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La joven de origen ecuatoriano y residente en Valencia que desapareció el pasado 2 de enero en Perú, Nathaly Salazar Ayala, murió tras sufrir un accidente de tirolina en la zona de Ayamoco. Según confirmó la policía, la víctima falleció el mismo día de su desaparición, pero dos guías turísticos que acompañaban a la chica ocultaron la muerte accidental y arrojaron el cadáver a un río caudaloso. La Policía Nacional de Perú ha detenido a los dos implicados, Jainor Huillca Huaman y Luzgardo Pillco Amau, que tenían el teléfono móvil y otros objetos personales de Nathaly.
Los dos individuos arrestados son el dueño y un trabajador de un servicio de transporte rústico elevado similar a un teleférico, que ofrecía a los turistas un deporte de aventura y una visión panorámica del Valle Sagrado de los Incas, según informó la agencia Efe. Los dos hombres fueron detenidos el sábado por agentes del Departamento de Investigación Criminal (Divincri) de la Policía Nacional de Perú en la localidad de Maras, cercana al sitio que Salazar dijo que iba a visitar el pasado 2 de enero.
Los detenidos aseguraron que la joven sufrió un accidente que le causó la muerte, al golpearse mientras usaba el aparato, que consiste en una canastilla sostenida con cables elevados, y que por temor ambos a que les culparan de la muerte de la chica tomaron la determinación de ocultar su cadáver y luego lo arrojaron a las aguas del río Vilcanota-Urubamba, en una zona conocida como Paucarbamba.
El testimonio de una familia que estuvo con Nathaly en la misma zona de tirolinas ha sido clave para esclarecer la desaparición. Tras unas fuertes lluvias, la joven se ofreció para ayudar a los dos guías a evacuar a una pareja y a sus dos hijos pequeños. Como ella tenía experiencia en deportes de aventura les dijo que desalojaran primero a la familia, y Nathaly se deslizó después con el transporte rústico, pero uno de los jóvenes detenidos utilizó también la tirolina y aplastó a la chica. Este individuo aún tenía lesiones en la cara y un brazo dislocado como consecuencia del choque .
Tras ser detenidos, los dos guías colaboraron con la policía y les dijeron la zona del río Urubamba donde habían arrojado el cadáver. Poco después, policías, fiscales, personal del Instituto de Medicina Legal del Cuzco y peritos de criminalística acudieron al distrito de Maras para buscar el cuerpo. Según informó ayer la prensa peruana, agentes españoles de la Guardia Civil colaboraron en las investigaciones y la detención de los dos implicados.
Salazar, de 28 años, salió el 2 de enero de un hostal de Cuzco para visitar las ruinas de Maras y Moray, un destino turístico al que se llega en pocas horas, pero no regresó y su teléfono móvil permanece desconectado desde entonces. El Valle Sagrado de los Incas se extiende a lo largo del río Urubamba, a 15 kilómetros al noreste de la ciudad del Cuzco, y es una zona campesina preferida por el turismo debido a su menor altitud y clima más cálido que la capital cuzqueña. Hasta la detención de los dos guías turísticos, la policía no había encontrado pistas sobre Salazar, a excepción de las imágenes grabadas por las cámaras de vídeo del hostal.
Los padres de Salazar viajaron a Perú para seguir de cerca el dispositivo de la policía, que también buscó a la joven en la ciudad de Cuzco, ya que nadie la vio subir al autobús que traslada a los turistas a las ruinas de Moray. La vecina de Valencia llevaba una tarjeta de crédito, pero la policía y sus familia no detectaron ninguna extracción de dinero desde su desaparición.
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