El Gobierno no reconoce el valor histórico del jardín de Blasco Ibáñez

La reforma del bulevar de la avenida Blasco Ibáñez, desde las inmediaciones del jardín de Viveros hasta la misma puerta del Cabanyal, se ha quedado sin ayudas estatales en el segundo Plan E precisamente porque el Ayuntamiento no ha hecho «ninguna declaración específica que permita identificar los jardines y paseos como patrimonio histórico y paisajístico municipal». La inversión prevista ascendía a 3,56 millones de euros, que ahora se destinarán a otras obras si se aprueban.

El morbo es evidente, al relacionar el término «patrimonio histórico» con una avenida cuya prolongación ha llegado ya al Tribunal Constitucional, en un conflicto abierto entre el Gobierno y la Generalitat por esta cuestión.

El rechazo se debe, en opinión de la alcaldesa Rita Barberá, a un «formalismo porque nadie puede dudar que en este jardín, datado en 1900, hay árboles monumentales y muy valiosos. Sólo hay que darse una vuelta por allí».

El motivo de la negación es un error cometido en 1988, cuando el entonces gobierno municipal socialista se «olvidó» de incluir el jardín de este bulevar entre las zonas verdes catalogadas como protegidas por su elevado valor patrimonial. Ahora, dijo la alcaldesa, en enmendará esa situación en la revisión del Plan General, en marcha desde hace dos años.

No obstante, leyó que el decreto de ayudas, donde Valencia recibirá 69 millones para obras y 17 millones más para gasto corriente en partidas de servicios sociales, sirven sólo como «meros efectos indicativos, ¿cuál es entonces el motivo? Es todo una farsa, una mentira constante utilizar el tema del Cabanyal como argumento de campaña desde ya mismo».

La alcaldesa no tuvo ninguna duda de relacionar la pugna judicial y política sobre la prolongación con el rechazo de los 3,56 millones de euros para sanear el bulevar que dio origen a la vieja aspiración de un paseo que llegue hasta el mar.

El Ministerio de Política Territorial ha aprobado una treintena de proyectos, que suman ya algo más de 56 millones de euros. En la relación destaca una iniciativa similar en la Gran Vía Marqués del Turia, es decir, renovación del pavimento de tierra, replantado de arbustos, mejoras en la red de riego y sustitución de los bordillos rotos, entre otras cuestiones. «Al PSPV no le importan para nada los miles de vecinos del Cabanyal, sólo quiere utilizarlos», añadió al relacionar de nuevo ambas cuestiones. El gobierno municipal intentó que la petición no fuera desestimada con varios argumentos, pero fueron fallidos. «Demuestra a todas luces la falta de sensibilidad no sólo medioambiental, sino con lo que ya es una actitud recurrente con todo lo que tiene que ver con Blasco Ibáñez».

La alcaldesa aseguró que no sólo «se oponen a la prolongación, también a la recuperación y regeneración de una de las arterias verdes más importantes de la ciudad». La concejalía de Medio Ambiente adujo en la Subdelegación del Gobierno que la ejecución de la avenida «procede de finales del siglo XIX y principios del XX, por lo que se considera que tienen por si mismos un valor histórico «susceptible de ser incluidos dentro de la definición de patrimonio histórico y cultural».

Además, un porcentaje muy alto del arbolado se encuentra dentro de la categoría de monumentales según la legislación aprobada por la Generalitat en 2006. «Al final es todo una cuestión de sentido común y de actuar de buena fe. ¿Es o no un jardín digno de protección? ¿Es un jardín que por su historia merece se considerado como tal?».

Ninguno de estos argumentos fueron suficientes y el gobierno municipal tuvo que presentar antes de que finalizara el plazo nuevos proyectos, en su mayor parte destinados al desarrollo de la Administración electrónica en el Ayuntamiento. «Así podemos subsanar también un problema del Gobierno, como con tantas otras leyes a las que no han dotado de financiación», añadió.

También se ha caído de la lista de proyectos unas obras de mejora en la pedanía de Pinedo, en este caso por valor de 763.000 euros y que debían consistir en ensanchar las aceras en la Carrera del Riu y en el Camino Anuers. «Hay peligro para los viandantes por el tráfico y nos han dicho que no. Al igual que el resto, los pondremos en nuestro presupuesto cuando podamos». Otra inversión más cuantiosa y que también ha sido rechazada corresponde a las obras de mejora en el carril bus, principalmente en los aledaños de las paradas de la EMT y por un importe de 1,40 millones de euros. El asfalto de estos tramos es el que resulta más dañado por los frenazos de los vehículos.

El decreto afirma que se apuesta por la seguridad vial y la movilidad sostenible. «¿Es que eso no se cumple con esta obra, destinada a mejorar la calzada por donde pasan los autobuses de la EMT? En cambio nos contestan que no pueden financiarla porque este apartado está dirigido a municipios con menos de 2.000 habitantes».

Una mueca de incredulidad siguió a esta declaración. «¿Es que hay autobuses en esos municipios? Esto es un desastre, daría para una comedia si no fuera tan serio».

Inauguración socialista

También del plan de ayudas estatales, aunque en este caso del primero, ya concluido, versó el acto organizado ayer por el grupo socialista. Su portavoz, Carmen Alborch, inauguró «de forma simbólica» las obras acometidas en la ciudad con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local para el Empleo ante «la falta de información proporcionada por el gobierno local».

Según un comunicado del PSPV, Carmen Alborch y el secretario general de dicha formación en Valencia, Salvador Broseta, colocaron una placa en la nueva escuela infantil de Algirós, construida en la calle de La Cañada con cargo al primer Plan E. En total, esta primera iniciativa sumó 141 millones de euros invertidos en decenas de obras.