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J. MARTÍNEZ/T. BLASCO
Viernes, 18 de septiembre 2015, 00:15
Un hombre de 43 años, Juan M. V., asesinó a su novia a cuchilladas por la espalda en un piso de la calle Luis Lamarca en Valencia y después intentó suicidarse mediante la ingesta de pastillas y unos cortes en la muñeca izquierda, tórax y cabeza. La víctima, Fuensanta López García, de 42 años y vecina de Ribarroja, mantenía una relación sentimental con el homicida desde hace un año tras conocerlo por internet, aunque la pareja no convivía en la vivienda donde tuvo lugar el crimen machista.
La madre del presunto asesino fue la primera persona que dio la voz de alarma cuando acudió a la casa para visitar a su hijo, que recibía tratamiento médico debido a una depresión. Abrió la puerta con su llave y descubrió el cuerpo ensangrentado de Juan en el suelo del comedor. La mujer intentó reanimarlo con leves zarandeos, pero su hijo estaba semiinconsciente y no respondió a los ligeros movimientos. Después, la madre salió al rellano y llamó a la puerta de un vecino para pedir auxilio. Eran las 11 de la mañana cuando el 112 recibió la primera llamada que alertaba del suceso atroz.
Varias patrullas de la Policía Local y de la Policía Nacional acudieron con urgencia al lugar. También se movilizó el SAMU. El médico confirmó la muerte de Fuensanta, que estaba en posición decúbito prono (boca abajo) en la cocina del domicilio. Tenía seis cuchilladas en la espalda, según contabilizó el forense, y había un charco de sangre y un bate de béisbol junto al cadáver. Todo parece indicar que el Juan M. V. también podría haber golpeado con el palo a su novia. La casa tenía señales de lucha con objetos en el suelo.
Los sanitarios atendieron al presunto homicida bajo la atenta mirada de varios policías. Los cortes de arma blanca que Juan M. presentaba en la muñeca izquierda no eran graves. Otras incisiones sangraban en su pecho y cabeza, pero eran superficiales. Además, el hombre tenía síntomas de haber ingerido tranquilizantes, aunque el médico del SAMU no pudo determinar la gravedad de la ingesta de pastillas.
Tras ser estabilizado en la ambulancia, el presunto asesino fue trasladado al Hospital General, donde quedó ingresado en la unidad de cuidados intensivos. Mientras tanto, los agentes de la Policía Científica y del Grupo de Homicidios de la Jefatura de Policía inspeccionaban la escena del crimen y hablaban con los vecinos y familiares de la víctima. Cuando los policías terminaron su labores de investigación en la casa, el cadáver fue trasladado al instituto de Medicina Legal para practicarle la autopsia. El cruce de las calles Luis Lamarca y Rincón de Ademuz ya se había llenado entonces de policías, periodistas, curiosos y vecinos.
Se veían de forma esporádica
Juan M. vivía solo en el domicilio donde mató a su novia, concretamente en la puerta 2 del número 46 de la calle Luis Lamarca, pero la víctima acudía con frecuencia a la casa. Según la familia de 'Fuen', abreviatura del Fuensanta y como conocían a la víctima, la pareja mantenía una relación desde hace aproximadamente un año, aunque no había convivencia en el domicilio del barrio Nou Moles, sino que se veían de forma esporádica.
«Él algunas veces iba a recogerla con su Ford Focus a Ribarroja para pasar el fin de semana juntos», afirma una vecina. «El miércoles, mi hijo los vio en el portal. Estaban besándose. Parecían una pareja normal», añade la mujer con semblante de pena.
Juan M., que había trabajado en dos empresas de limpieza, había protagonizado varios altercados en el barrio. «Algunas veces se volvía como loco y tiraba macetas y otros objetos por el balcón», asegura otro vecino. «Hace poco casi llega a las manos con el repartidor de una nevera. Cuando discutía era un hombre violento, pero si tomaba la medicación estaba más tranquilo», agrega el ciudadano. Según informaron fuentes policiales y jurídicas, el homicida no tiene antecedentes por violencia de género.
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