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M. GIL
Martes, 10 de noviembre 2015, 23:52
Tras siete sesiones y la declaración de alrededor de cuarenta testigos, los once integrantes del jurado popular designado para el doble crimen de Càlig deliberan desde esta mañana sobre la culpabilidad o no de los dos acusados de inducir y mediar en los asesinatos, a manos de un sicario, de la joven cubana Y.V. y del amigo de Vinaròs que la acompañaba la noche del 12 de junio de 2005.
Las muertes fueron encargadas presuntamente por la expareja de la joven, el empresario gallego I.L., de 65 años, que se sienta en el banquillo junto a M.A.M, la persona con la que supuestamente contactó para que buscara al sicario que ejecutó a las víctimas. El fiscal pedía para cada acusado 52 años de prisión.
La última sesión del juicio, celebrada ayer en la Audiencia Provincial de Castellón sirvió para dar lectura a los últimos informes de conclusiones. También para escuchar a los dos acusados, que volvieron a desvincularse de los asesinatos y que fueron increpados a su salida de la sala por una veintena de familiares y amigos de las víctimas, quienes gritaron al constructor «asesino», «sinvergüenza» o «lo tienes que pagar, que sufras dos mil años».
El presunto inductor del doble crimen pidió perdón. «A mi familia, a mi niño, a mis hijas, y sobre todo a mi mujer, por el daño y el sufrimiento al tener que escuchar todo esto». «Ellos saben de sobra que no he participado en todo esto, que he sido ajeno, y espero que ustedes también así lo consideren», apeló al jurado. El segundo acusado fue más escueto: «No tengo nada que ver con estos hechos y me declaro inocente».
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