argelinos, cabecillas de la revuelta, atacaron por sorpresa al policía que vigilaba el comedor. Lo hicieron con patadas y lograron arrebatarle las llaves, la porra y el cinturón. Los otros agentes presentes en el centro vieron la agresión a través de la cámara que vigila el comedor. Rápidamente accedieron al recinto y se refugiaron con su compañero en una puerta de seguridad para evitar que pudieran fugarse.
A partir de ahí comenzó el caos en las instalaciones. Los extranjeros comenzaron a destrozar todo el mobiliario que encontraron a su paso. Vaciaron todos los extintores en el suelo y rompieron teléfonos y puertas.
Accedieron al patio del CIE y una decena de ellos se encaramaron al tejado, donde comenzaron a gritar y a lanzar objetos a los agentes.
ANTECEDENTES
El 14 de septiembre del año pasado, un grupo numeroso de internos del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Valencia causaron lesiones a una policía y a una trabajadora del servicio de limpieza tras arrollarlas en el preciso instante que abrían la puerta.
La avalancha de inmigrantes, la mayoría de ellos argelinos que llegaron a España en pateras, cogió desprevenidos a los agentes que estaban de servicio, aunque de inmediato pidieron refuerzos y persiguieron a los fugitivos. Siete de ellos lograron escapar pese al gran despliegue policial realizado en pocos minutos en los alrededores del complejo de Zapadores
Tres furgonetas de policías antidisturbios llegaron sobre la 1.20 de la madrugada para reforzar a los agentes que ya se encontraban en las instalaciones. Las detonaciones del material antidisturbios, similares a disparos, y los gritos de los amotinados llamaron la atención y causaron la alarma de los vecinos de la zona. Medio centenar de ellos se agolparon en la puerta del CIE intentando conocer lo que ocurría. Juan Carlos Moragues, delegado de Gobierno en la Comunitat Valenciana, siguió desde el primer momento las actuaciones policiales.
En el momento del motín, el CIE de Zapadores estaba al 50 por ciento de su capacidad, según ha indicado el Delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, que esta mañana se ha reunido con el jefe superior de Policía de la Comunitat Valenciana, José Manuel Salgado.
Pasada la una y media de la madrugada se dio por controlado el motín y los funcionarios se disponían a realizar una inspección para ver los desperfectos que habían causado los amotinados.
Este no es el primer episodio de tensión que se vive en el centro de Zapadores. En septiembre de 2014 un grupo de internos argelinos intentaron fugarse de las instalaciones, aunque rápidamente fue frustrado por policías nacionales, aunque dos de ellos resultaron heridos leves en la actuación.
Los hechos se produjeron cuando un grupo de inmigrantes de Argelia internados en el centro simularon una pelea en el interior de las instalaciones. La respuesta de los funcionarios no se hizo esperar. Dos policías nacionales entraron al instante en el recinto. Lo hicieron sin portar sus defensas ni sus pistolas, una medida de precaución encaminada a evitar males mayores, como destacaron fuentes sindicales. Su objetivo, impedir con las manos que la trifulca entre los inmigrantes fuera a más.
Pero en cuanto los agentes se acercaron al grupo, la reyerta acabó. Era una trampa. El grupo de argelinos se abalanzó de inmediato sobre los policías y comenzó a golpearlos. Tras atacarles, al menos tres de ellos huyeron a la carrera hacia la puerta de seguridad del centro, que se había quedado entreabierta debido a la premura con la que entraron los policías para evitar que la pelea fuera a mayores. Pero los inmigrantes argelinos acabaron pronto su violento intento de fuga. Otros tres policías que se encontraban controlando el centro en el hall del mismo, se abalanzaron de inmediato sobre los internos y lograron reducirlos.
Dos de los agentes tuvieron que ser conducidos a la clínica Virgen del Consuelo al resultar heridos leves a causa de la embestida y golpes de los internos, tal y como confirmaron fuentes médicas.
Ocho fugitivos
Asimismo, durante ese mismo mes, 17 inmigrantes lograron dejar atrás los muros del CIE tras provocar una avalancha y causar lesiones a una agente y una limpiadora. Siete de los internos fueron capturados instantes después de la fuga, escondidos en el patio de Zapadores o en las inmediaciones del mismo. En este caso también existía un plan preconcebido. Todo sucedió cuando un grupo numeroso de extranjeros empujó y arrolló a una policía nacional en el preciso instante que abría la puerta del CIE para que salieran las empleadas del servicio de limpieza, que ya habían terminado su jornada laboral.
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