«Mi medalla es un homenaje a la pintura»

-¿Cómo ha recibido la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes?

-Estoy encantado, es un honor y además creo que con esta medalla se da un homenaje a la pintura. En los tiempos turbulentos que vive el arte, dársela a un pintor es lo más revolucionario, porque no hay nada tan rompedor como pintar un buen cuadro, crear una imagen potente donde antes había un espacio en blanco. Y es lo que he hecho toda mi vida: plantearme retos y trabajar en un arte desenchufado. Y es que, si viene un apagón, yo sigo pintando. Por eso este premio me parece que se da a alguien que va contracorriente, y me parece maravilloso. Desde que lo he recibido me ha felicitado un montón de gente, cosa que no es habitual porque en estos casos siempre llega alguna crítica. Creo que me lo merezco, sinceramente, que le viene bien a la pintura de este país reconocer el trabajo de toda una vida.

-Se trata del premio a una larga trayectoria

-Yo fui a Maristas y era el típico niño-artista de la clase. En todo lo demás era malísimo menos en pintura y biología. Empecé en 'Récord', un periódico deportivo, allá por 1965, tenia 10 años, y hacía dibujos, y ya quería ser artista. De hecho, empecé Farmacia y cuando llevaba tiempo estudiando aposté de lleno por una vocación que nació durante una enfermedad.

-Muchos artistas fueron niños que sufrieron alguna larga convalecencia.

-Pasé cerca de un año en casa, en la calle Císcar 48, y allí, frente a mi casa, vivía Ambrós, el creador de 'El Capitán Trueno'; y yo veía cómo dibujaba, y luego me pasaba el rato leyendo tebeos, y de ahí nace mi afición al dibujo, mi vocación y mi nombre, El Hortelano, porque es muy habitual en España esos cambios de nombre de los artistas, y para mí era una manera de entrar en el mundo del arte, como integrarse en una orden religiosa.

-¿Celebrará la medalla comprándose ese estudio con ventanales altos frente a la playa que tenía pensado adquirir hace unos años, o ya se lo ha comprado?

-No, todavía no. La ilusión de mi vida es tenerlo en la Malvarrosa.

-Es usted una rara avis en el mundo del arte. Pinta. Sólo pinta.

- Inventar una instalación es algo que no me estimula, al menos yo considero más difícil sacar una imagen de un lienzo en blanco. En cualquier caso, hay instalaciones que están muy bien, y artistas conceptuales que también lo hacen muy bien, pero yo me marco retos y considero que lo más difícil es crear a través del óleo y un lienzo.

-¿El arte tiene algún componente de divinidad?

-Para mí el arte es una religión. Creo en la magia que nos permite estar en este mundo, presenciar cómo crece una judía... algo divino. Y yo me siento inspirado y trabajo con el fin de inspirar.

-¿Hacia dónde va la pintura?

-Ahora hay muchos tipos de pintura. Un buen cuadro debe tener una temperatura, una composición, una alquimia. El arte de pintar cuadros es saber combinar los materiales para hacer magia. La diferencia de un cuadro bueno o malo es muy sutil, como la diferencia de las almas. Yo soy muy lento pintando, puedo estar tres o cuatro años pintando varios cuadros a la vez, buscando el alma de cada uno de ellos.

-¿Observa a la gente cuando mira sus cuadros?

-Sí, muchas veces voy de incógnito. Hace poco vi a un colegio de niños y cómo interpretaban un cuadro mío, y los niños veían cosas que yo no veía. El arte es un icono religioso, te toca el alma, te lleva a otros mundos. Hay cuadros que te ayudan a ver el mundo de otra manera, y a eso aspiro, a intentar hacer feliz a la gente, y quizá por eso cada vez me gusta más un estilo luminoso y tiendo hacia la Naturaleza.

-¿En qué trabaja actualmente?

-Estoy girando alrededor del agua, y me siento influido por Japón y los dibujos de agua de Da Vinci. Y continúo con la serie 'Humano'. Empecé hace unos años con ella, y tengo como 110 cuadros ya, trabajando sobre manos de amigos. Cada vez que expongo algún cuadro de manos, pero lo bonito sería recopilar los 150 que tengo proyectados. El primer artista firmó así, con la mano, en la pared de una cueva, y esta serie pretende rendirle tributo a ese primer artista y a la humanidad en general.