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Trabajos de derribo en la calle Escalante 230, donde van a construir unifamiliares :: JUANJO MONZÓ
Los derribos vuelven al Cabanyal para construir una promoción privada de viviendas
Valencia

Los derribos vuelven al Cabanyal para construir una promoción privada de viviendas

Las obras se retoman en la zona Bien de Interés Cultural sin la protesta de los vecinos de Salvem

LOLA SORIANO

Jueves, 25 de febrero 2010, 09:36

Las primeras demoliciones de viviendas en el Cabanyal tras la orden del Ministerio de Cultura de paralizar los derribos en el ámbito del plan han llegado de mano de la iniciativa privada, cuando todo hacía suponer que sería una iniciativa de la empresa pública que ejecuta el proyecto urbanístico. La actuación se está realizando en una edificación en ruinas que recae a tres calles: Escalante, Cura Planelles y José Benlliure.

En la mañana de ayer tres operarios ultimaban los trabajos de derribo y desescombro del inmueble, con fachada principal al número 230 de la calle Escalante, que no está incluido en el ámbito previsto de la prolongación de Blasco Ibáñez, aunque sí se sitúa en la zona declarada Bien de Interés Cultural (BIC), según fuentes municipales.

Las tareas de vaciado y derribo de la vieja construcción, realizadas por una empresa de la Vall d'Albaida, se completaron con normalidad, sin que ningún colectivo contrario al plan del Cabanyal efectuara actos de protesta frente a las obras.

El pasado lunes comenzó la extracción del mobiliario y, ayer, tras completar la demolición del edificio, varios camiones procedieron a retirar los escombros.

Cabe destacar que, tanto la operación de derribo, como la posterior construcción prevista en este solar, cuentan con licencia del Ayuntamiento desde la primavera de 2009 -antes de que se decretara la orden ministerial-, aunque el proyecto no se ha materializado hasta ahora, cuando la empresa impulsora ha hecho las modificaciones técnicas requeridas por el Consistorio.

En el solar resultante, tal como explicaron ayer técnicos de la obra -que será ejecutada por una Unión Temporal de Empresas (UTE)- «se levantarán seis viviendas unifamiliares que respetarán la altura prevista en la zona y que reproducirán las edificaciones típicas del Cabanyal, con cubierta de teja».

Cada una de las casas constará de sótano -con garaje y trastero-, planta baja, primer piso y un pequeño desván, en un diseño similar a un conjunto de unifamiliares edificado hace unos años en la calle Pintor Ferrandis con Reina.

Vecinos colindantes con la obra en ejecución mostraron ayer su satisfacción «por cambiar un solar y una casa vieja, por una zona urbanizada y con casas arregladitas y en consonancia con la construcción del barrio», indicó ayer Ángel Sanz.

Este vecino y su mujer, Paquita Armero, explican que su hijo hace poco «que ha rehabilitado la casa que hay justo al lado de donde están ahora trabajando, en la parte recayente a José Benlliure. En nuestro caso la fachada estaba protegida. Ya lo sabíamos antes de comprar la casa, porque fuimos a informarnos a la oficina municipal. Mi hijo ha respetado desde los ladrillos hasta los hierros de los balcones y los elementos de madera. Pero en este caso, la casa que han tirado, la fachada no estaba protegida».

Estos residentes del Cabanyal explicaron ayer que estaban contentos «porque se elimina un punto de degradación y vendrán nuevos vecinos. Ya era hora de que se arreglara esta parte del barrio». Pero no eran los únicos en mostrar su alegría por las obras de regeneración del barrio. «Estas máquinas que están aquí ya podían seguir tirando algunas casas más, que esto da pena. El barrio necesita la avenida», comentó una vecina a su marido tras pasar por delante del edificio.

La zona donde se ha efectuado el derribo está a tan sola una manzana de distancia de la calle Pescadores, donde está grafiada la apertura de Blasco Ibáñez en 48 metros de anchura hasta Amparo Guillén.

La casa demolida, junto a Tejidos Levante, «fue antiguamente tienda de se hacían zapatillas y después fue una paraeta. Allí nacieron mi madre y mi abuela, pero estaban alquiladas, no eran las propietarias», explica Yolanda Martínez Soriano.

Reparto de pancartas

Por otra parte, cabe destacar que ayer el grupo de vecinos impulsores de la campaña de apoyo al plan del Cabanyal continuaron con el reparto de pancartas de 'Sí volem la prolongació' en su sede de la calle Los Ángeles 80. «Entre el lunes y miércoles hemos repartido 150, que se suman a las 50 que ya esán colgadas en los balcones», indicó Amparo Moliner. Una de las personas que acudió ayer a recoger uno de estos carteles fue Amparo Roig. «Yo ya he colgado la mía, vengo a por otra para el novio de mi sobrina. A mí me han tirado planta baja y dos pisos en Los Ángeles. En principio, estaba en contra del proyecto, pero visto el nivel de degradación, y que cada dos por tres me entraba gente en las casas, al final las he vendido y sí quiero la prolongación. Hace falta arreglar el barrio».

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