El hombre torturado por orden de su ex mujer debe entregarle hoy a su hijo

Un vecino de la Pobla de Vallbona debe entregar hoy a su hijo de ocho años a su ex mujer. Supone un trámite habitual en un régimen de visitas tras una ruptura matrimonial de no ser por un ingrediente: ella está procesada por ordenar un asalto al chalé de su ex compañero en el que recibió una brutal paliza por parte de delincuentes armados. También fue amordazado junto a sus otros dos hijos, fruto de un matrimonio anterior.

«¿Cómo es posible que se pueda tolerar esto? Si yo fuera una mujer la situación sería muy diferente», lamentaba ayer impotente el hombre, de 50 años, que prefiere mantenerse en el anonimato para evitar que el problema afecte aún más al menor. Tras ser detenida a principios de febrero, ella está libre con causa abierta y comparece en el juzgado cada 15 días. Él tiene la custodia del menor de 8 años, pero sigue en vigor un régimen de visitas por el que debe entregar al niño, los fines de semana alternos, a la presunta inductora de su asalto.

Hace una semana ya tenía que haberlo hecho, pero al sufrir el menor un resfriado con infección bacteriana pudo negarse a la entrega, con el amparo de una baja médica. La mujer acudió al chalé de la Pobla y avisó a la Policía Local al ver que no podía llevárselo. «Tuvo la desfachatez de presentarse pese a que en el colegio del niño le habían avisado de que estaba enfermo y no convenía que saliera de casa», se quejó el vecino.

Nada más conocer que su ex esposa había sido arrestada en relación con el asalto, el hombre solicitó en los juzgados de Llíria que se paralizara el régimen de visitas y se impusiera a la mujer una orden de alejamiento sobre su familia, dada la gravedad de los hechos de los que es sospechosa.

«Me dijeron que ese paso debía darlo tras el levantamiento del secreto de sumario en el asalto, por eso volví con mi abogado el martes a los juzgados. Entonces me indicaron que debía tener paciencia». La principal preocupación del hombre es que el niño «tiene miedo a su madre. No quiere ir con ella. Hemos tratado de ocultarle lo que pasó, pero ha trascendido y lo sabe».

Se refiere al infierno de tres horas que se desató en su chalé el viernes 23 de enero, cuando el menor pasaba el fin de semana con la sospechosa. La víctima llegó de cenar con sus otros hijos, de 16 y 19 años. Primero entraron el hombre y el menor. «Nos encontramos con tres jóvenes altos escondidos en la terraza. Llevaban bragas en la cabeza e iban armados con pistola y cuchillos», recordó.

«Le cortaremos la oreja»

«Comenzaron a pegarme y nos ataron a los dos. Después llegó mi otro hijo e hicieron lo mismo». Emplearon cables de la videoconsola y cinturones para inmovilizar a las tres víctimas. «¡Callaos u os pego un tiro! Sabemos que tiene dinero», le espetó uno de los atracadores. «Vamos a cortarle la oreja a tu hijo», le amenazó otro mientras le propinaba golpes por todo el cuerpo.

Los delincuentes llenaron de agua una bañera, introdujeron la cabeza del vecino de la Pobla y le dijeron que pensaban ahogarlo. Finalmente dejaron atados a los tres y sustrajeron dinero en metálico en un despacho de la víctima.

El 9 de febrero reapareció su rastro en Madrid. La policía los detuvo cuando asaltaban una vivienda en la que también amordazaron a los moradores. Al día siguiente la Guardia Civil capturó en Valencia la ex mujer del vecino de la Pobla, Linda M. C., de 43 años, y a su hija de 24, ambas como inductoras del violento asalto.

«Mañana (por hoy) cuando venga a por el niño no pienso entregárselo. Si ha hecho esa barbaridad, ¿cómo sé que no va a hacer otra?», se preguntó el hombre. «Prefiero que llame a la policía, que vengan y que vean que mi hijo no quiere irse con ella. Y que el juez decida si he delinquido o no», argumentó.

Hace 10 años, cuando comenzó la relación con su ex mujer, no imaginaba que las cosas iban a torcerse tanto. «Sufre un trastorno depresivo, está desesperada y ahora quiere arruinarme la vida», concluyó.