El Real Aeroclub logra aplazar tres días el desalojo de Manises

Pequeño respiro para los miembros del Real Aeroclub de Valencia que ayer consiguieron evitar la orden de desahucio firmada por el juez a petición de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). Tres días les han concedido -a contar desde ayer- para reunir toda la documentación necesaria que acredite su derecho «moral» a quedarse en su sitio o, en su defecto, a que sea la propia AENA la que asuma el traslado de instalaciones.

Es lo que ellos quieren. «Respetamos que el aeropuerto reorganice su negocio como considere oportuno, pero ya que son ellos los que quieren cambiarnos, deben darnos facilidades para hacerlo», dijo el presidente del RACV, Carlos Arnal. Insisten en que la empresa estatal está incumpliendo el Acuerdo Marco de Colaboración firmado en 1995 por los presidentes del Real Aeroclub de España y de AENA.

El documento recoge textualmente: «La duración de esta concesión será de 10 años renovables por periodos de dos en tanto no existan razones de interés público que justifiquen la no renovación».

La lectura de ambas partes es opuesta. Mientras unos dicen que se ha cumplido pero ya ha expirado, los otros insisten en que dichas razones de interés público no existen, por tanto, la prórroga ha sido automática y con ella, la ocupación del suelo.

El texto también contempla que la concesión de una subvención anual de unos 33.000 euros para el fomento de la actividad aeronáutica, pero miembros del RACV aseguran que no la perciben desde hace dos años. Sin embargo, ha seguido pagando «religiosamente el alquiler de cada mes que ahora nos están devolviendo. Han recuperado con creces la inversión que hizo para nuestras instalaciones».

Por todas esas razones, la entidad deportiva no sólo ha solicitado al juez que suspenda la orden de desahucio sino que va más allá y está preparando una demanda para AENA por el incumplimiento de dicho convenio «para que pague las cantidades comprometidas».

Lo único que quieren, explicó ayer el presidente del club, Carlos Arnal, es seguir funcionando en las mismas condiciones que lo hacen ahora. «No tenemos ningún inconveniente en cambiar de terrenos, hay muchísimos, pero debe ser el aeropuerto quien se haga cargo y, además, debe mantenernos las condiciones que tenemos ahora».

Y es que al parecer, AENA pretende que el colectivo se someta al mismo régimen de explotación que tienen todas las demás empresas y servicios que operan en Manises.

Eso se traduce en que los precios que pagan por el alquiler del suelo se dispararían al pasar de los 1.543 euros mensuales a los 143.386 según las tarifas oficiales. Una cantidad imposible de asumir por una entidad sin ánimo de lucro, cuyos socios pagan una cuota anual de 50 euros y que «simplemente está aquí porque hacemos una cosa que nos gusta y que queremos seguir haciendo», afirmó Arnal.

Opiniones aparte, la cuestión es que en dos días el juez dará una solución y hasta entonces, AENA no tiene intención de manifestarse al respecto. Tampoco el club, que va a purar hasta el último momento «para ver si conseguimos que la negociación prospere». Confían en que será positiva y que podrán llegar a un acuerdo con Manises. Sin embargo, están convencidos de que lo que hay detrás de esta actuación es un mero afán recaudatorio.

En primer lugar, apuntaron, AENA tiene previsto sacar a concurso un nuevo taller de mantenimiento. «Si desaparece el nuestro, se obligará a todas las avionetas de la escuela de pilotos a ir a ese taller», explicaron. Pero además, si clausuran el hangar, «aumentarán mucho los costes al no tener otra alternativa» para guardar los aeroplanos.